Los ojos del mundo están sobre Estados Unidos

La mirada del mundo está hoy a la expectativa de la jornada electoral: existe inquietud y nerviosismo en el ámbito político y en los mercados financieros

Ángel Hernández
Política
Donald Trump-Hillary Clinton
Foto: Reuters

La campaña por la Presidencia de Estados Unidos entre la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump se acerca a su fin tras establecer un nuevo estándar de hostilidad: quien gane las elecciones de este martes 8 de noviembre será el presidente número 45 de la superpotencia que se jacta de ser la primera economía del mundo y poseer el ejército más poderoso del planeta.

Donald Trump revirtió en los últimos días de campaña la desventaja que durante meses registró en las encuestas ante su rival Hillary Clinton, golpeada por nuevas revelaciones del Federal Bureau of Investigation (FBI) acerca de la indagatoria respecto de correos electrónicos que manejó desde una cuenta personal cuando era secretaria de Estado.

La mirada del mundo está hoy a la expectativa de la jornada electoral: existe inquietud y nerviosismo en el ámbito político y en los mercados financieros, sobre todo ante la potencial llegada del empresario neoyorquino a la Casa Blanca: a lo largo de su campaña, Trump ha reiterado que si triunfa hará cambios radicales en materia de economía, seguridad, defensa y acuerdos comerciales, incluso en lo que se refiere a los aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), lo que abre la puerta a posible ingobernabilidad en Estados Unidos.

Escándalo y desplome

En la etapa final de la campaña presidencial, Donald Trump logró remontar en la intención de voto respecto de Hillary Clinton, cuando todo permitía suponer que se desplomaría después de que más de una docena de mujeres dieran a conocer que habían sido abusadas por el empresario, quien presuntamente había intentado besarlas y tocarlas sin su consentimiento.

Este fue uno de los temas que más lo afectaron durante los tres debates presidenciales que sostuvo con la abanderada demócrata, quien utilizó esas acusaciones para denostar sus pretensiones presidenciales.

Pero si bien los sondeos y encuestas mostraron que había perdido los debates, expertos y analistas coincidieron también en que no sufrió una derrota contundente y se mantenía con vida dentro de la contienda.

Tan es así, que a pesar de la reducida ventaja que mantiene Clinton al cierre de esta edición, los especialistas guardan reservas respecto de los resultados del martes 8.

Guadalupe González, académica del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), afirma por ejemplo que aun cuando las encuestas señalan un margen favorable a Clinton, su triunfo en realidad dependerá de los estados que todavía se encuentran en disputa, como son Colorado, Florida, Carolina del Norte, Pensilvania y Virginia, además de su facultad para ganar en las urnas al electorado joven que apoyó a Bernie Sanders, su contrincante por la nominación demócrata.

Resurgimiento

El triunfo obtenido por la ex primera dama estadunidense en los debates generó una grave crisis y el desmoronamiento de la campaña presidencial de Trump, con el alejamiento de los electores indecisos por el escándalo del presunto abuso sexual contra varias mujeres.

Durante los debates, Trump persistió a su vez en atacar a Clinton sobre todo por su desempeño como secretaria de Estado, debido a presuntos errores cometidos en Libia y que costaron la vida a varios diplomáticos estadunidenses, así como responsabilizándola, junto con el presidente Barack Obama, de permitir el surgimiento del grupo autodenominado Estado Islámico (ISIS) en Oriente Medio.

Sin embargo, cuando todo indicaba que Hillary Clinton se despegaría de su contrincante de manera definitiva y con amplia ventaja hacia la Presidencia, las declaraciones del director del FBI, James Corney, al Congreso por el “hallazgo” de una serie de nuevos correos electrónicos relacionados con la investigación a la candidata presidencial demócrata resucitaron literalmente al candidato republicano, quien prácticamente se encontraba en la lona.

Dicha declaración del titular del FBI, bautizada por los expertos como “el efecto Comey” o “la sorpresa de octubre”, fue aprovechada por Trump para insistir sobre la supuesta deshonestidad de Clinton, situación que impactó en las tendencias y encuestas, causando una caída de la candidata demócrata en la preferencia electoral a lo largo de los últimos días de octubre y primeros de noviembre, hasta llegar a ubicarla con tan solo una ventaja de poco menos de dos puntos sobre el aspirante republicano.

Reviven los temores

El repunte electoral de Donald Trump y la posibilidad de que pueda ganar la Presidencia de Estados Unidos reavivó el temor acerca de las graves consecuencias que ello traería para el comercio, la economía, las finanzas y la seguridad en la Unión Americana y, de hecho, en gran parte del mundo.

