Para documentar tu optimismo

94 millones de estadunidenses están fuera de la fuerza laboral 

Guillermo Fárber
Columnas
Pobreza EU
Foto Rafael Ben-Ari

En su primer discurso ante el Congreso, Donald Trump dijo que de entrada “debemos reconocer honestamente las circunstancias que estamos heredando”. Y enlistó estas circunstancias (que ciertamente son graves, pero son solo algunas, las que sirven como premisas de su lema Make America great again):

·94 millones de estadunidenses están fuera de la fuerza laboral. Más de 43 viven en la pobreza. Más de 43 millones viven gracias a los cupones de alimento (el equivalente, pero a lo bestia, a las larguísimas colas en las calles durante la Gran Depresión). Más de uno de cada cinco jóvenes está desempleado (y esto según las cifras oficiales; la realidad es mucho peor).

·“Hemos tenido la peor recuperación financiera en 65 años”. (¿Será porque no ha sido recuperación en absoluto, sino una recesión desde 2008, si no es que de plano franca depresión en algunos de esos años?)

·“En los ocho años pasados la administración saliente contrató más deuda que la casi totalidad de los anteriores presidentes juntos”. (Y ni esas inyecciones colosales de liquidez, le faltó añadir, bastaron para producir por sí solas la apariencia de una “recuperación” francamente patética; fue necesario además falsear, manipular y maquillar todos los indicadores macroeconómicos como PIB, inflación, desempleo, etcétera.)

·“Hemos perdido más de la cuarta parte de nuestros empleos en manufactura desde que entró en operación el TLCAN y hemos perdido 60 mil fábricas desde que China entró en la Organización Mundial de Comercio en 2001. Nuestro déficit comercial con el mundo llegó el año pasado a casi 800 mil millones de dólares”. (¿Y por qué se enoja, si paga con dólares, o sea, con “dinero” que no existe, que EU saca de la nada?)

·“En la esfera geopolítica hemos heredado una serie de trágicos desastres en política exterior”.

I have a dream

Para enfrentar esos retos (y muchos otros, supongo) Trump propuso en su discurso una serie de puntos incontestables, pero convenientemente vagos: “Piensen en las maravillas que podemos alcanzar si tan solo, simplemente, dejamos libres los sueños de nuestro pueblo”. Y cita varios puntos, algunos de ellos sin duda muy emocionantes.

“La cura de enfermedades que nos han afectado siempre no es demasiado pedir. Dejar huellas norteamericanas en mundos distantes no es un sueño demasiado grande. Sacar a millones del welfare y ponerlos a trabajar, no es demasiado esperar. Calles en las cuales las madres se sientan seguras para caminar sin miedo, escuelas donde los niños estudien en paz y trabajos que les den a nuestros compatriotas prosperidad y crecimiento, no es demasiado pedir. Cuanto hayamos alcanzado todo esto habremos hecho a Estados Unidos más grande que nunca. Para todos los estadunidenses. Esta es nuestra visión. Esta es nuestra misión. Pero solo podremos lograrla juntos, unidos. Somos un solo pueblo con un solo destino. Todos tenemos la misma sangre. Todos saludamos la misma bandera. Y todos hemos sido hechos por el mismo Dios”.

O sea, business as usual.