LA CULTURA DE RESPETO

Hay que impulsar la cultura de respeto a personas con capacidades diferentes.

Laura Quintero
Columnas
Foto: Especial
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El Congreso local analiza una propuesta de otorgar incentivos a empresas que adapten sus negocios para brindar facilidades a personas con algún tipo de discapacidad, lo que puede ser un aliciente para que estas no se sientan discriminadas y acudan con confianza a realizar sus compras.

“Proponemos que la Secretaría de Desarrollo Económico de la ciudad otorgue ‘certificados de calidad’ a empresas que adopten medidas de accesibilidad en sus instalaciones, con lo que se puede garantizar el derecho de las personas con alguna discapacidad para acceder a espacios públicos o privados de la Ciudad de México”, dice la diputada Patricia Báez Guerrero.

Es una propuesta interesante porque en los establecimientos en general no hay ni sillas para poder sentarse en caso de que no pueda alguien estar mucho tiempo de pie. Tampoco hay dónde recargar alguno de los aparatos electrónicos que utilizan para desplazarse, situación que provoca que no acudan a un comercio o centro comercial por sentirse incómodos. ¿O me equivoco?

“Para hacer realidad esta iniciativa deben modificar artículos de la Ley de Establecimientos Mercantiles de la Ciudad de México porque lo que se pretende es impulsar el conocimiento y la cultura del respeto a personas con situaciones particulares. Y que puedan desenvolverse dentro de algún entorno físico privado”, explica la legisladora de Acción Nacional.

Tiene razón en la necesidad de impulsar la cultura de respeto a personas con capacidades diferentes porque muchas personas las ven y hacen muecas en actitud de rechazo. Además no educan a sus hijos para verlas como otro ser humano igual sino que hacen manifiesto su desagrado, lo que lastima a esas personas. ¿A poco no?

“La inversión económica que deberán erogar los empresarios será bajo esquemas razonables y con una visión objetiva de mediano a largo plazo en cuanto al crecimiento de la clientela de este sector poblacional, que actualmente no asiste a tiendas comerciales porque no se siente seguro”, comenta Báez Guerrero.

La inversión no debe ser muy elevada, porque los requerimientos no son cosa del otro mundo: un barandal, sillas, baños limpios… “Para hacerse acreedor a estos ‘certificados de calidad’ los establecimientos mercantiles deberán garantizar condiciones de manera continua, cómoda y segura, generando una derrama económica a favor de sus propietarios”, puntualiza la diputada local.

Con adaptaciones especiales sin duda llegarán esos clientes con la confianza de que cuentan con espacios de acuerdo a sus necesidades, que los harán sentirse seguros ya que podrán desplazarse con un esfuerzo mínimo. Ojalá se logre porque poco se hace ahora por las personas con discapacidad.

El bolso de Laura…

Y ahora déjeme contarle que en el Congreso local nadie sabe quién ordenó a partir del martes pasado retirar del pleno la fila de sillas en que se sentaban asesores, invitados y comunicadores. El caso es que en la primera sesión de la semana que termina los camarógrafos estuvieron sentados en el suelo editando su información. Y así se la pasaron más de cinco horas. Lo que se rumora es que tratan de desalentar que los medios estén en el salón y no “molestando” a los diputados, que se dice tienen instrucciones de no hacer comentarios. ¿Será?...