Cultura: una alternativa

Un niño que visita exposiciones, escucha música, lee, ve películas, tiene acceso a las artes escénicas, tendrá una autoestima real

Masha Zepeda
Columnas
NIÑA LEYENDO
Foto: Cuartoscuro

Doce meses duros los que pasamos en nuestra casa común, que es nuestra Tierra, a la que tenemos que proteger aunque aún muchísimos no acaban de entender que el calentamiento global existe con sus terribles consecuencias, sobre todo para las generaciones que van llegando, y que solo nosotros —cada uno de los habitantes del mundo— en conjunto y solidariamente podemos ayudar a detener un desastre que día a día acaba con especies, cambia el clima, el medio ambiente y produce terribles tragedias naturales.

Pareciera que la naturaleza nos pasa una factura que también se refleja social, política y económicamente en nuestra vida diaria, donde el terrorismo, las guerras absurdas que no parecen tener fin, la intolerancia religiosa, de diversidad, racial y de libre pensamiento son nuestra realidad diaria que provoca sufrimiento en los cuatro puntos cardinales.

¿Hay solución? ¿Qué hacer?

Tal vez lo único que nos llevará a la armonía y al respeto es seguir de pie, con la mirada en alto y con el deseo de que nuestros hijos tengan oportunidad de tener una vida digna, sin temores porque el trabajar diariamente genera más trabajo y reflexiones: saber que las diferencias existen y debemos respetarlas es ya una prioridad, así como tener claro que las posiciones extremas se deben poder debatir y tolerar sin necesidad de violencia, sin dañar a la sociedad civil eternamente inocente: cada acto terrorista destruye familias, amistades, ciudades, países… porque cada muerte violenta tiene una consecuencia, un dolor, una frustración. Y ese no es el mundo que queremos para nuestros niños y jóvenes que hoy, diariamente, ven guerras y muertes innecesarias.

Contrarreloj

Con el dólar terriblemente alto en relación con nuestro peso, inmersos en una reforma energética que nos lleva a lo que estamos viviendo con el alza de la gasolina, los insumos y la electricidad que la mayoría de nuestros diputados y senadores aprobaron y que son parte de la clase política que día con día desilusiona a los ciudadanos y votantes potenciales, con una sociedad lastimada y que se siente tanto avergonzada como timada, el panorama nacional también se ve terrible.

Así las cosas, quiero de verdad que México cambie y la única manera es en el futuro saliendo a votar de manera masiva, promover el voto como compromiso propio, exigir y apoyar a las candidaturas independientes y sobre todo, teniendo un compromiso individual que crezca de manera masiva por medio de la solidaridad, la enseñanza y la conciencia.

No es imposible pero tenemos que empezar por la casa y de manera individual hasta llegar a todos y cada uno de los ciudadanos. Y, por supuesto, de la mano de la cultura: un niño que visita exposiciones, escucha música, lee, ve películas, tiene acceso a las artes escénicas, baila y goza con estas actividades tendrá una autoestima real y será un adulto receptivo con una visión de la vida más amplia, sin que esto represente un costo extra para la familia.

Afortunadamente, en México contamos con una amplia oferta para ello a nivel nacional. Es posible trabajar en este sentido: no perdamos más tiempo, porque vamos contra el reloj.