Deshojar a Margarita

La verdad es que las encuestas electorales se han vuelto cada vez más imprecisas

Sergio Sarmiento
Columnas
Margarita Zavala
Foto: Facebook

Comienza la guerra sucia con vistas a las elecciones de 2018. El coordinador de los diputados del PRI, César Camacho Quiroz, afirmó que Margarita Zavala, la esposa del ex presidente Felipe Calderón, no tiene “autoridad moral para ser representante popular y, mucho me temo, mucho menos a aspirar a la Presidencia de la República”.

El ex gobernador del Estado de México ofreció esta declaración unos días después de que el periódico Reforma dio a conocer los resultados de una encuesta en que Margarita Zavala y el PAN aparecen en primer lugar en las preferencias de los electores, muy adelante de los posibles candidatos del PRI, que quedan relegados al tercer lugar.


También Andrés Manuel López Obrador, el ya candidato de Morena, se inconformó con el segundo lugar en que lo colocó la encuesta y afirmó que esta había sido “cuchareada”. Lo curioso es que cuando en abril esa misma encuesta lo colocó en primer lugar, presumió el resultado en todos los foros posibles.

La verdad es que las encuestas electorales se han vuelto cada vez más imprecisas, y no solo en México sino en el mundo. La gente desconfía de los encuestadores y les miente o no les responde. Pero eso no significa que las encuestas no generen reacciones políticas.

Para cualquier priista es bastante difícil acusar a Margarita Zavala de no tener “autoridad moral”. Los escándalos de corrupción de gobernadores como Javier Duarte, César Duarte y Roberto Borge no le han dado una imagen de limpieza al PRI. Tampoco los cuestionamientos al presidente Enrique Peña Nieto y a su esposa por sus propiedades y relaciones con empresas privadas. Al propio César Camacho se le ha exhibido en medios de comunicación usando relojes de hasta 800 mil pesos.

Escepticismo

De hecho, la acusación de Camacho le ha caído a Margarita como anillo al dedo. Quizás ella no sea vista por la población como una política o funcionaria de gran capacidad, pero sí se le reconoce su honestidad. Mandar golpearla en este tema difícilmente cambiará esta imagen, especialmente cuando el encargado de hacerlo es un político como Camacho Quiroz. Al contrario, puede fortalecerla, como lo sugieren las reacciones en redes sociales y en los medios de comunicación.

Las mismas encuestas de opinión que los involucrados descalifican señalan que la lucha por ofrecer una imagen de honestidad será crucial en la elección de 2018. La divulgación de los patrimonios de los distintos protagonistas de la vida política ha añadido fuego a los esfuerzos de cada político por presentarse como alguien más honesto que los demás. En medio de declaraciones que develan los patrimonios cuantiosos de tantos políticos, López Obrador parece una excepción. Recientemente dio a conocer su declaración 3de3, la cual fue considerada incompleta por el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco). En esta señala que no tiene nada: ni casas ni apartamentos ni autos, solo una tarjeta de débito.

Este desplante de supuesta honestidad, sin embargo, tampoco fue bien recibido. Al igual que en el caso de Marcelo Ebrard, que también declaró no tener ninguna propiedad, el resultado de la declaración ha sido generar un gran escepticismo.

En este nuevo mundo de la política mexicana, de redes sociales y de medios críticos, deshojar una margarita puede fortalecer en lugar de debilitar, mientras que declarar una falta total de patrimonio puede generar más desconfianza que respaldo.