HALLAN EN VENENO DE ALACRÁN ANTIBIÓTICO CONTRA TUBERCULOSIS

Ahora se requieren ensayos clínicos en humanos.

Redacción
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Foto: Especial
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Hace 45 años llegó a México el joven biólogo de origen brasileño Lourival Domingos Possani Postay procedente de Francia, donde estudió un doctorado en Biofísica Molecular en la Universidad de París: estudiaba animales ponzoñosos, como las serpientes, y su novia mexicana le había comentado cómo el piquete de alacrán se consideraba un problema de salud pública en nuestro país.

El tema le atrajo a tal grado que se estableció en esta nación y desde entonces se incorporó al Departamento de Biología Molecular del Instituto de Investigaciones Biomédicas y más tarde al Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Algunos años los dedicó a clasificar y colectar las distintas especies de alacranes que tenemos en el país: según él hay más de 281 y solamente 10% son peligrosos para los humanos. También a lo largo de dos décadas intentó sin éxito crear una vacuna contra la ponzoña del alacrán.

Atraído por una criatura que ha permanecido en la faz de la Tierra más de 350 millones de años, destaca cómo en su larga evolución desarrolló singulares componentes en la glándula de la toxina para inmovilizar a sus presas y alimentarse o para defenderse de sus depredadores.

Hoy el veterano investigador encabeza a un grupo de científicos de la UNAM, la Universidad de Stanford y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán que a partir de sus investigaciones con el veneno de alacrán descubrieron dos compuestos (benzoquinona): uno, de color azul, efectivo contra la microbacteria que causa tuberculosis (Mycobacterium tuberculosis) y otro más, de tono rojo, efectivo contra el Staphylococcus aureus o estafilococo dorado, bacterias causantes de infecciones en la piel, sepsis, endocarditis y neumonía.

Además los componentes descubiertos son efectivos para inhibir el crecimiento de células cancerígenas como Jurkat (leucemia de células T), TE 671 (células de rhabdomiosarcona) y SH-SYSY (neuroblastoma de médula ósea).

Emocionado comenta a Vértigo que “por una serie de hallazgos científicos —logrados en dos años de ardua y sigilosa investigación— hemos cruzado la puerta para desarrollar un nuevo tipo de antibiótico para abatir la tuberculosis sin causar daño a células del tejido pulmonar, un freno serio al estafilococo dorado y anticancerígenos que ayudarán a salvar la vida de mucha gente”.

Cuenta los pormenores de la investigación: “En más de 40 años de trabajar con los alacranes mexicanos siempre aislamos los componentes presentes en el veneno, tratamos de dilucidar a qué estructura química corresponden y cuál es su función. Hicimos ese trabajo con la mayoría de los escorpiones más peligrosos para los humanos. Recientemente empezamos a estudiar alacranes cuyo veneno no es letal para el hombre pero cuyos componentes pudieran ser prometedores”.

El estudioso recuerda que en Veracruz descubrió el escorpión Diplocentrus melici, al cual se le extrajo el transparente veneno, que expuesto al aire por minutos adquirió un color café, en específico pigmentos de coloración marrón. Por supuesto que el fenómeno llamó su atención y concluyó que se trataba de un componente del veneno que se oxidaba al contacto con la intemperie.

Destruye bacterias resistentes

Dada su experiencia Possani apuró el estudio de los componentes evidenciados por los pigmentos marrón. Por su parte el equipo de investigación de la UNAM verificó la existencia de los compuestos azul y rojo sobresalientes en su eficacia como antibiótico capaz de matar a bacterias resistentes de tuberculosis y estafilococo e impedir el desarrollo de ciertos linajes de células neoplásicas.

Sin embargo el experto en toxicología aclara que “como la cantidad de compuesto obtenida de alacranes vivos es reducida, apenas algunos microgramos, era indispensable obtenerlos de forma química”.

Possani pensó en su amigo el profesor Richard Zare y su prestigioso laboratorio de la Universidad de Stanford, en California. “El proceso de sintetizar artificialmente los componentes requirió del apoyo de los posdoctorantes Shibdas Banerjee, Elumalai Gnanamani y Shyam Sathyamoorthi. Ellos determinaron la estructura de ambos antibióticos mediante espectroscopia de masas y por estudios de resonancia magnética nuclear”.

Dice el universitario que una vez obtenidos los compuestos en forma cristalina la estructura se confirmó por difracción de rayos-X por el Laboratorio Nacional de Estructura de Macromoléculas del Instituto de Química de la UNAM.

Señala que la bacteria de la tuberculosis es muy peligrosa y no estaba autorizado a trabajar con ella en la UNAM, por consiguiente solicitó la participación y el apoyo del patólogo Rogelio Hernández Pando, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán ya que ellos son los encargados de trabajar con esta enfermedad.

Fue una colaboración productiva porque comprobamos el poder letal del compuesto azul contra la bacteria de la tuberculosis comparable e incluso superior a los antibióticos usados hoy.

“Decimos más efectivo porque este antibiótico también daña a las bacterias de la tuberculosis alojadas en los macrófagos del pulmón. Sabemos que en los macrófagos se hospedan las bacterias de la tuberculosis para dormir la enfermedad. Es decir, continúa latente”, asegura.

Además el componente azul es capaz de matar a las microbacterias resistentes a los antibióticos conocidos, representando una esperanza para los enfermos de tuberculosis que abandonaron y no completaron la medicación y recayeron con el agravante de desarrollar bacterias inmunes a los antibióticos.

Satisfecho porque sus colegas del Instituto de Biotecnología aislaron, produjeron y patentaron ambos compuestos con potencial para usarse como fármacos contra tuberculosis y estafilococo, el doctor Possani concluye: “El trabajo en laboratorio con modelos biológicos funcionó maravillosamente; ahora se requieren ensayos clínicos en humanos y una farmacéutica comprometida con la salud y el bienestar de la gente”.

Tuberculosis, la enfermedad infecciosa más letal en el mundo

La tuberculosis es una de las diez principales causas de mortalidad en el planeta.

Cada día mueren casi cuatro mil 500 personas a causa de ella y aproximadamente 30 mil personas contraen esta enfermedad, aunque es prevenible y curable.

En 2016 hubo dos mil 569 muertes por tuberculosis y 21 mil 184 nuevos casos en México.

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa crónica que causa la bacteria Mycobacterium tuberculosis, descubierta por Robert Koch en 1882.

Fuentes: OMS y Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades.