VÉRTIGO: 18 AÑOS DE PERIODISMO Y REFLEXIÓN

Vértigo hace una aportación importante al diálogo político nacional.  

Redacción
Todo menos politica
Foto: Especial
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Hace 18 años el país entró en un proceso de transición democrática encabezado por una sociedad madura y más exigente no solo con sus políticos sino también con los medios de comunicación. En medio de esa vorágine surgió Vértigo, un semanario comprometido con el momento que enfrentaba México.

Hoy cumplimos la mayoría de edad dentro de un nuevo momento de cambio. La democracia mexicana se consolida gracias a ciudadanos cada vez más participativos y politizados.

Y una vez más, también, los medios enfrentan el reto de estar a la altura de las circunstancias, con el agravante de una revolución tecnológica que exige rapidez, eficacia y rigor.

Vértigo, como decía Antonio Machado, sigue haciendo camino al andar y lo hace sin perder la vocación crítica y propositiva con que nació. El proyecto encabezado por Julio Derbez y Jaime Aljure reafirma ahora más que nunca su compromiso con el periodismo que informa y que fomenta la reflexión.

A partir de la necesidad de hacer un alto en el camino para pensar en el país que éramos hace 18 años y en el que somos ahora convocamos a tres de nuestros colaboradores y cómplices en esta aventura. Sergio Sarmiento, Carlos Ramírez y Guillermo Fárber analizan el presente mexicano y el desafío que implica para los medios de comunicación.

Transición política y mediática

En marzo de 2001 la población mundial era de seis mil millones de habitantes, hoy es de siete mil 500 millones. Entonces habíamos 100 millones de mexicanos y hoy somos 133 millones.

Guillermo Fárber hace un recuento de lo sucedido en este periodo. “Tras el hartazgo que causó el dominio del PRI llegaba por fin la ansiada transición democrática, con grandes esperanzas y mucho dinero del petróleo y los créditos internacionales. Dos sexenios más tarde el salto al PAN resultó una frustración más, empeorada por la guerra declarada contra un enemigo confuso, que incendió al país. Unos 500 mil muertos-heridos-torturados-mutilados-desplazados-secuestrados después, tras un paréntesis en que el pueblo le dio otra oportunidad al PRI (que también la tiró a la basura), la esperanza se transformó en furor y dio paso a una nueva transición, que hoy comienza con bríos renovados”.

En el ámbito internacional, agrega el columnista, “estaba por ocurrir el manipulado desastre del S-11 y su secuela de costosísimas guerras; el verdadero presidente de Estados Unidos no era Bushit sino Cheney, quien sostenía que ni el gasto deficitario ni la deuda importan. La tecnología fascinaba; hoy intimida. La idea de una renta universal era repugnante; hoy es seriamente propuesta. Los conspiranoicos éramos pocos; hoy somos millones y cada día somos más. Antes te creías casi todo; hoy desconfías de casi todo. Había menos medios y más dispersos; hoy hay más medios, más sutiles, pero ya no le crees a casi ninguno y la propaganda disfrazada de información es más ubicua”.

En un ejercicio de contraste el encargado de la columna Hueconomía compara: “Estados Unidos era una potencia única; hoy rivaliza con China y Rusia. La Unión Europea se comportaba entonces con autosuficiencia; hoy hace agua por todas las costuras. El payaso Marcos alarmaba a todos; hoy ya no asusta ni a sus nietos. Venezuela disfrutaba de su borrachera chavista; hoy experimenta la amarga resaca. No se mencionaba el tema monetario; hoy existe una deuda impagable de 244 anglotrillones: tres veces el PIB global, materia que discuto cada semana en esta revista. El internet estaba en pañales; hoy las redes sociales apuntalan o derriban prestigios. Entonces te enterabas de algunas cosas en horas o días; hoy al instante, de cualquier asunto que te interese. El tramo de concentración del lector promedio era entonces de unas cuantas palabras y/o minutos; hoy es de unos cuantos caracteres y/o segundos”.

