MORENA Y EL VERDE

“Se rompió el principio ético de que no se debe legislar para ayudar a una sola persona”.

Sergio Sarmiento
Columnas
Ilustración

Morena y el Partido Verde llegaron a un acuerdo. En principio esto no debería sorprender. Una de las razones de que exista la política es lograr acuerdos que permitan gobernar un país. El problema es que este es un acuerdo con muchos cuestionamientos.

Manuel Velasco, senador por el Verde, recibió licencia en el Senado para regresar a Chiapas a cumplir con el resto de su periodo como gobernador. La licencia le había sido negada originalmente en una votación económica, a mano alzada, pero después vino el acuerdo.

Cinco diputados del Verde pasaron a la bancada de Morena, lo cual le permitió a Morena conseguir la mayoría absoluta y le dio la Junta de Coordinación Política, además de la presidencia de la Mesa Directiva. Morena no tendrá que preocuparse ya de las posiciones o resistencias de los partidos de oposición para fijar la agenda de la cámara baja. A cambio Morena permitió que se repusiera la votación en el Senado y, en un segundo intento, Velasco recibió la licencia que le permitió regresar a ser gobernador sin perder el cargo de senador.

Un senador tiene derecho a la licencia. En el caso de Velasco, sin embargo, la legislación local se enmendó con el solo propósito de permitir este doble enroque. Este procedimiento rompió el principio ético de que no se debe legislar para ayudar a una sola persona.

Dice Velasco que para él la “decisión cómoda, la decisión fácil” habría sido quedarse en el Senado, pero movió todas sus influencias políticas para asegurarse unos últimos meses en el gobierno de Chiapas.

De la misma manera Arturo Escobar, coordinador de los diputados del PVEM, afirma que el acuerdo fue muy fácil porque lo que obtuvo el PVEM de Morena no fue la licencia de Velasco sino programas de atención al cáncer infantil. Nunca explicó por qué esos programas, si son tan positivos, requerían darle a Morena diputados que el PVEM había ganado en las urnas. Nadie ha hablado, por otra parte, sobre la traición que significa que los ciudadanos voten por el candidato de un partido solo para que la dirigencia decida que se alinearán con otro.

Trampa

No sorprende que el Partido Verde haya descartado su alianza con el PRI y se haya unido a Morena. El PVEM ha buscado siempre estar del lado del poder. Fue aliado del PAN con Vicente Fox, pero después buscó acompañar al PRI. Hoy que el PRI ha perdido el poder se ha acercado a Morena. La maniobra que le ha entregado a este partido la mayoría absoluta a Morena en la Cámara de Diputados es la prueba más tangible de esta nueva alianza.

La unión entre Morena y el PVEM debe ayudar a borrar cualquier idea de que un partido, cualquiera, realmente busca responder a los deseos de los electores. Lo que buscan los políticos es acaparar el mayor poder que sea posible. Para un partido sin principios, como el Verde, esto significa que puede sacrificar a un grupo de diputados electos a cambio de que uno de sus miembros más importantes mantenga más tiempo el poder.

Al ver este chapulineo hay quien quiere cambiar nuevamente la ley electoral. Pero ya hay en la legislación disposiciones que buscan impedir que un jefe de gobierno o un gobernador pueda pasar directamente al Senado antes de concluir su mandato. De nada ha servido. Casos como el de Miguel Ángel Mancera y el de Manuel Velasco nos demuestran que los políticos que hacen la ley hacen la trampa. Mejor sería eliminar todas estas restricciones y tener un sistema electoral más sencillo y transparente