Extranjeros, los ganones por la herbolaria mexicana

El Congreso de la Unión busca una ley para cerrar la brecha a firmas internacionales y crear un marco legal que regule el mercado en México.

Norberto Vázquez
Nacional
Herbolaria mexicana
Foto. Turimexico.

La herbolaria mexicana florece más en el extranjero que en México: según la Organización Mundial de la Salud (OMS) 80% de la población mundial consume plantas medicinales, pero son laboratorios internacionales los que aprovechan esa oportunidad comercial y explotan de manera indiscriminada flora que se da en nuestro territorio para utilizar altos niveles de tecnología en la fabricación de sus productos, que luego venden a precios altísimos.

Por ello legisladores, médicos, productores y expertos en herbolaria se pronuncian a favor de trabajar en la creación de un marco legal que regule la producción, cosecha, venta, distribución y aplicación de plantas medicinales, con el fin de garantizar su uso adecuado y profesionalizar este rubro en México.

De hecho, en el Congreso de la Unión se pugna por cerrar la brecha jurídica a estas empresas internacionales y crear un marco legal que regule el mercado de las plantas medicinales, con el fin de garantizar su uso adecuado para beneficio del país.

Dilemas

A partir de los ochentas el interés por conocer las plantas medicinales de México y su uso se ha propagado en todo el mundo. El desarrollo tecnológico ha dado paso a nuevas metodologías y procedimientos que modifican sustancialmente el estudio de la herbolaria y permiten visualizar el papel de los nuevos medicamentos preparados con base en esas plantas.

A pesar de eso, existen variados problemas en el sector: basta ver los resultados de la más reciente consulta sobre Mecanismos para la protección de los conocimientos tradicionales, expresiones culturales, recursos naturales, biológicos y genéticos de los pueblos indígenas, que realizó la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.

Según esa consulta actualmente “la herbolaria mexicana constituye el patrimonio más importante de la cultura de nuestros pueblos ancestrales y representa una fuente de desarrollo de la medicina alternativa. Asimismo, México ocupa el segundo lugar a nivel mundial en riqueza taxonómica de plantas medicinales —solo después de China— con cuatro mil 500 especies existentes”.

Este sondeo advierte que el conocimiento de la herbolaria “se está perdiendo, distorsionando, modificando y saqueando por gente extraña a las comunidades, como consecuencia de los procesos de globalización”.

La encuesta también hace una serie de propuestas. Sugiere, por ejemplo, que “las instituciones educativas y de investigación realicen un registro o padrón de médicos tradicionales por especialidad, así como de las plantas medicinales nativas de las regiones, con plena participación y respeto hacia las autoridades comunitarias y las creencias de la población. Que el marco jurídico mexicano proteja y regule las distintas disciplinas de médicos tradicionales”.

Y algunos temas centrales para mejorar el dilema de la herbolaria en México: “Abrir espacios para la práctica y servicio de los médicos tradicionales en los centros de salud comunitarios, garantizando que sean los propios médicos tradicionales indígenas los que la ejerzan; legalizar el uso de las plantas medicinales de cada región, de manera que se pueda proteger legalmente el ejercicio pleno de los médicos tradicionales; obtención de licencias para el ejercicio de la medicina tradicional indígena; e incluir en los planes de estudio en la formación de los médicos alópatas a nivel licenciatura la materia obligatoria sobre medicina tradicional indígena”.

Propuesta legislativa

Por el momento, en el Poder Legislativo se alzan también voces para llamar la atención sobre el fenómeno y diputados ya reconocen que existen vacíos legales que permiten a empresas internacionales entrar a un mercado clandestino nacional.

Los congresistas piden por ello reconocer a las hierbas y plantas medicinales en el mismo rango de los medicamentos, destacando sus ventajas frente a la alopatía, como su bajo costo y poca o nula presencia de efectos contraproducentes.

Los congresistas piden por ello reconocer a las hierbas y plantas medicinales en el mismo rango de los medicamentos, destacando sus ventajas frente a la alopatía, como su bajo costo y poca o nula presencia de efectos contraproducentes.

Para la diputada Blanca Margarita Cuata Domínguez, de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y secretaria de la Comisión de Competitividad, los productores y cosechadores de plantas medicinales nacionales se sienten presionados por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) a pesar de que producen “herbolaria limpia”.

Señala que el objetivo es hacer una ley que reconozca los productos naturistas no solo como un suplemento alimenticio sino también como una medicina de origen herbolario. “Con información y argumentos pelearemos el derecho de que sean reconocidos estos productos”, adelanta.

