Simon Black nos explica (resumen mío): “Hay disturbios civiles en Chile, los peores en décadas. Viví en Chile por más de siete años. Todavía tengo intereses comerciales allí, junto con cientos de empleados. La proverbial gota que colmó el vaso fue un aumento de 3% en las tarifas del Metro. No es nada. Pero fue suficiente para hacer que miles de personas se deshicieran por completo, provocando disturbios, saqueos, incendios y un caos total. Lecciones clave:
“1. Puede suceder en cualquier lugar. Podemos ver grandes manifestaciones e incluso violencia en Hong Kong, España, Haití, Líbano, etcétera. El movimiento de los chalecos amarillos en Francia sacó a las calles a cientos de miles de personas para incendiar automóviles y destruir propiedades. Tensiones políticas, tensiones sociales, tensiones económicas. La gente de todas partes se siente herida de gravedad y no les cuesta mucho desquiciarse.
“2. Puede suceder más rápido de lo que nadie se da cuenta. El clima en el centro de Chile es uno de los grandes beneficios de vivir allí: es cálido, soleado y seco. Este viernes pasado fue un día particularmente hermoso. A la hora del almuerzo la gente estaba en los parques disfrutando del clima. Era tranquilo, pacífico y alegre. En cuestión de horas la ciudad se había convertido en una zona de guerra.
“3. Solo se necesitan unos pocos idiotas. Hay unos 18 millones de personas viviendo en Chile. Algunas están profundamente frustradas por el aumento del costo de vida. Pero solo unos pocos miles han sido lo suficientemente estúpidos como para causar tal caos y devastación; destruyeron docenas de estaciones del Metro, autobuses e incendiaron edificios de oficinas y supermercados. Personas inocentes han muerto. Casi toda la población ha visto sus vidas muy afectadas. No pueden ponerse a trabajar. Las escuelas están cerradas. Las colas de las tiendas de comestibles son enormes. Hay toque de queda. Los tanques están en las calles. La mayoría de las personas son racionales y pacíficas. Pueden estar enojadas por ciertos problemas pero saben que incendiar propiedades, robar pantallas planas y matar inocentes no resolverá nada”.
Responsabilidad
Black menciona otras variables (como el acudir a ideas colectivistas, sistemas o caudillos salvadores que resuelven todo mágicamente y casi sin costos), pero lo más importante es lo que señala: “Chile no es perfecto. Ni por asomo. Pero piensa en un niño de 18 años que toma videos de selfies mientras prende fuego a una tienda de comestibles porque está enojado. Su educación es deficiente y no puede encontrar un trabajo bien remunerado. Y tiene razón en parte. Pero me pregunto cuántos libros ha leído ese niño este año. ¿Cuántos cursos en línea gratuitos ha tomado? ¿Qué ha hecho para resolver su propio problema? En lugar de incendiar edificios podría haber estado en casa viendo innumerables videos en YouTube”.
Este es el punto: la responsabilidad del individuo.