Los riesgos de inestabilidad en los mercados, la economía y la seguridad mundial por una posible victoria electoral de Trump han sido advertidos por diversas organizaciones internacionales, que descalifican los planes que pondría en práctica el magnate inmobiliario en caso de llegar a la Casa Blanca.

De acuerdo con la Unidad de Inteligencia de la revista británica The Economist, por ejemplo, la posibilidad de que Donald Trump se convierta en el próximo presidente de Estados Unidos se considera uno de los diez principales riesgos globales, ya que ello podría quebrantar la economía global, así como aumentar los riesgos políticos y de seguridad de la gran potencia económica y militar.

El informe destaca que “Trump ha sido muy hostil contra el libre comercio, especialmente con el Tratado de América del Norte, y ha calificado a China varias veces como un manipulador de divisas”.

Establece además que su actitud de extrema derecha sobre temas como el yihadismo en Oriente Medio podría conducir a elevar el sentimiento contra Occidente, poniendo en riesgo a varias regiones del planeta.

Panorama apocalíptico

Para el propio EU, el riesgo sería de dimensiones catastróficas en caso de que Trump ganara la Presidencia de ese país, de acuerdo con una proyección realizada por la agencia calificadora Moody’s a petición del periódico The Washington Post.

Con Trump como presidente, indica el reporte, habría cuatro millones de estadunidenses desempleados, pérdida de poder adquisitivo, caídas en las exportaciones, desplomes en los mercados bursátiles, así como otra recesión en la economía de la Unión Americana.

Este escenario elaborado por la calificadora surgió al tomar como base la propuesta de campaña del candidato republicano de imponer aranceles de 45% a las importaciones chinas y de 35% a las mexicanas.

“El análisis de Moody’s proyecta que la economía de EU sería 4.6% menor a finales de 2019, si Estados Unidos impone aranceles a China y México. Se prevé que la creación de empleos sería siete millones de puestos más baja y la tasa de desempleo alcanzaría 9.5% a mediados de 2019. El déficit del presupuesto federal llegaría a ser 60% más grande”, difundió el Washington Post.

México

En cuanto a la preocupación frente a un eventual triunfo de Trump, nuestro país no es la excepción, ya que desde la visión del candidato republicano México ha resultado el principal beneficiado del TLCAN, al que no se cansa de calificar como el peor tratado comercial en la historia de Estados Unidos.

Otra de sus principales propuestas es la construcción de un muro en la frontera con México para evitar la inmigración, que tendría un costo de diez mil millones de dólares y que según él sería pagado por los propios mexicanos.

A últimas fechas, tal vez en un intento por granjearse la simpatía de los votantes hispanos y en especial de los de origen mexicano, Trump matizó su propuesta al decir que el inicio de la construcción de ese muro lo pagaría Estados Unidos y después México tendría que reembolsar su costo.

Para Sandra Serrano, académica de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), la victoria de Hillary Clinton tampoco modificaría mucho la política estadunidense de los últimos ocho años con respecto de México.

“La pelea por la candidatura demócrata llevó a Clinton un poco a la izquierda, pero no demasiado; y ella, como presidenta, no parece que vaya a realizar un cambio fundamental en esa línea”, afirma Serrano.

En ello coincide el profesor del Departamento de Estudios Sociales y Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México, David Sarquís Ramírez, cuando indica que “en general se asume que los demócratas tienen una buena relación con México, pero considero que si se examinan los cuatro periodos de los dos últimos presidentes, dos de George W. Bush Jr. y dos de Obama, puede observarse que en realidad no hay tanta diferencia en el trato que Estados Unidos da a México cuando está en el poder el Partido Republicano o el Partido Demócrata”.

—¿Qué quiere decir eso?

—Que, independientemente del discurso que se produce durante las campañas, existe una especie de política de Estado que ha sido muy uniforme en el curso de por lo menos 16 años con respecto de México.

Negro panorama

Donald Trump ha insistido también en que renegociaría e inclusive cancelaría el TLCAN si no se llega a un acuerdo en favor de la Unión Americana, una amenaza que para los analistas no toma en cuenta los beneficios que ha traído el acuerdo para ambos países y Canadá.

México es el tercer socio comercial de Estados Unidos y el primer destino de las exportaciones de California, Arizona y Texas; es además el segundo mercado para otros 20 estados de EU y casi seis millones de empleos en la Unión Americana dependen del comercio con nuestro país.

Los analistas coinciden en que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México resultaría afectado de manera importante en caso de un triunfo de Trump: se calcula que sería de 1.8% frente a 2.3% en caso de una victoria de Clinton.

De igual forma estiman que el peso se debilitaría frente al dólar, ya que llegaría a una cotización de 21 y 23 pesos por dólar en caso de ganar Trump, y de 18 a 21 de triunfar Clinton; además, la victoria del candidato republicano disminuiría la inversión extranjera directa, entre otros males.

