Comer menos carne, una forma de combatir el cambio climático

De seguir la tendencia actual el país será golpeado por eventos meteorológicos extremos

Redacción
Bienestar
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Foto: NTX

Después de la energética y del transporte, en México la industria que más gases de efecto invernadero (GEI) arroja es la ganadera y, paradójicamente, también es la que más padecerá por los embates del calentamiento global, junto con la agricultura. “La amenaza es tal que, de no cambiar nuestras conductas a nivel de producción y consumo, la seguridad alimentaria del país podría verse comprometida en pocas décadas”, señala el profesor Rafael Olea, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.

De seguir la tendencia actual se anticipa que el territorio nacional será golpeado por eventos meteorológicos extremos como lluvias torrenciales, ondas de calor y sequías, lo cual se reflejaría de inmediato en desabasto de comestibles. Para abordar este tipo de problemáticas el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) de la ONU decidió cambiar el enfoque usado en documentos anteriores y, en su último reporte especial, en vez de dirigir sus baterías contra los combustibles fósiles como venía haciendo, se centró en los usos poco sostenibles del suelo y en cómo nuestro sistema alimentario está detrás del 25 al 30 por ciento del total de los GEI (el cálculo incluye aspectos como transporte o deforestación).

Ya antes la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) había advertido que el ganado es responsable de esparcir siete mil millones de toneladas métricas de CO2 equivalente al año, lo que representa el 14.5 por ciento de todos los gases de efecto invernadero antropogénicos. A fin de enmendar este escenario, considerado ya un foco rojo, el académico recomienda modificar los esquemas de producción vigentes, aunque el principal obstáculo es que, advierte, en un mundo que se transforma con celeridad el sector ganadero es reacio al cambio.

“Llevo nueve años hablando de esto y las condiciones apenas se han modificado. Cuando comencé a incluir este tema en mis clases, en 2010, la ganadería era la séptima actividad en México que más de estos gases atmosféricos generaba; hoy ocupa el tercer lugar pese a que sus emisiones son casi las mismas. ¿Qué pasó?, tres cosas: las otras industrias se aplicaron para bajar sus índices, la metodología de medición se afinó y el sector pecuario ha hecho muy poco”.