Combustibles alternativos: ¿oportunidad de mercado en México?

Empresarios, científicos y mercadólogos exponen la posibilidad de liberar gradualmente al parque vehicular nacional de las gasolinas fósiles.

Norberto Vázquez
Todo menos politica
Combustibles alternativos
Foto: Alexander Ishchenko

Dada la inestabilidad en los precios internacionales del petróleo, México necesita cambiar radicalmente las políticas públicas sobre el uso de energía fósil a otro tipo de combustibles alternativos. El objetivo: incrustarse de lleno en el uso de gasolinas renovables y con ello explorar este inédito mercado como salida energética.

Esto con dos finalidades claras: reducir la emisión de gases contaminantes que alteran el medio ambiente y mudar a productos más económicos de movilidad vehicular.

Empresarios, científicos y mercadólogos señalan que aun cuando la gasolina y el diésel siguen siendo los carburantes más utilizados en México, la implementación gradual de otras alternativas para sustituirlos es ya una realidad en diversos países del orbe como fuentes reales de energía que, si bien de manera incipiente, han encontrado ya un mercado sólido y con gran auge para liberarse de los inestables precios internacionales del oro negro.

El uso de combustibles alternativos, agregan los consultados, surge de la necesidad de producir carburantes más amigables con el medio ambiente, además de encontrar una solución de largo plazo a la escasez futura de petróleo.

Los conocedores del tema indican que este es el momento oportuno para innovar en un nicho alternativo con combustibles que no impliquen cambios sustanciales a los motores vehiculares y sean idóneos para desarrollarse en México, debido a que pueden fortalecer al sector agrícola, favorecer la independencia tecnológica, mejorar la administración de los recursos petroleros y, por si fuera poco, aportar beneficios ambientales.

Contaminantes

El Instituto Nacional de Ecología reconoce que el transporte es una de las actividades más importantes dentro del sistema económico mexicano: “Es una fuente indispensable para el funcionamiento del aparato productivo; en los pasados diez años creció a una tasa anual promedio de 6.6%, lo que representa más del doble de lo que creció la economía mexicana en su conjunto durante este periodo; su participación en el Producto Interno Bruto (PIB) representó cerca de 14%; asimismo, aporta directamente 2.2 millones de empleos, lo que significa 5.1% del mercado laboral”.

Pero el sector del transporte también es una de las fuentes más importantes de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).

El instituto estima que en el más reciente lustro “México generó el equivalente a 643 mil 183 gigagramos (Gg) en unidades equivalentes (UE) de dióxido de carbono (CO2), volumen que lo sitúa dentro de los 15 principales países emisores, con una contribución aproximada de 1.5% de las emisiones globales.

En lo que respecta a las fuentes responsables de emisiones, la mayor contribución corresponde al sector energético, con 61%, del que 29% se registran respecto de la quema de combustibles fósiles en fuentes móviles (sector transporte)”, expone.

Necesarios

Según el documento Los biocombustibles en México, realizado por el Centro Mario Molina, “diversificar la oferta energética e incrementar el uso de energías renovables es conveniente para México por razones estratégicas, económicas y ambientales. Los biocombustibles pueden jugar un papel destacado en este esfuerzo”, pero puntualiza la importancia de que “su producción y uso se apeguen a estrictos criterios de sustentabilidad”.

En el caso particular de México “el sector transporte ocupa un lugar relevante en el consumo de productos petrolíferos (gasolina y diésel). Los contaminantes que en mayor proporción se producen en los vehículos que usan gasolina son: monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y ciertos hidrocarburos tóxicos como benceno, formaldehídos y acetaldehídos. Las principales características de la gasolina, en cuanto a su impacto por las emisiones, son concentración de azufre y altos niveles de benceno”, plantea el documento.

A su vez, expone este informe científico, “los vehículos a diésel emiten cantidades importantes de óxidos de nitrógeno y partículas metálicas, las cuales dependen de la tecnología del vehículo automotor, de las condiciones mecánicas de la unidad y de las características y calidad del diésel”.

Y expone el Centro Mario Molina: “Frente a este panorama, algunos combustibles alternativos, especialmente los de origen vegetal, ofrecen la ventaja de no contener azufre, principal causante de la lluvia ácida, y la posibilidad de combinar su uso con los convencionales”.