Farber concluye que de cara a los retos que enfrentan México y el mundo adolecemos de espacios para entender la problemática actual. “Las perspectivas, que eran preocupantes e inciertas, hoy son pavorosas y seguras: es inminente e inevitable un colapso mundial. Para entenderlo y seguir sus causas, implicaciones y evolución, contamos con unos pocos apoyos, entre ellos Vértigo”.

Memoria

Carlos Ramírez apunta por su parte: “La historia, escribió Hegel, se presenta dos veces. Marx agregó que una como tragedia y otra como farsa. La historia, señaló Ortega y Gasset citando a Mommsen, es progresiva, un sistema de incorporación. La historia, decimos nosotros, es la piedra sisifiana (si vale) o camusiana (el absurdo) que sube y baja cada día. México no ha vivido una verdadera transición a la democracia (escribí un largo ensayo en Vértigo sobre la transición española en 2006 vis a vis López Obrador) y tampoco encara hoy una postransición: estamos dando vueltas a la noria del ancien régime tocqueviliano. El México 2000-2018 ha sido de frustración política y democrática que se revalida con un proyecto político personal para los próximos seis años”.

El periodista destaca que Vértigo llegó para airear el clima de los medios escritos y se sumó a la tradición de nuevas formas de narrar la realidad periodística. “Ya pasaron tres alternancias: del PRI al PAN, del PAN al PRI y del PRI a Morena, las tres con el desafío del periodismo sensato, sereno, analítico, desde/para la sociedad. El camino no ha sido fácil, porque los medios pululan alrededor del poder institucional y salen afectados de la disminución de la calidad de la política. La memoria de casi dos decenios está en sus páginas, en sus textos polémicos, en sus indagaciones de la realidad. Ahora que cumple la mayoría de edad (18 años en un medio es mucho más que la cifra), el desafío de Vértigo radica en seguir avanzando al lado de la sociedad lectora, en el entendimiento de que las redes son pasiones, la política se hunde en los intereses y el periodismo es el único contacto con la realidad-real”.

Razones

Sergio Sarmiento recuerda a su vez que el semanario surgió en un momento en el que el país empezaba a vivir en democracia y con una alternancia de partidos en el poder. “Después de décadas de un régimen de partido único la alternancia generó un optimismo notable. Vicente Fox registraba altos niveles de popularidad. Había una actitud positiva en el país”.

La alternancia, sin embargo, “fue perdiendo encanto con el tiempo. Mucha gente se decepcionó del gobierno de Fox, pero también de los que siguieron, el de Felipe Calderón y el de Enrique Peña Nieto. Este último generó un fuerte entusiasmo al principio de su mandato, especialmente porque pudo hacer una serie de reformas que en un principio fueron populares, pero que después perdieron respaldo. Peña Nieto descendió a los más bajos niveles de popularidad de un presidente en la historiaregistrada. Andrés Manuel López Obrador ha llegado a la Presidencia con una popularidad que rebasa incluso la de Fox, especialmente por el fervor que genera entre la gente de izquierda y entre los beneficiarios de programas sociales. Pero habrá que ver si puede ahora generar el crecimiento económico que dé sustento a sus programas sociales. No se puede repartir sin generar primero riqueza”.

El analista precisa que durante este periodo los medios impresos han tenido una evolución importante. “Se fueron haciendo cada vez más independientes y reflexivos. Enfrentaron una creciente competencia con los nuevos medios electrónicos, primero en internet y después en redes sociales, lo que les hizo evolucionar a un paso acelerado. Vértigo ha asumido los retos y ha ido cambiando junto con la tecnología, sin dejar de ofrecer siempre un semanario de excelente calidad impresa y de búsqueda de las razones de fondo de los cambios en la sociedad”.

