LA GEOPOLÍTICA DEL PACÍFICO MEXICANO

Suponer que las disputas de China y sus vecinos no afectan a México, es tener una visión desinformada

Javier Oliva Posada
Columnas
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Foto: Notimex

Suponer que las disputas entre la República Popular China y sus vecinos, como son Corea del Sur, Japón, Vietnam, Filipinas, entre otros, por las delimitaciones de aguas exclusivas, como por la posesión de las islas Senkaku —así llamadas por Japón o Diaoyu por China—, no afectan a México: es tener una visión desinformada. También se puede afirmar respecto del proceso de descongelamiento de los casquetes polares y sus consecuencias sobre la ecología planetaria.

También hay una tercera variable igual de relevante y peligrosa como son las fricciones incrementales entre Corea del Norte y Estados Unidos, a propósito del desarrollo de misiles de largo alcance con potencial carga nuclear. Solo el pasado día 3 de julio, en la víspera por cierto del aniversario de la fiesta nacional de la potencia norteamericana, el régimen autoproclamado comunista encabezado por Kim Jong-un afirmó haber hecho una prueba balística de largo alcance exitosa. La reacción del presidente estadunidense fue advertirle al principal aliado norcoreano, China, que podría actuar por su cuenta para detener lo que considera una amenaza a su seguridad nacional.

De los once mil 122 kilómetros que el país tiene de litorales, siete mil 828 corresponden al océano Pacífico. Ubicándose nuestro país en segundo lugar continental, superado solo por Canadá. La participación de nuestra nación en foros multilaterales tanto de Latinoamérica como del sudeste asiático muestran que, además de la necesaria actividad comercial, debe hacerse un enfoque geopolítico en donde los justificados intereses de México queden a buen resguardo y representación en medio de serias e inéditas tensiones en una amplia zona que afecta en varios sentidos la seguridad y el comercio mundial.

Un paso muy importante que se dio el pasado Día de la Marina, luego de su discusión y aprobación en el Congreso de la Unión, fue que a partir del 1 de junio de este año y de manera efectiva a partir del 17 del mismo mes, fue la creación de la Dirección General de Capitanías de Puertos y Asuntos Marítimos, desde luego bajo responsabilidad de la Secretaría de Marina. Hay 103 capitanías, de las cuales 98 están activas.

La ubicación, por ejemplo, de Ensenada, Lázaro Cárdenas, Manzanillo, Salina Cruz, en las costas del Pacífico mexicano, nos da una idea clara de la relevancia que tiene nuestro país en los entresijos de interés mundial y georregionales.

En reuniones como la del Grupo de los 20 (G-20), en donde participa nuestro país, debe irse más allá de las visiones predominantes desde hace años, en donde la inmediatez del comercio hacen a un lado las visiones de largo aliento y de formulación de políticas sustentadas en las claras ventajas geografías de nuestro país. Los ajustes mundiales y las dinámicas de los conflictos no se detienen y sí en cambio excluyen a aquellos países que no se adentran con proyectos y determinación en la defensa de sus intereses nacionales.

Las tendencias en el océano Pacífico —el más grande del mundo— apuntan a una escalada de controles y obstaculización a las rutas comerciales, a la vez de los reclamos soberanos. México cuenta con los recursos para mantener una presencia, e incluso incrementarla, para ser un referente indispensable en los complejos procesos de negociación, ya que en ese sentido contar con Fuerzas Armadas a la altura de los retos geopolíticos y mundiales es la mejor opción que podemos tener.