Retos

En la Estrategia nacional de energía 2013-2017 —signada por la Secretaría de Energía— se establece que “uno de los retos más importantes que se enfrenta es la refinación, procesamiento y generación de los combustibles que el país demanda, así como aquellos asociados a la diversificación del parque de generación a fuentes alternativas”.

En esta propuesta se afirma que “para introducir exitosamente el uso de biocombustibles en el sector transporte mexicano es necesario determinar metas adecuadas conforme a la realidad nacional y continuar con la estrategia de adquisición de estos por parte de las paraestatales, de manera gradual, comenzando por el etanol anhidro”.

Para la Secretaría de Energía los principales retos que enfrenta nuestro país en materia de combustibles son “garantizar su abasto en todos los sectores; mejorar la calidad de los combustibles que se producen; desarrollar un mercado para combustibles alternativos; y recurrir a tecnologías que sean innovadoras, como el uso de hidrógeno”.

Empresarios

El presidente de Coparmex-CDMX, Jesús Padilla Zenteno, asevera que la crisis ambiental que enfrentaron el país y la Ciudad de México a lo largo de 2016 reactivó la discusión sobre el uso de gas natural y energías alternativas para contrarrestar la utilización de combustibles altamente contaminantes como la gasolina. “Ante los altos niveles de contaminación que enfrenta la Ciudad de México, la incorporación de nuevos combustibles es obligada para que esta metrópoli dé el paso definitorio entre ser una urbe global o quedarse estancada en las contingencias”, expone.

“El uso de gas natural debería ser una de las alternativas mayoritarias para el transporte. Sus beneficios son innegables: 90% de reducción de partículas nocivas para la salud, 50% de ahorro en gasolina o diésel y 200 toneladas menos de contaminantes si se le compara contra un bus a diésel”, afirma Padilla.

Explica que ante la falta de definiciones políticas “los empresarios del sector deben ir tocando puertas y enfrentando la inquietud y demandas naturales. Si bien ya existen vehículos híbridos a gasolina y diésel, es la falta de infraestructura lo que tiene detenida la transformación del transporte, situación que se repetirá con la incorporación de vehículos a gas natural”.

Ante este panorama, anticipa que hace falta un largo camino de cabildeo ante los gobiernos federal y central para que se desarrolle la política pública que permita la creación de infraestructura suficiente.

“Una ciudad de clase mundial no puede vivir paralizada por las contingencias ambientales. La ciudad necesita combustibles menos contaminantes y más eficientes. Trasladar los cinco mil vehículos de la flotilla gubernamental a gas natural será un buen mensaje que abrirá pauta para que los vehículos particulares puedan seguir la misma lógica. En el corto plazo, se espera la sustitución de tres mil microbuses por mil autobuses a gas, lo que tendrá un efecto positivo sobre la calidad del aire en la ciudad”, adelanta Padilla.

Científicos

Uno de los más grandes descubrimientos de energías alternativas descubiertas en la Sonda de Campeche fue realizado por geólogos de la UNAM de manera reciente: así como un volcán terrestre expulsa lava y fumarolas, un volcán submarino, localizado a tres mil metros de profundidad en el Golfo de México, vierte “hidrato de metano”, lo que para los científicos es una noticia prometedora para liberar un combustible alterno.

“Junto con el asfalto, el hidrato de metano es parte de los componentes del Volcán Chapopote que descubrimos en la Bahía de Campeche hace algunos años y del que se podrá extraer en el futuro un nuevo combustible, aunque México aún está lejos de esa posibilidad”, explica Carlos Mortera Gutiérrez, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM y uno de los descubridores.

El geofísico prevé que en pocos años “Japón y Canadá serán los primeros países en diseñar métodos de extracción del hidrato de metano, sustancia que se ha localizado en algunos suelos oceánicos (no en volcanes) en aguas pertenecientes a esas naciones”, narra.

Dice que “la explotación del hidrato de metano implica un reto para el ser humano, puesto que su estructura se mantiene resguardada en cápsulas de hielo y al sacarla de su temperatura y ubicación marina, se desintegra en el océano liberada como gas”.

Por su parte, Elva Escobar, del Instituto de Ciencias del Mar de la UNAM, añade sobre este descubrimiento: “Nuestro interés central es profundizar en el ecosistema marino donde conviven el Volcán Chapopote y comunidades de esponjas, moluscos, gusanos y bacterias que se alimentan del metano y del asfalto que emanan de esa formación geológica, la cual tiene un diámetro de un kilómetro y una altura de 800 metros”.

