Puente al Olvido

“Una semana de descanso vale más que la causa más importante”. 

Sergio Sarmiento
Columnas
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Especial

Tenemos legisladores muy apasionados pero con poca persistencia o paciencia. Un puente es suficiente para hacerles olvidar sus principios y sus enojos.

El caso del fiscal electoral, Santiago Nieto, es un gran ejemplo. Su destitución el viernes 20 de octubre provocó una verdadera tormenta política. Toda la oposición se unió en un cuestionamiento al procurador en funciones, Alberto Elías Beltrán, quien dio la cara por la decisión, y al presidente de la República, quien presumiblemente la ordenó.

Parecía una verdadera revuelta. Todos los partidos de oposición se unieron en el esfuerzo, incluso Morena y el pan, que rara vez encuentran puntos en común. Los senadores de oposición anunciaron que objetarían o vetarían la decisión del procurador en funciones, cosa que efectivamente podían lograr con una mayoría simple. Como el número de senadores del PRI y su aliado, el Partido Verde, apenas supera a los de la oposición en su conjunto se dio por hecho que habría una dura batalla que se definiría en un voto en el que cada sufragio contaría y en el que las faltas podrían provocar la derrota de uno u otro lado. Se habló de acuartelar a los senadores para que ninguno se ausentara.

Todos los detalles del proceso fueron causa de beligerancia. El orden en que se presentarían el procurador en funciones y el fiscal destituido fue objeto de discusiones y descalificaciones. El PRI planteó que primero debía presentarse el ex fiscal y luego el procurador en funciones debido a su dignidad. La oposición argumentó que el orden lógico era que primero compareciera el procurador, quien tendría que explicar sus acusaciones, y luego el fiscal para que tuviera oportunidad de defenderse.

La oposición cuestionó la misma idoneidad del procurador sustituto para ocupar el cargo ya que es requisito legal para ser procurador haber ejercido la profesión de abogado durante cuando menos diez años. Pero el procurador en funciones no cumplía con ese tiempo debido a que, por desidia o por lo que fuera, no había obtenido su cédula profesional hasta 2011, años después de haber concluido su carrera.

Decisiones

El tema de si la votación sería por cédula, para mantener la secrecía, o abierta, en el tablero electrónico, provocó la mayor de las disputas. El PRI defendió el voto secreto, en buena medida para evitar el acoso de los senadores que no apoyaran la objeción. Los partidos de oposición exigían, por su parte, un voto abierto para exhibir públicamente a quienes no se unieran a su causa.

De manera sorpresiva, sin embargo, el 27 de octubre, una semana después de su destitución, el ex fiscal Nieto anunció que retiraba su petición para que el Senado objetara el despido. Dijo que entendía que, aun si se le ratificara en el cargo, ya no podría cumplir con cabalidad sus responsabilidades de fiscal electoral debido a la desconfianza hacia él por parte de algunos. La oposición acusó al gobierno de haber presionado al ex fiscal.

Los senadores del PAN, el PRD, Morena y el PT afirmaron que seguirían en la lucha, pero el 31 de octubre decidieron aprobar una moción para irse de descanso durante una semana. Esto en automático hacía que se venciera el tiempo para objetar la destitución del fiscal.

¿Qué podemos decir de los senadores? Al final es lo mismo de siempre. Todos dicen que están comprometidos con sus causas y sus principios. Pero una semana de descanso vale más que la causa más importante. Un puente fue suficiente para olvidar todos los agravios.