Advierten que Trump podría pasar a la historia como ignorante

El calificativo por su negativa a reconocer el cambio climático

Redacción
Política
Donald Trump
Foto: NTX

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, podría pasar a la historia como el hombre más obstinado e ignorante al negarse a reconocer el cambio climático y que el mundo está al borde de un desastre ecológico, afirmó el diario “Los Angeles Times”.

“A medida que los peligros del cambio climático se volvieron innegables, el ex presidente Barack Obama se alzó al desafío y ayudó a establecer a la nación y el mundo en el camino hacia un futuro medioambiental menos peligroso”, comparó el rotativo.

Trump debería acelerar ese cambio presionando por programas aún mayores y mejores que Obama defendió, de lo contrario su legado “será el de un ignorante y exageradamente obstinado”, aseguró el diario californiano en uno de sus editoriales.

Con el título de “Trump no ha destruido el ambiente todavía. Así que la lucha está encendida”, el rotativo advirtió que una nube tóxica se cierne sobre la Casa Blanca cuando hay un presidente que niega la ciencia.

A casi cuatro meses del inicio de la administración de Trump, los riesgos para el aire, la tierra y el agua de la nación son grandes e inminentes, al igual que la amenaza a los tardíos esfuerzos del gobierno para combatir el catastrófico calentamiento global.

Si los partidarios de Trump creen que esta es una nación excesivamente regulada, es mejor que se preparen a sí mismos y a sus descendientes por vidas insalubres y perturbadas, alertó el cotidiano.

Con la ayuda del Congreso, el presidente Trump rescindió una regla del gobierno de Obama que limitaba los desechos que las minas de carbón podrían arrojar a las vías fluviales.

El Senado rechazó un esfuerzo similar para eliminar una regla que limita las emisiones de metano de nuevos pozos en tierras federales.

Trump también dirigió a la Agencia de Protección Ambiental para revisar un programa del ex presidente Obama, Clean Power Plan, cuyo objetivo era reducir las emisiones de las centrales eléctricas 32% por debajo de los niveles de 2005 para 2030.

Y, además, quiere instalar más plataformas de petróleo y gas a lo largo de las costas de Estados Unidos.

“Escuchar que la razón no es un traje fuerte de Trump”, el diario más importante en el oeste de Estados Unidos recomendó que tal vez la mejor táctica sería apelar a su sentido comercial.

Todos y cada uno de esos cambios serían perjudiciales para el medio ambiente en el corto plazo y algunos harían más difícil desacelerar las emisiones de carbono que ya están impulsando el calentamiento global y el cambio climático, aseveró “Los Angeles Times”.

Tribunales

Afortunadamente, la mayoría de las amenazas más preocupantes de Trump aún no se han ejecutado. La principal línea de defensa contra este enfoque “alimentado por la avaricia al medio ambiente” será en el proceso de revisión regulatoria, comentó el editorial.

En esta el gobierno de Trump tendrá que argumentar que tiene razones sólidas y válidas para deshacer las regulaciones que las administraciones anteriores habían considerado necesarias. ¿Y después del proceso de revisión regulatoria?: los tribunales.

Grupos ambientalistas y funcionarios estatales —incluyendo en California— han presentado demandas legales sobre decisiones del gobierno de retrasar la prohibición de clorpirifos (un plaguicida agrícola relacionado con problemas de aprendizaje en niños) y de retrasar fechas efectivas de seis nuevos estándares de eficiencia energética para dispositivos electrónicos.

También desafían la decisión de Trump de revertir la prohibición del anterior gobierno de Obama de perforar en los océanos Atlántico y Ártico. Así que la lucha está encendida. Y el medio ambiente necesita ganarlo, subrayó.

Trump sigue prometiendo que sus políticas revivirán la industria del carbón, pero el gas natural más limpio y más barato ya ha debilitado la demanda de carbón, lo que ha llevado a las grandes compañías del mineral a la bancarrota.

Y las fuentes renovables como la hidroeléctrica, eólica y solar se espera que dominen la producción de energía doméstica en 15 años.

La disposición de Trump a sacrificar las protecciones ambientales para los beneficios empresariales encaja con la filosofía procrecimiento, antirreguladora que cualquier otro republicano celosamente proempresarial podría haber traído a la oficina Oval.

Pero Trump destaca por alinearse con aquellos que rechazan el abrumador consenso científico de que la actividad humana está impulsando el calentamiento global y negándose rotundamente a reconocer que el desastre espera al mundo si no corregimos nuestro rumbo sobre las emisiones de carbono.

¿Entonces qué hay que hacer? Escuchar la razón no es un traje fuerte de Trump, así que quizá la mejor táctica para intentar sacarle de este camino desastroso sería apelar a su sentido comercial, sugirió el diario.

La industria de las energías renovables todavía está en su infancia relativa, y hay miles de millones de dólares que se deben invertir al liderar el mundo en esa transición, y miles de millones que se perderán al no enfrentarse a los crecientes mares. Es la opción de dinero inteligente, concluyó.