Y revela Escobar: “Creemos que hay al menos otros tres volcanes definidos en esa región de la Bahía de Campeche, pero tenemos mucho por explorar en esa zona para caracterizarlos. La Zona Económica Exclusiva es casi la mitad del patrimonio natural de México, pero es un sitio casi desconocido. No estábamos buscando petróleo, sino las características de los grupos de animales y microorganismos. Así que fue una sorpresa para todos encontrar el volcán y profundizar en su relación con las especies que ahí viven”, concluye.

Mercadólogos

Ramses Pech, experto mercadólogo en combustibles alternos, hace un balance sobre la posibilidad de arranque de un mercado nacional en este sector. “México tendría que realizarlo con base en la nueva apertura del mercado y no esperar más. Es decir, la transición de la reforma energética deberá incluir los tipos de combustibles para los vehículos motores y la utilización del gas natural para generar electricidad, con base en que las estaciones de servicio son independientes y el permiso es otorgado por el gobierno”, narra.

Además, hace un planteamiento sobre la regulación de un posible mercado de combustibles alternos. “Es necesario que el gobierno, por medio de los entes reguladores, impida que una determinada marca de distribución de combustibles, ya sea nacional o internacional, influya en la decisión de las estaciones de servicio sobre el tipo de combustible a usar y quite la autoridad al dueño de tomar decisiones sobre qué ofertar al público”, recomienda.

Como parte central para la apertura de este posible sector, Pech pone algunos puntos a debate: “La transición energética deberá incluir no solo transición eléctrica, sino al gas natural como bajo emisor de dióxido de carbono; se debe realizar una transición energética que permita la venta de combustibles automotrices alternativos a la gasolina; se requiere un padrón de los coches que actualmente tienen forma de usar etanol; y permitir que firmas puedan realizar la conversión con la certificación respectiva de la fábrica para convertir a fuel flex —autos que funcionan con 85% alcohol y 15% gasolina—; y siendo uno de los exportadores más grandes de autos, hacer convenios con las empresas para que fabriquen carros para México de este tipo”, puntualiza.

Para los expertos la dependencia del petróleo como fuente de energía para el transporte produce condiciones cada vez más desfavorables en los ámbitos social, político y ambiental.

Lo conocedores resaltan que uno de los argumentos que más se usan para impulsar el uso de combustibles alternos es su contribución a resolver el problema del calentamiento global resultante de la emisión de GEI.

Lo cierto es que estos especialistas dicen que el dilema en México va más allá: mientras por un lado posee un mercado poco explorado y falta de infraestructura e inversores, por el otro necesita políticas públicas que los alienten, distribuidoras vehiculares que modifiquen su funcionamiento a estos carburantes y, principalmente, una menor dependencia de las gasolinas fósiles.

Combustibles y energías alternas

Biodiésel Es sacado de aceites vegetales y grasas animales. Esto por lo general produce menos contaminadores de aire que el gasoil a base de petróleo.

Biocarburantes Son productos que se usan como sustitutivos de la gasolina y del gasóleo de vehículos; se obtienen a partir de materias primas de origen agrícola: bioetanol y bioalcohol.

Electricidad Se produce a partir de una variedad de fuentes como el carbón, el gas natural, la energía nuclear y las energías renovables. Alimentar vehículos con electricidad no causa emisiones de escape, pero generar electricidad puede producir contaminantes y Gases de Efecto Invernadero (GEI).

Etanol Es producido del derivado del maíz y la caña de azúcar, produce menos emisiones de GEI que los combustibles convencionales.

Gas natural Es un combustible fósil que genera menos contaminantes de aire y GEI. Hidrógeno Puede ser producido a partir de combustibles fósiles (como carbón), energía nuclear o recursos renovables como la energía hidroeléctrica. Los vehículos que utilizan hidrógeno puro no emiten contaminantes de aire.

Hidrato de metanoSu estructura se mantiene resguardada en cápsulas de hielo y al sacarla de su temperatura y ubicación marina se desintegra en el océano liberado como gas en volcanes marinos o suelos oceánicos.

PropanoTambién llamado gas Licuado de Petróleo (LP). Es un combustible fósil abundante en el país que genera menos contaminantes de aire y GEI.

Fuentes: UNAM, Centro Mario Molina e Instituto Nacional de Ecología