Riesgo global

El analista Macario Schettino afirma en tanto que no hay mayor amenaza para México, en el corto plazo, que una victoria de Donald Trump en la elección presidencial, aunque en su opinión no está claro si podría o no cancelar el TLCAN.

Desde su perspectiva, una victoria del republicano sería tan grave para México que se reflejaría en disminución del comercio, baja de remesas de los connacionales y caída de inversión por miedo a represalias, lo que podría costar varios puntos del PIB.

Por su parte, el también analista Alejandro Gómez Tamez recuerda que las afirmaciones de Trump respecto de instaurar la política de proteccionismo comercial que piensa poner en práctica no es solo contra México, ya que también ha lanzado duras críticas en ese sentido contra las relaciones comerciales con Japón, China y en general con los países con los que EU básicamente tenga un déficit comercial.

Y advierte que en opinión de muchos investigadores internacionales, de realizar Trump sus planes en materia de comercio exterior y migración el mundo entero corre el riesgo de entrar en una recesión.

Para Patricia de los Ríos, catedrática de la Universidad Iberoamericana, triunfe Trump o Clinton de todas maneras habrá consecuencias muy negativas para México, ya que nuestro país se encuentra en una situación vulnerable frente a los proyectos de gobierno de los dos aspirantes presidenciales.

“En el caso de que gane Trump, ya nos podemos imaginar cuáles pueden ser las consecuencias muy negativas para la población mexicana que viven en Estados Unidos y para nuestro país. Se pueden prever toda clase de dificultades, como una revisión del TLCAN, que es probable que de todas maneras tenga que suceder. De ahí que pienso que en uno u otro caso de quién resulte triunfador, las consecuencias serán para México negativas”, considera.

Incertidumbre

Así, estamos a unos días de conocer al ganador de la elección presidencial en Estados Unidos, quien surgirá de un entorno de gran división entre los ciudadanos de la gran democracia mundial.

Estas elecciones se recordarán por haberse desarrollado en un proceso inédito, sin referentes previos al que llegó un candidato antisistema que derrotó al llamado establishment republicano, es decir, la clase política y tradicional del partido de derecha, con el que se sintió incómodo desde las elecciones primarias y la propia campaña presidencial y que al final terminó por renegar de su abanderado con la esperanza de conservar su ventaja en el Congreso estadunidense.

Por si fuera poco, los analistas advierten sobre dos peligrosos escenarios que pueden surgir tras la jornada electoral de este martes 8.

Por un lado, destacan el riesgo de una judicialización de la elección presidencial, ante la eventual negativa de alguno de los candidatos para reconocer el triunfo del otro, lo que supondría terminar con una larga tradición de más de 200 años en la democracia estadunidense, donde el perdedor siempre acepta el triunfo del vencedor.

Y, por otra parte, el peligro que representa la que consideran ya inevitable pérdida de credibilidad por parte de los votantes hacia los candidatos, sus partidos políticos, sus autoridades y hasta el sistema electoral mismo: la desconfianza parece dar paso de hecho a señales de inestabilidad que de no revertirse podrían derivar en la ingobernabilidad de la potencia más poderosa del planeta.

Por todo ello es que los ojos del mundo entero están puestos hoy en la elección presidencial de Estados Unidos.

Detalles

Voto anticipado Los estadunidenses pueden votar por anticipado en una elección presidencial, ya que la mayoría de los estados ofrece la opción de voto anticipado para votar en fechas específicas anteriores a los comicios. Algunos estados no ofrecen la opción del voto anticipado, pero sí de voto ausente en persona, lo que permite que un ciudadano pueda votar por adelantado luego de solicitar la papeleta respectiva.

Quiénes votan Los ciudadanos en ese país y aquellos que sin haber nacido en territorio estadunidense, hayan adquirido esa nacionalidad. El proceso de votación es mediante boleta, tarjeta, voto electrónico o vía correo, modalidad que establece la legislación electoral de cada uno de los estados.

Veda electoral En la legislación de la Unión Americana no existe alguna disposición respecto de una veda electoral, es decir, el tiempo previo al día de la elección en que se suspenden las actividades electorales para que el ciudadano cuente con tiempo para reflexionar su voto: los candidatos presidenciales pueden realizar actos proselitistas hasta el día de la elección.

Latinos Serán determinantes en esta elección presidencial —como en los procesos electorales recientes—, ya que se calcula que 25 millones estarán en condiciones de votar —sea porque son ciudadanos estadunidenses por nacimiento o naturalización—, lo que representa 11.3% del padrón. Son el segundo mayor grupo poblacional en EU, con 55.2 millones de personas, y representan 17% del total de la población.