POR LA LIBERTAD SE PUEDE DAR HASTA LA VIDA

La libertad de expresión es una libertad específica que comprende a las otras y además las corona.

Antonio Caporal
Columnas
Foto: Especial
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Abogado experto en Derecho Constitucional, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México, ex presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados e incansable promotor y defensor de las garantías individuales, Jaime Moreno Garavilla es un hombre de leyes, de ideas, propuestas y docencia.

Durante los últimos años ha participado en diversos proyectos que buscan ampliar los horizontes de participación ciudadana en la consolidación de la democracia y, sobre todo, en busca de afianzar las libertades de los mexicanos.

Valor supremo

Entrevistado por Vértigo, Moreno destaca la importancia que la libertad tiene para los mexicanos: “La libertad es un concepto sagrado para nosotros: en México la tenemos inscrita desde la proclamación de la Independencia en 1821. Y así se consagra en nuestra primera Constitución, que es la de 1824, y luego lo ratificamos en nuestra actual Carta Magna, es decir, la de 1917”.

Añade: “Después de la vida la libertad es el supremo valor para los hombres. Y me viene a la mente aquella frase de Don Quijote de la Mancha: ‘Los tesoros que encierran el cielo y la mar jamás podrían equipararse a la libertad (…) y recuerda Sancho que por la libertad se puede hasta entregar la vida’”.

El catedrático universitario dice que la libertad genérica es una cosa pero tenemos las libertades específicas. Por ejemplo, explica, “están la libertad de asociación, de reunión, la de trabajo, de credo y desde luego la de expresión, que en mi concepto es la reina de todas las libertades, porque podrá faltar cualquier otra libertad específica pero de qué me serviría a mí tener alguna libertad, como la de trabajo, si se me impidiera ejercer la libertad de expresión; de nada me serviría que se me concediera la libertad de tránsito o de reunión si no pudiera tener la capacidad de expresar mis sentimientos, mis propuestas. Entonces, la libertad de expresión es una libertad específica que comprende a las otras y además las corona”.

Destaca que la libertad de expresión, como todas las libertades, debe tener sus limitaciones. Por ejemplo “el respeto al orden público, como bien lo señala nuestra Constitución en su artículo sexto, el cual señala que esta se puede y debe ejercer siempre y cuando no se afecten los derechos de terceros, no se incurra en la comisión de algún delito en su ejercicio o no se ataque la moral, un subjetivismo que ojalá pronto se erradique de nuestro texto constitucional porque este concepto no está debidamente definido”.

En síntesis, puntualiza, “la libertad es un gran valor que junto con la justicia, la independencia y la democracia ocupan un sitio especial en nuestro firmamento de la realidad nacional”.

Valor

Sobre la libertad de expresión Jaime Moreno Garavilla resalta que en la medida que la sepamos aprovechar y cuidar “podremos contribuir a la consolidación de un esquema democrático; de hecho podemos fortalecerlo más de lo que hoy está”.

—¿Cómo debemos cuidar la libertad de expresión?

—Hay dos formas. Una es con la perspectiva jurídica, es decir, tenerla siempre presente en nuestro orden jurídico; y otra con la perspectiva lógica natural de gobernarnos a cada uno de los seres humanos, entendiendo que tú puedes ejercer la libertad hasta un grado que no afectes la libertad de los demás. Y es justamente el Derecho el que se encarga de recoger y explicar cuáles son las limitaciones.

Y por cierto, agrega, “somos nosotros mismos, los gobernados, los que establecemos las limitaciones a través de la figura de la soberanía; es decir, nosotros mismos en el ejercicio de la soberanía como pueblo determinamos cuáles son los límites que habremos de poner a cada una de nuestras libertades específicas en aras de que las podamos ejercer a plenitud”.

—¿Qué le pasa a una sociedad sin libertades?

—Su destino es la extinción como una sociedad que tenga viabilidad clara de progreso, de crecimiento. Y permíteme comentar que lo único que no puede suceder es que ejerciendo la libertad cometamos “liberticidio”, es decir, aquello que ataca a la libertad ya que cuando el ejercicio de esta se excede se provoca un perjuicio al resto de los congéneres.

—¿Cree que hayamos caído en el “liberticidio”?

—Creo que en este momento vemos una actitud laxa de libertades: por un lado tenemos a un presidente que respeta irrestrictamente todas las libertades; sin embargo igual observamos que en algunos sectores esa libertad de expresión y de manifestación ya ha incurrido en la hipótesis prohibitiva que la propia Constitución señala.

Explica: “En el caso de, por ejemplo, la libertad de manifestación, se establece que los mexicanos podemos ejercitarla siempre y cuando lo hagamos de manera pacífica, respetando, digamos, la libertad de tránsito de otros, es decir, evitando la afectación a terceros o incluso la comisión de delitos. En este sentido hemos visto algunos excesos en el ejercicio de la libertad de manifestación”.

Pero esto “siempre será preferible antes que volver nulatoria una garantía que contenga un derecho humano de libertad, aunque sí creo que es necesario tomar medidas para evitar los excesos”, advierte.

Y concluye: “En el tema de las libertades es preferible que se abuse a que se carezca de ellas”.

Jaime Moreno Garavilla es licenciado, maestro y doctor en Derecho por la UNAM.

Es también catedrático de la Máxima Casa de Estudios. Fue diputado local y federal; fungió como presidente de la Mesa Directiva en la LIX Legislatura. Ha sido coordinador general del Programa Nacional de Asistencia Jurídica Gratuita a Personas de Escasos Recursos, director de Colegios Profesionales de la SEP, presidente de la organización Cruzada Democrática Nacional y presidente del Consejo Nacional de Egresados de Posgrado en Derecho AC.