Vértigo y su tiempo

Con una experiencia de casi 40 años dentro del periodismo, Carlos Ramírez publica en este semanario la columna Historias del poder. En su calidad de articulista fundador recuerda que en Vértigo encontró el justo medio entre la información y la opinión, con el desafío del texto corto. “Cómo criticar sin destruir y que esa crítica ayude a entender y no a cerrar los ojos pesimistas. La libertad, ni qué decirlo, ha sido absoluta. Mis textos buscan acompañar a la revista no en la crítica fiera sino en los intentos exploratorios de una explicación de las circunstancias orteguianas (salvarlas para salvarnos), siempre con la intención clara de debatir para contribuir a nuevas formas de entender nuestras realidades y a partir de ahí —la aportación más inteligente de Vértigo— mejorar como sociedad, no destruir la realidad sisifiana que es indestructible”.

Celebra en este sentido el carácter propositivo del semanario: “Contribuir sin ceder, criticar para mejorar, desafiar a veces la modorra de la sociedad para sacudir a los lectores, en fin, hacer cumplir el papel del periodismo que aporta soluciones”.

La trinchera desde la cual Sergio Sarmiento aporta su opinión semana a semana es Jaque Mate. Por medio de su espacio, reconoce, ha encontrado una oportunidad única para mantener un diálogo con los lectores. “La prensa diaria y los noticiarios de radio y televisión en que colaboro están sometidos a los vendavales de la información cotidiana. La reflexión semanal, en cambio, me permite aportar pensamientos con un fondo mayor y que da un cauce más claro a la información. Vértigo, en este sentido, hace una aportación importante al diálogo político nacional porque trata los temas a fondo y sin sensacionalismo”.

Periodismo y redes

A diferencia de 2001 los medios impresos nos hemos visto obligados a convivir/competir con los soportes digitales y las redes sociales. Los lectores son cada vez más exigentes y no admiten ambigüedad.

Carlos Ramírez sostiene que pese a la revolución tecnológica el espacio público cibernético no ha podido desplazar a los medios impresos. “Las sociedades en sus fases de pesimismo suelen cantar el fin de ciertas prácticas intelectuales: el fin del periodismo, el fin del cine, el fin de la novela, el fin de la democracia. Pero ahí estamos. A veces veo el periodismo regresar —y sin saberlo— a sus orígenes: las crónicas de grandes tragedias humanas, el espacio para decirle a una parte de la sociedad que hay un entorno que le interesa saber, la aportación de las reflexiones para participar en la vida pública. Los medios periodísticos en sus diferentes espacios —prensa escrita, radio, televisión y hasta en redes cibernéticas— siguen aportando los datos para alimentar la participación social”.

Crítico, Ramírez considera que la prensa escrita no ha perdido su papel estabilizador de las realidades, aunque reconoce que su futuro es incierto. “Como en Fahrenheit 451 y los bookman que se aprendieron de memoria los libros y los repitieron para el final de los siglos, así los medios escritos siempre serán necesarios en una sociedad que no quiera perder la sensatez de la reflexión. Siempre que exista un ciudadano urgido de información y análisis para fijar su posición frente a su realidad, ahí estarán los medios escritos. El internet en sus 36 años solo ha dinamizado el flujo, pero no ha aumentado la calidad. A veces la sociedad-internet domina el ambiente y alimenta las pasiones, pero el periodismo escrito seguirá dándole sentido humano a los ciudadanos. Así, Vértigo cumple 18 años, pero nació al periodismo desde su primer número ya con la mayoría de edad de un proyecto coherente: hacer periodismo para la sociedad”.

Sergio Sarmiento, en tanto, concluye que estamos dentro de una transformación de forma pero no de fondo dentro del periodismo y en cambio advierte que los medios serios son más que indispensables. “Los medios impresos terminarán por desaparecer tarde o temprano, aunque lo están haciendo más lentamente de lo que se había pensado en un principio. Sin embargo, la necesidad de tener un periodismo sólido, con fuentes fidedignas, es cada vez mayor. Las redes sociales han multiplicado el alcance de los rumores sin fundamento que antes se dispersaban en los cafés y los bares. Pero esto, en lugar de reemplazar a los medios serios, los vuelve más necesarios. En los tiempos de las fake news y la especulación resulta indispensable contar con medios que den certidumbre a la información”.