Esta semana, México se escandalizó con la noticia del embarazo y parto de una niña de 9 años de edad; el país entero habla sobre abuso infantil y violación sin pensar que éste no fue un caso aislado sino que casi el 28% de los nacimientos anuales corresponden a madres adolescentes (entre 10 y 19 años), es decir, casi 1 millón de embarazos, según un estudio del Centro de Atención a Adolescente Embarazadas del Hospital Civil de Guadalajara, en septiembre de 2011.
En octubre de 2012, Vértigo Político fue al Conalep Ecatepec I donde se decía que había 45 jóvenes embarazadas:
El tema es preocupante porque por una parte refleja la mala calidad de la educación sexual en el país, unida a la irresponsabilidad típica de los adolescentes, y, por otra, la impunidad que gozan los agresores en los casos de agresión sexual contra menores de edad.
Probablemente, la falta de información es uno de los factores más importantes para resolver esta problemática pues los infantes agredidos muchas veces no presentan signos de violencia y se dificulta la procuración de justicia, además de que los padres muchas veces no denuncian por vergüenza o temor a represalias, en los casos violentos.
Para no ir más lejos, en marzo de 2012, la Secretaría de Salud federal dio a conocer el caso de una niña de 10 años con 5 meses de embarazo en el estado de Sonora, donde, por cierto, el 35% de embarazos en el Hospital General de la entidad corresponden a mujeres de entre 12 y 17 años.
Desgraciadamente, esto también pasa en otras partes del mundo y, generalmente, sucede entre mujeres de escasos recursos, por lo que tanto las madres como los hijos carecen de casa, comida y educación.