LA LIBERTAD, CUANDO NO PUEDE EJERCERSE, SUFRE O DESAPARECE

La libertad es esa maravillosa capacidad de hacer lo que el individuo decida.

Ángel Hernández
Columnas
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Cuartoscuro

En México el gran obstáculo para la democracia electoral sigue siendo el dinero que corrompe y envilece al ciudadano en la compraventa del voto, afirma el escritor y experto en temas electorales Eduardo Huchim May, para quien el dinero público entregado a los partidos políticos en montos excesivos los ha burocratizado.

Resalta que en las campañas corren recursos económicos ilegales procedentes de empresas y la delincuencia organizada y sin que las autoridades electorales hagan algo efectivo para evitarlo.

“Consejeros, magistrados y fiscales electorales suelen cerrar los ojos ante una realidad que no pueden ni quieren evitar”, asevera el ex consejero del entonces llamado Instituto Electoral del Distrito Federal.

Subraya que otro obstáculo en los procesos electorales es la incapacidad del Instituto Nacional Electoral (INE), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), la Fiscalía Electoral y los institutos y tribunales locales para frenar la compraventa del voto, las presiones a burócratas para que voten en determinado sentido y el uso proselitista de programas sociales.

“El alto costo de nuestros procesos electorales es tremendo. Este año, en el cual no hubo elecciones federales y solo cuatro locales, el gasto total en los ámbitos federal y estatal asciende a cerca de 30 mil millones de pesos”, subraya Huchim May.

—¿Cómo entiende el ejercicio de la libertad política en nuestro país?

—México atraviesa actualmente una etapa en que la libertad de expresión se ejerce sin restricciones. Una muestra de ello es el severo cuestionamiento al que en artículos editoriales, cartones y redes sociales se somete al presidente Andrés Manuel López Obrador. Y no ha habido represalia.

Agrega que no recuerda a un presidente que hubiera sido tan criticado en México sin que el crítico sufriera algún tipo de represión y refiere que el mandatario ha protagonizado varias escaramuzas con periodistas por las que también ha sido criticado. “Sus diatribas contra algunos medios se han moderado. En buena hora que esto suceda, porque un jefe de Estado, aunque la crítica sea feroz, no debiera enzarzarse en polémicas infértiles, aunque sí son admisibles y deseables las réplicas fundadas, objetivas y serenas”, considera.

—¿En México se ejerce de manera plena esa libertad política?

—No hay una respuesta absoluta. Hay quienes ejercen de manera plena esa libertad e incluso se exceden difundiendo fake news o versiones sesgadas de ciertos hechos. Y hay quienes se autocensuran porque están habituados a la cercanía con el poder.

—¿Cuáles son los obstáculos que afectan la libertad de los ciudadanos al momento de elegir a un representante popular o querer pertenecer a un partido político?

—El gran obstáculo para la democracia electoral sigue siendo el dinero: el dinero que corrompe y que envilece al ciudadano en la compraventa del voto. También el dinero público que al ser entregado en montos excesivos a los partidos políticos los ha burocratizado.

Asimismo considera que el dinero ilegal procedente de empresas y delincuencia organizada que corre en campañas sin que las autoridades electorales hagan algo efectivo para evitarlo. “Consejeros, magistrados y fiscales electorales suelen cerrar los ojos ante una realidad que no pueden ni quieren evitar”, acusa.

Dice que otro obstáculo es la incapacidad de las autoridades electorales para frenar la compraventa del voto, las presiones a burócratas para que voten en determinado sentido y el uso proselitista de programas sociales.

—¿Qué tan libres son los mexicanos en sus derechos políticos electorales respecto de otras democracias?

—Creo que con la alternancia hacia una izquierda sui generis que representa López Obrador esos derechos se han acrecentado, si bien simultáneamente hay un peligroso talante autoritario no tanto del presidente cuanto de otros líderes, legisladores y de una parte del nuevo partido hegemónico: Morena.

Interrogantes

—Contamos con una de las democracias más caras. ¿Eso se refleja en una mayor libertad de los mexicanos para participar en decisiones trascendentales del país?

