La muerte del siglo XX

El 4 de diciembre Austria repetirá sus elecciones presidenciales después de que en mayo un candidato de la ultraderecha estuvo a punto de ganar.

Lucy Bravo
Columnas
Norbert Hofer
Foto: Facebook

Todo indica que 2016 pasará a la historia como el año en que el siglo XX murió: con el fallecimiento de Fidel Castro, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y la sorpresa del Brexit el mundo se encuentra a la deriva. Y antes de que pudiera asentar el polvo, los siguientes terremotos políticos para Occidente ya comenzaron a gestarse en Austria e Italia.

El 4 de diciembre Austria repetirá sus elecciones presidenciales después de que en mayo un candidato de la ultraderecha estuvo a punto de ganar, mientras que Italia celebrará un referéndum sobre las reformas constitucionales promovidas por el primer ministro Matteo Renzi, quien ha apostado su futuro político a ese resultado.

En ambos casos el efecto de la ola global del populismo antiestablishment podría ser fatal. Muchos temen que una victoria de la extrema derecha en Austria y la derrota de Renzi marcarían el inicio del fin para Europa como la conocemos.

Austria está a un paso de convertirse en la primera democracia europea en elegir a un jefe de Estado de la extrema derecha desde la Segunda Guerra Mundial. Norbert Hofer, quien perdió en las elecciones pasadas por un margen de 0.6% y ahora lidera en las encuestas, pertenece al Partido de la Libertad, un movimiento nacionalista formado originalmente en los cincuentas por ex nazis.

Pero los mercados financieros parecen más desconcertados por el posible fracaso del referéndum italiano, como sugieren los sondeos. Las reformas que buscan estabilizar el frágil sector bancario de Italia —con una deuda que representa 133% del PIB— están ligadas a una polémica ley electoral que garantizaría mayores facultades al partido en el poder. Una propuesta que puede resultar contraproducente si el Movimiento Cinco Estrellas —principal partido opositor, liderado por un comediante— se impone en las elecciones de 2018.

Tiempo

Así, en las urnas se volverá a jugar el destino de la Unión Europea (UE) y se librará la última batalla entre el internacionalismo liberal y el nacionalismo insurgente de este turbulento año.

Tanto Italia como Austria podrían convertirse en el tercer dominó del derrocamiento internacional de los pilares de Occidente.

Y recordemos que el próximo año Holanda, Francia y Alemania también tendrán que medir en los comicios el grado de penetración de la retórica populista que está cambiando al mundo.

Las fuerzas políticas que quieren fragmentar a la UE están colocando sus piezas en el tablero, pero aún está por verse si el electorado responderá al llamado. Aunque la disolución completa del bloque es todavía improbable, no puede descartarse completamente y si el resultado de las votaciones que se avecinan realmente desencadenan su colapso, entonces la unión era tan frágil, que su destrucción era solo cuestión de tiempo.