Ciudad de México, a 17 de septiembre. La doctora Silvia Torres-Peimbert es una mujer mexicana pionera en la astronomía mundial: su trabajo se ha centrado en la determinación de las condiciones físicas y en la composición química de las nebulosas planetarias y de las regiones HI (nubes formadas por hidrógeno atómico que integran las galaxias), además de aportar datos importantes sobre las condiciones en la formación de las estrellas y de los procesos que ocurrieron en el interior de estos objetos estelares desde su creación.
Poco antes de que el hombre pisara la Luna, Torres-Peimbert se convirtió en la primera mexicana que obtuvo el título de doctora en Astronomía.
La primera doctora española en Astronomía fue Antonia Ferrín; la primera chilena fue María Teresa Ruiz… y Torres-Peimbert formó parte de este inicial grupo de mujeres que lucharon por demostrar que podían conseguir lo que quisieran dentro del área científica.
Nació en 1940 en la Ciudad de México. Cuando estudiaba secundaria una profesora la animó a interesarse por la ciencia, por ser un área donde pocas mujeres habían destacado.
“Si se margina de la ciencia a las mujeres se desperdicia el aporte intelectual de la mitad de la población”, dice ahora la científica.
Esta es una plática en exclusiva para Vértigo con una de las mujeres más representativas de la ciencia en México y quien ha abierto brecha para muchas científicas mexicanas en una rama que hasta la mitad del siglo pasado era una disciplina exclusivamente ejercida solo por hombres.
—¿Qué es para usted la libertad?
—Es un privilegio y una enorme responsabilidad. Libertad es poder aspirar a un sueño y tratar de alcanzarlo. Creo que todos los individuos debemos tener libertad pero al ejercerla se debe cuidar de no afectar los derechos de los demás.
—¿Qué tan importante es la astronomía para una humanidad que es parte de un cosmos tan vasto y aún con secretos por revelar?
—Es importante en cuanto que la humanidad siempre ha tenido la curiosidad de comprender la naturaleza y en particular el cosmos.
—A grandes rasgos ¿a dónde nos llevaría como humanidad que científicos como usted revelaran enigmas cósmicos como los agujeros negros o la posible existencia de materia oscura y energía oscura?
—El entender muchos aspectos que a la fecha se desconocen nos llevará a una mejor comprensión del mundo que nos rodea. Es difícil saber si ese conocimiento pueda tener alguna aplicación directa. Lo digo porque la ciencia básica no necesariamente se aplica inmediatamente, aunque muchos resultados a la larga resultan en elementos útiles para nuestra vida diaria. Por ejemplo, el GPS que nos ayuda a la navegación es resultado de aplicar la Teoría de la Relatividad General y de grandes desarrollos de tecnología.
Educación
—¿Cómo enfocar la divulgación científica para modernizar a una sociedad sumida en violencia, atraso social y falta de organización?
—Una de las causas de la violencia es la falta de perspectivas para los jóvenes, que prefieren buscar la satisfacción inmediata en vez de satisfactores intelectuales o espirituales. Considero que la educación es uno de los medio más importantes para combatir la desesperanza y la violencia. Si se margina de la ciencia a las mujeres se desperdicia el aporte intelectual de la mitad de la población.
—Como científica reconocida a escala mundial y desde su perspectiva ¿qué nos separa de los países desarrollados siendo una nación con vastos recursos naturales?
—En la actualidad la mayor riqueza no son tanto los recursos naturales: se basa más bien en el conocimiento. Los países más ricos son los que han desarrollado la iniciativa y el conocimiento. Estamos en lo que se llama la “sociedad del conocimiento”.
—¿Qué tan importante es para usted que la clase política escuche a los científicos para el diseño de mejores políticas públicas y hacer de México un mejor país?
—Es muy importante ya que hay muchas decisiones políticas que dependen de que se conozcan las causas de los problemas y las posibles soluciones. Algunos ejemplos muy fáciles de entender se refieren a la contaminación del medio ambiente y la atención a la salud. Ambos ejemplos nos permiten tomar mejores soluciones en cuanto a que se conocen las consecuencias de las acciones que se emprenden.
—¿Somos ciudadanos del mundo o ciudadanos del Universo?
—A mi parecer somos ciudadanos en primer lugar de nuestro entorno y por supuesto del mundo en general.
Perfil
Silvia Torres-Peimbert nació en la Ciudad de México en 1940. Estudió Física en la Facultad de Ciencias de la UNAM y el doctorado en Astronomía en la Universidad de California en Berkeley. Es investigadora emérita del Instituto de Astronomía de la UNAM y del Sistema Nacional de Investigadores. Su investigación se ha centrado en la determinación de la composición química de las regiones de formación estelar y de los gases arrojados por las estrellas de masa intermedia en la Vía Láctea y otras galaxias, así como la determinación de la abundancia primordial de helio. Ha sido editora de la Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica y ahora lo es de la serie de conferencias de esta misma publicación. Ha sido directora del Instituto de Astronomía, presidenta y vicepresidenta de la Unión Astronómica Internacional, consejera de la American Astronomical Society e integrante de la Junta Directiva de la Astronomical Society of the Pacific. Entre otras distinciones recibió el Premio Nacional de Ciencias, el Premio L’Oreal-UNESCO para mujeres científicas en Latinoamérica y el Premio Hans A. Bethe de la American Physical Society. También ha recibido el doctorado honoris causa por la UNAM, por el Instituto de Astrofísica, Óptica y Electrónica y por la Universidad Ben Gurión del Néguev en Israel. Es integrante titular del Seminario de Cultura Mexicana.