La Impracticidad del Argumento

“La única diferencia entre los seres humanos es la inteligencia.” - Susan Sontag

Daniela Suárez
Columnas
Lenguaje

El ser humano se compone de diálogos. Gracias a que creamos un lenguaje hoy nos podemos comunicar. La evolución nos llevó a formular distintas maneras de comunicarnos, a las que ahora llamamos idiomas. A pesar de que es casi imposible saberlo se calcula que en el mundo se hablan de tres mil a cinco mil lenguas, de las cuales solamente 600 cuentan con más de 100 mil hablantes, cifra que se considera mínima para garantizar su supervivencia a medio plazo.

Si bien todos necesitamos comunicarnos, algo que también nos diferencia de otras especies es el diálogo. Al ser humano le gusta intercambiar puntos de vista, opiniones y formular argumentos para dar a conocer una “verdad”.

A propósito del tema de la discusión, el otro día me topé con un artículo que me llamó realmente la atención: de acuerdo con unos ensayos de la escritora, guionista y activista Susan Sontag en un diálogo hay tres maneras de verificar si el argumento que alguien expone es verí- dico. Es decir, en tres pasos todos podemos refutar argumentos.

Encontrando la inconsistencia


Al plantear un argumento, un error muy común es la llamada falla lógica. Muchos de nosotros basamos las pláticas en lo que conocemos o creemos conocer a través de nuestras experiencias personales; por ende, llegamos a conclusiones generales y podemos caer en el engaño de creer que nuestra opinión es la única válida. Cuando hay una falla lógica existe una inconsistencia entre la causa y la consecuencia. Por ejemplo: existen estudios que aseguran que la alcachofa ayuda a bajar de peso, pero quizá yo la he probado y no me ha ayudado; por ende, asevero y concluyo que esto no es cierto y trato de convencer con ese argumento a otras personas.

Encontrando el contraargumento

Vivimos en un mundo dual y todo lo que sube tiene que bajar. En un argumento también debe haber siempre una contraproposición y para cada idea debe haber otra que la refute. Si existe la afirmación puede haber una negación también. Por ejemplo: el calentamiento global. De acuerdo con la BBC, en este tema hay un argumento y un contraargumento. El argumento es que “las mediciones muestran que ha habido un calentamiento en la superficie de la Tierra, pero hay muchos errores en cuanto a los valores”. El contraargumento asegura que “el calentamiento es inequívoco. Las mediciones oceánicas, la reducción de los glaciares y del hielo ártico, el cambio en el patrón de las estaciones y las diferentes mediciones muestran resultados consistentes con los provistos por las estaciones meteorológicas superficiales”.

Encuentra un contexto más amplio

Esta es una de las fallas más comunes. Hay veces en las que no tenemos el conocimiento necesario para considerar algún asunto en su totalidad. Quizá no siempre podemos señalar todos los factores que tiene una situación, por lo que Sontag considera que siempre debemos intentar ver un panorama más amplio para poder entender mejor el problema. Ejemplo: política y guerra. En estos temas complejos quizás es más fácil que olvidemos ver todos los detalles.

La maravilla de los argumentos y de las discusiones no siempre es tener la razón sino, en mi opinión, es enriquecernos con el conocimiento ajeno. Si nos empeñamos en querer imponer nuestra mente tal vez nos perdamos de muchas otras vertientes.