Diversidad lingüística, riqueza poco valorada

Día internacional de la lengua materna

Ricardo Pérez Valencia
Todo menos politica
Lenguas indíjenas
Foto: Cuartoscuro

Uno de los retos más importantes en el país en materia cultural y educativa, pero sobre todo en cuanto a igualdad y acceso a la justicia social, es la defensa de los derechos individuales y colectivos de los indígenas: gran parte de esa justicia debe sustentarse en la conservación, promoción y revitalización de las lenguas originarias.

De ahí que se requiera satisfacer las necesidades de servicios de interpretación y traducción en lenguas indígenas en materia de procuración, administración e impartición de justicia, atención a la salud y servicios públicos en general.

En este sentido, el nuevo director del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), Juan Gregorio Regino, dice a Vértigo que resulta de vital importancia valorar las experiencias de bilingüismo e interculturalidad que se dan en las comunidades y que son modelos que el sistema educativo nacional debería adoptar, porque así colocaría a las lenguas indígenas en un estatus de reconocimiento social mayor.

Para ello, indica, se debe construir una agenda que permita que la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas (LGDLPI) trascienda a cada una de las entidades federativas.


“Debemos generar leyes estatales, fondos e infraestructura estatales que atiendan este carácter multilingüe y que es inexistente en algunos estados; esto amerita mayor prontitud y celeridad en el proceso, porque hay gran cantidad de lenguas en peligro de extinción”, advierte Regino.

Frente común

Al Inali le interesa mucho generar políticas lingüísticas desde las comunidades donde los gobiernos tradicionales tienen un papel fundamental para definir, junto con sus habitantes, el destino de las lenguas indígenas, de sus lenguas, puntualiza Juan Gregorio Regino, quien por cierto desde mediados del año pasado es integrante de la Academia Mexicana de la Lengua.

“Como hablante de lengua indígena tengo la experiencia de que no es a través de decretos únicamente como se logra la preservación de una lengua, sino también del compromiso que los hablantes asuman respecto de su lengua y del compromiso que las comunidades generen para permitir a las nuevas generaciones el uso de la lengua y para que la escuela la convierta en una herramienta de pensamiento para generar habilidades, desarrollar aptitudes y competencias bilingües en un contexto multilingüe”, explica.

—¿Cómo enfrenta el Inali la cuestión del presupuesto y sus necesidades de personal para lograr objetivos?

—Estamos pensando en crear fondos bilaterales o tripartitos, con la participación de la Federación, los estados y la iniciativa privada, y agregarle también lo que los gobiernos tradicionales puedan aportar. Muchas veces esto no se traduce en dinero sino en acciones, en bienes y servicios, eso que en ocasiones no se contabiliza. Es importante sumar esfuerzos y que ese tipo de convenios se hagan directo allá, en las comunidades, en las poblaciones indígenas, y que sean ellos quienes decidan cómo y a qué se asignan esos recursos.

Resistencias

Aunque a partir de 2003, cuando se promulgó la LGDLPI, se da carácter nacional tanto al español como a las lenguas indígenas, en la práctica esta decisión todavía no se concreta, comenta por su parte Martín Rodríguez Arellano, presidente del consejo directivo de la Organización de Traductores, Intérpretes Interculturales y Gestores en Lenguas Indígenas (OTIGLI).

La visión de castellanizar y de homogenizar sin respetar las lenguas indígenas, la forma de vida, la cultura, la forma de gobierno, con el fin de insertar a los pueblos indígenas a una nación, expresa, ha dañado la conservación de las lenguas y toda la visión cultural a tal grado que para ciertos grupos indígenas la pérdida es irreversible.

“Hay avances en las leyes, en los convenios y tratados internacionales, en la misma Constitución… pero hace falta aterrizarlos, que el derecho indígena se conozca desde la educación primaria. Hace falta que en las escuelas de todos los niveles se enseñe el derecho indígena, que hay pueblos indígenas en el que el derecho normativo es diferente”, señala Rodríguez Arellano.

Hace énfasis en que la interculturalidad solamente la practica el indígena, porque además de su lengua materna aprende el español, mientras que la persona que es monolingüe en español no hace ningún esfuerzo por aprender una lengua indígena.

Visión

Por su parte, René Ramírez Pérez, indígena ñuhu de Veracruz y perito cultural, comenta en entrevista por separado que la diversidad cultural de alguna manera enriquece nuestra visión del mundo para dar respuesta a las necesidades.

“Como sociedad mexicana tenemos la oportunidad de tener más de 68 visiones y maneras de interpretar el mundo; entonces, tenemos una gran riqueza… y nos podría dar muchas alternativas para solucionar nuestros problemas”, destaca.

Ramírez explica que como perito cultural tiene que dar a conocer la diferencia de pensamiento, de impartir justicia y de juzgar: “Quienes están involucrados en la implementación de los sistemas de procuración de justicia no han entendido que hay una diversidad cultural; lo pueden ver, pero no pueden entender que se deben dar respuestas pertinentes a esa diversidad”.

Respecto de la conmemoración de fechas como el Día Internacional de la Lengua Materna, cada 21 de febrero a proclama de la UNESCO en 1999, los especialistas coinciden en señalar que es importante para evaluar los avances en la materia.