DESPERDICIAMOS 28 MILLONES DE TONELADAS DE COMIDA AL AÑO

La pérdida y el desperdicio de alimentos suponen mermas económicas por 278 mil millones de dólares al año.

Martha Mejía
Bienestar
Foto: Especial
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En México cada habitante desperdicia alrededor de 224 kilos de alimentos al año, lo que sumado representa 35% de la producción total de estos, indica la guía práctica Por qué y cómo cuantificar la pérdida y desperdicio de alimentos elaborada para Canadá, Estados Unidos y México.

El estudio presentado por la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) de América del Norte muestra que el primer lugar en desperdicio alimentario lo ocupa Estados Unidos con 126 millones de toneladas; en el segundo se ubica México, con 28 millones de toneladas, y en el tercer sitio está Canadá, con 13 millones de toneladas de comida anuales.

Según el reporte el alimento desperdiciado representa dinero perdido para empresas, hogares y gobiernos, a la vez que agrava la inseguridad alimentaria.

Cuando los alimentos se desperdician también se pierden recursos como agua, fertilizantes y tierras de cultivos asociados con esos alimentos.

En cuanto a lo económico el estudio revela que los gastos económicos son gigantescos: en total, en América del Norte se pierden 278 mil millones de dólares al año.

La guía no revela cifras individuales por nación, pero promediando los desperdicios alimentarios de cada uno de los tres países y la cifra total de pérdidas se calcula que EU perdería 209 mil 744 millones de dólares anuales, México 46 mil 610 millones y Canadá 21 mil 640 millones de dólares al año.

Asimismo el desperdicio de alimentos es responsable de la generación de 193 millones de toneladas de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en América del Norte. La cifra de estas emisiones de metano y dióxido de carbono (CO2), entre otras, equivale a lo que se generaría si se encendieran 41 millones de automóviles las 24 horas del día durante un año, por ejemplo.

César Rafael Chávez, director ejecutivo de la CCA para América del Norte, indica que más que un estudio se trata de una herramienta que permitirá contribuir con la reducción del desperdicio de alimentos y analizar sus impactos económicos y ambientales.

“Este trabajo es el resultado de la cooperación entre expertos de Canadá, Estados Unidos y México, así como los creadores de políticas públicas de los gobiernos, el sector privado y académico”, indica.

El funcionario de la institución intergubernamental tripartita asegura que esta guía es el inicio de un verdadero cambio: “Cuando veamos los resultados de la implementación de las propuestas habremos contribuido a reducir el desperdicio de alimentos, la generación de residuos y de Gases de Efecto Invernadero, a crear con los mercados y centros comerciales y a apoyar a los grupos sociales más desprotegidos”.

Porqués

Nuestro país sufre de problemas similares a los que aquejan a otros países de América del Norte en este sector: recortes, sobreproducción, infraestructura o maquinaria inadecuadas, diseño ineficiente de sistemas, daños durante la fase del empaque, pronósticos imprecisos, problemas de seguridad de los alimentos, deficiencias de la cadena de enfriamiento e inconsistencia en la calidad de los procesos.

En México 18% de la pérdida se produce en el sector de procesamiento y fabricación de alimentos. La guía indica que 93% de la venta minorista se realiza en pequeñas tiendas locales especializadas por categoría de producto: recauderías, carnicerías, pollerías y panaderías.

Un inconveniente es que la infraestructura de la cadena de productos fríos es limitada e inadecuada en muchas partes del país, pese a que constituye una de las mayores oportunidades para prevenir el desperdicio. Esto combinado con una infraestructura inadecuada de almacenamiento y transporte conduce a altos niveles de desperdicio durante la distribución.

Otra ineficiencia identificada es la centralización de mayoristas y corredores de alimentos, es decir, el viaje de las mercancías hacia los centros de las ciudades para su intermediación y su posterior reparto.

Por otra parte, México posee el porcentaje más alto de negocios locales e independientes en la industria de servicios de alimentos entre los tres países de América del Norte. Son empresas pequeñas que representan la casi totalidad de establecimientos de servicios de alimentos en el país y más de dos terceras partes de las ventas en el sector.

Estos restaurantes tienden a tener niveles mucho más bajos de desperdicio que los restaurantes más grandes o los que se encuentran en Canadá o Estados Unidos, lo que se debe en gran parte a los clientes frecuentes, a los menús constantes y al tamaño adecuado de las porciones que permiten un pronóstico altamente preciso.

Se trata de establecimientos que pueden tener menos infraestructura de almacenamiento en frío que sus contrapartes más grandes, pero los ciclos regulares de compras y ventas impiden que esto genere cantidades significativas de pérdida.

Sergio Sánchez, subsecretario de Gestión para la Protección Ambiental de la Semarnat, califica la pérdida de alimentos como una cuestión moral más que técnica.

Comenta que con la basura que generan los mexicanos se puede llenar cada año 82 veces el Estadio Azteca, por lo que destaca la necesidad de cambiar esta dinámica. “No está bien desperdiciar alimentos; y no lo está desde muchos puntos de vista, pero particularmente porque en un país como el nuestro, lleno de grandes contrastes y necesidades, tirar los alimentos no está bien”.

Refiere que hace un mes el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó la política pública Visión cero residuos, en la cual se coordinan el gobierno, la iniciativa privada y la sociedad civil, y ahora se buscará también incorporar el tema de los alimentos.

Gustavo Pérez Berlanga, vicepresidente de Sustentabilidad de Grupo Toks, expresa por su parte que —de acuerdo con el Banco Mundial— en México se desperdician al año 2.6 millones de pan blanco, es decir, 43% de la producción, y 1.3 millones de toneladas de huevo, esto es 38 por ciento.

“Imagínense que 37 tráileres llenos de carne se van a la basura todos los días; 19 tráileres de carne de pollo, también, y 2.8 millones de toneladas de tortillas, que equivalen a 29% del total de producción de tortillas en este país”, dice.

Recalca que los 28 millones de toneladas de desperdicio de alimentos pueden alimentar a 7.3 millones de personas en situación de pobreza extrema.

Y subraya la importancia de esta guía ya que desde la producción primaria, transportación, almacenaje, autoservicio, hoteles, restaurantes y hogares mexicanos se desperdicia casi 35% de la producción nacional de alimentos.

En México, recalca, 70% del desperdicio viene de las primeras etapas del ciclo de producción primaria, transportación y almacenaje, mientras que 30% se da en el resto de esta, a diferencia de Estados Unidos y Canadá, donde las cifras se invierten.

Los especialistas coinciden en la necesidad de despertar conciencia social para conseguir un consumo responsable por parte de la gente, que incluya solo aquello que se requiere y reduzca o haga desaparecer el desperdicio de alimentos no solo en los hogares mexicanos sino en toda la cadena de producción y con los diversos actores que intervienen.