—En este sentido hay que preguntarse si debe un país como México gastar 30 mil millones de pesos en institutos y tribunales electorales. Hago un contraste para subrayar la enormidad de ese monto: el presupuesto de la Fiscalía General de la República es de la mitad: 15 mil millones de pesos este año. ¿Debe el INE tener un presupuesto de casi diez mil millones de pesos? ¿Deben los partidos políticos recibir un financiamiento público de cinco mil 239 millones de pesos solo en la esfera federal y otro tanto en la estatal?

Y asevera que son preguntas que tienen una obvia respuesta negativa pero trasladar esa respuesta a la realidad no es nada fácil.

—¿Los partidos tienen temor de que el ciudadano ejerza su libertad dentro de la vida de un organismo partidista o al momento de emitir su voto?

—Los partidos tienen un interés común: quieren que esa libertad consista en votar por ellos, por cada uno de ellos. Si los ciudadanos favorecen con su voto al partido A, este considera que esos ciudadanos votaron con libertad, pero no así los partidos B, C, D... Si lo hacen por el partido B, este considera que votaron libremente, pero no así los partidos A, C, D...

En este rubro nos falta avanzar en la cultura de la aceptación de la derrota. Y en este sentido José Antonio Meade y Ricardo Anaya dieron un ejemplo en 2018, cuando reconocieron la victoria de López Obrador sin reticencias y apenas unas horas después de cerradas las urnas. Ciertamente el voto abrumador mayoritario por López Obrador no dejaba margen de maniobra. Ahora falta que esa cultura de aceptabilidad se manifieste también cuando la diferencia entre el ganador y el derrotado no es tan amplia.

—¿Qué daño provocó a la libertad de los ciudadanos que los partidos impidieran una mayor pluralidad de expresiones partidistas en su intento de mantener el monopolio de la representación política?

—Por décadas los partidos políticos fueron el único camino para llegar al poder en México. Fuera de ellos, políticamente, todo era llanto y crujir de dientes pero esa exclusividad se terminó. El monopolio de la representación política ya no existe. La legalización de los candidatos no partidarios o independientes, aun con la inequidad que padecen respecto de los partidos, terminó con el monopolio. Ese es para mí el mayor mérito de las candidaturas no partidarias, que por otra parte, tras un estreno fulgurante que implicó incluso la elección de un gobernador como Jaime Rodríguez El Bronco en Nuevo León, ha venido a menos en el ánimo público.

—¿Para usted qué es la libertad?

—La libertad es esa maravillosa capacidad, connatural al ser humano pero tan frenada en diversas etapas de la historia, de hacer lo que el individuo decida. Importa decir que no es ni debe ser una capacidad absoluta sino debe ser limitada por los derechos de los otros y por las normas que las sociedades humanas se dan para evitar convivencias caóticas. Coincido con la Declaración Universal de los Derechos Humanos en el sentido de que todos tienen el derecho a la libertad de opinión y de expresión y este derecho incluye mantener una opinión sin interferencias y buscar, recibir y difundir información e ideas a través de cualquier medio de difusión sin limitación de fronteras. Para mí la libertad se identifica con la voluntad: cuando esta no puede ejercerse la libertad sufre o desaparece. Como dije antes, esa libertad atraviesa una etapa de esplendor en México, aun cuando —como advierten algunos pesimistas— está amenazada por un supuesto autoritarismo presidencial. Si ese autoritarismo se confirmara, más allá de la crítica de los adversarios del presidente y Morena, tendría que ser combatida. Pero para mí hoy la bandera de la libertad está a toda asta. Y, por supuesto, hay que cuidar que no baje de ahí.

Perfil

Eduardo Huchim May nació en Mérida, Yucatán, en 1945. Es periodista, escritor y articulista. Entre sus libros se encuentran Las Conjuras. El sistema que se cae y ¿Qué pex con el voto?, entre otros. Fue consejero del Instituto Electoral del Distrito Federal.