Nuevos tiempos, nuevos moldes

Para hablar de los jóvenes hay que distinguir en función de estrato social.

Redacción
Alain Badiou. La verdadera vida. Un mensaje a los jo?venes. Malpaso. Trad. Adriana Santoven?a. 121 pp.
Foto: Especial

Las generalizaciones no suelen ser buenas y en ocasiones quien las utiliza se equivoca: hasta hace poco especialistas y analistas sostenían que a los millennials poco les importaba la colectividad y que más bien eran apáticos socia- les, pero el sismo de septiembre pasado desmintió a quienes apostaban por una juventud ensimismada.

Para hablar de los jóvenes hay que distinguir en función de estrato social, si se habla de los urbanos o los rurales, de quienes estudian o trabajan... Quizá la única generalización posible tiene que ver con un futuro acotado en posibilidades de de- sarrollo. Aquí sí las banderas y origen importan poco.

El filósofo francés Alain Badiou (Rabat, Marruecos, 1937) lo sabe y echa mano del pensamiento socrático para traerlo a nuestros días y buscar corromper, en el mejor de los términos, a una juventud sin margen para el optimismo. “El tema de la filosofía, es la verdadera vida. ¿Qué es una vida verdadera? Esta es la única pregunta del filósofo” y por ende la corrupción a la que se refiere apunta en este sentido.

El camino implica desatender los valores de un sistema capitalista que fomenta la búsqueda del dinero y el poder como valores supremos. “Intentar que no entren en los caminos ya trazados, que no se consagren simplemente a obedecer las costumbres de la ciudad, que puedan inventar algo, proponer otra orientación en lo que concierne a la verdadera vida”.

Romper con la tradición

Badiou alerta sobre el ritmo cardiaco de nuestra era: la búsqueda de una satisfacción inmediata que se contrapuntea con una estabilidad sostenida en el consumo. El camino topa con una gran contradicción: se promueve la búsqueda de la eterna juventud —fitness, cirugías plásticas, ocultadores de canas—, pero en contraste y en términos laborales la falta de experiencia es un lastre. Ni qué decir de la cada vez más estrecha vida útil que defiende el sistema.

El filósofo, en este sentido, sabe que los ancianos e incluso quienes rebasan los 55 o 60 años están condenados a la marginación del sistema, que como a los jóvenes los hace a un lado. Sus ideas caen por momentos en un romanticismo casi utópico. Incluso podríamos decir que son poco prácticas, pero conviene retomar su pensamiento para cuestionar y detenernos un momento para pensar que otro mundo es posible siempre que aprendamos a romper con los moldes. Corresponde a cada uno de nosotros intentar ponerlo en práctica.

Otros títulos de Alain Badiou son El ser y el acontecimiento y Manifiesto por la filosofía.