Cuata considera que el marketing está hoy en lo orgánico y natural, por lo que pide trabajar para que “no se quede solo en una moda” y se preserve esta medicina milenaria. “La experiencia e interés mostrados por parte de los productores y cosechadores de plantas medicinales es un buen arranque para crear un marco jurídico para su protección. Esto ayudará a proponer qué debe regularizarse desde el Legislativo a su favor. Debemos ver que hay un gremio importante, como lo es la herbolaria y los productos naturales, en estado de abandono”, dice.

Felipe Reyes Fuentes, profesor de la Universidad Autónoma Chapingo, considera en tanto que “existe un desfase entre la Ley General de Salud, donde se hace mención de las plantas medicinales, y el uso que se le da, ya que estas son usadas para atender problemas médicos sin que haya un médico de por medio. Los lugares y pueblos en donde se producen y cosechan estas plantas desconocen que existe un marco legal; no siguen las buenas prácticas de postcultivo; por lo que se debe invertir en este eslabón para conseguir un proceso adecuado de deshidratación y no se reduzca la sustancia activa de dicha flora”, recomienda.

Aquiles Alarcón, del Colegio Mexicano de Ingenieros Bioquímicos AC, señala por su parte que la botánica médica ha comenzado a traspasar nuevos sectores de la sociedad y el comercio. “Ya no es exclusiva de zonas remotas o de poco acceso a medicamentos y hay grandes farmacéuticas internacionales interesadas en el rubro y en la extracción de las sustancias activas de las plantas. Aunque México carece de estadísticas sobre el tamaño del mercado, se estima un consumo per cápita de medio kilo de plantas medicinales; además, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 80% de la población mundial consume plantas medicinales. ¿Imagina el mercado?”, destaca.

El gobierno, añade, “debe comenzar a voltear hacia este sector por la importancia económica que representa, ya que el vacío en la normatividad impide la producción con un buen nivel de calidad, que permita a este sector ser competitivo frente a otros países”.

El director del Centro de Investigación Biomédica del IMSS, Jaime Tortoriello, expone a su vez que entre las ventajas de las plantas medicinales está su uso con fines terapéuticos para enfermedades que no cuentan con medicamentos alópatas eficientes, como el caso de las hierbas usadas para la diabetes.

“Las plantas medicinales sirven para muchos trastornos en los cuales la medicina alópata no tiene fuerza; contamos con plantas registradas para la depresión y otros males, por ejemplo”, relata.

Agrega que desde hace diez años el sector salud y la industria farmacéutica comenzaron a ocuparse de las plantas medicinales, además de que los médicos empezaban a interesarse por nuevas opciones. “La aplicación de innovaciones tecnológicas desarrolladas por el IMSS en la cadena productiva de plantas medicinales de México requiere un eje, una iniciativa a nivel nacional, que comprometa a secretarías como las de Salud, Economía y Trabajo alrededor de las plantas medicinales. Mientras no suceda, difícilmente se aprovechará el gran potencial que tienen las plantas medicinales. Y a pesar de eso seguirán utilizándose”, concluye.

Principales hierbas medicinales en México

Escancel Sus hojas aromáticas y ramas se aplican para combatir enfermedades de los pulmones, resfriados, catarro, anginas, dolor de pecho y neumonía.

Congoja Sus hojas calentadas al rescoldo son usadas para calmar el dolor de oído. Se usa igualmente para úlceras sangrantes y heridas de la flora intestinal y de la garganta.

Cáscara sagrada Mejora la digestión y ayuda a limpiar el colon; es un purgante eficaz, laxante y también aumenta el apetito.

Cancerina Para problemas gastrointestinales, úlceras en el estómago, gastroenteritis; tiene efectos antiinflamatorios y bactericidas.

Abedul Retención de líquidos, contra la obesidad, tratamientos de artritis y artrosis; reduce el ácido úrico, gripe, problemas digestivos, problemas en vías urinarias y riñones.

Pervinca Contra hemorroides internas y heridas supurantes.

Árnica Para el tratamiento de heridas, para la tos, moretones, heridas externas y golpes.

Polygala Contra afecciones de las vías respiratorias, catarros, enfermedades de pulmón, asma y bronquitis.

Tumbavaqueros Para aliviar los nervios alterados, calmar la tos, mordeduras de víbora, “ajorrar” mujeres (evitar el embarazo, como anticonceptivo) y calambres. Ayuda a disminuir el dolor de cabeza y huesos, y los mareos.

Cuachalalate y guayule Reducen la velocidad del crecimiento de las células cancerígenas y actúan como antiinflamatorios.