EL BREXIT FUERZA ELECCIONES GENERALES EN REINO UNIDO

Tercer proceso electoral en cuatro años.  

Redacción
Política
Foto: Especial
Foto: Especial

Por Claudia Luna Palencia

La tercera prórroga en la fecha de salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) vencerá el 31 de enero de 2020 y esta vez vendrá acompañada de un adelanto electoral para el próximo 12 de diciembre.

En la nueva justa en las urnas se medirá el respaldo popular hacia el candidato que represente la posibilidad de volver hacia atrás para impedir un Brexit o bien todo lo contrario: cristalizarlo a través de más apoyos en número de escaños en el Parlamento.

La disyuntiva pasa por otorgarle un mayor poder al conservador Boris Johnson, actual premier británico sustituto de Theresa May desde hace apenas tres meses y quien arrastra la herencia maldita de darle punto final al largo proceso de divorcio (tres cansinos años) entre la nación insular y la UE, o bien optar por el líder de los laboristas, Jeremy Corbyn, quien no tiene bien a bien una idea definida de qué hacer al respecto con el Brexit: unas veces parece no disgustarle la idea (aunque rechaza tajantemente una ruptura salvaje) y otras, sobre todo recientemente, juega con la posibilidad de un nuevo referendo para preguntar otra vez al ciudadano si refrenda el exit o prefiere en un acto de contrición el remain.

Este nuevo llamado a las urnas implica las terceras elecciones generales de Reino Unido en los últimos cuatro años, después de las del 7 de mayo de 2015 y del 8 de junio de 2017; el primer ministro Johnson ha casi forzado el envite buscando un mayor refuerzo en el Parlamento.

No obstante prevalece una parte romántica dentro de la UE que cree que al final todo seguirá igual y el pánico habrá quedado como un mal recuerdo, un regusto amargo en la boca.

El nuevo aplazamiento abre una ventana de luz porque deshacer 46 años de lazos imbricados en todas las esferas de la actividad humana no será, desde luego, nada sencillo ni estará exento de daños colaterales.

Así se pronuncia Michel Barnier, negociador para el Brexit de la UE, tras conocerse el lunes 28 de octubre la nueva extensión por tres meses concedida por el Consejo Europeo: “La situación política nos obliga a tener paciencia. Ahora somos más optimistas porque por primera vez ha habido un voto positivo sobre el Brexit en el Parlamento británico, con un margen de 30 votos. Cuanto antes se ratifique el acuerdo de salida, mejor, pero no depende de nosotros”.

La fecha original del Brexit estaba señalada para el 29 de marzo a las 23:00 horas pero el entonces gobierno de la conservadora Theresa May solicitó la primera de las extensiones, quedando estipulada la fecha del 31 de octubre; solo que tampoco fue posible activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa que arranca el proceso de ruptura de uno de sus países integrantes, una escisión prolongada por dos años.

El nuevo aplazamiento es prueba de las dificultades. Y eso que el propio ministro británico Johnson aseguró que “preferiría estar muerto en una zanja a pedir una prórroga a la UE”.

Cambios en la práctica

Todos los gobiernos europeos hacen pruebas de cómo funcionar el día después de su implementación, no solo para atender a los exportadores e importadores sino también a inversionistas y al propio ciudadano que quiere cobrar su pensión, ser atendido por la sanidad, irse a cursar estudios o bien realizar un trabajo.

El gobierno de España se ha dedicado a informar que después del Brexit los ciudadanos europeos que deseen residir, trabajar o estudiar (o seguir haciéndolo) en el Reino Unido deberán pasar obligatoriamente por un nuevo procedimiento del Ministerio del Interior británico llamado EU settlement scheme.

Dos tipos de estatus se otorgarán: 1) Aquellos ciudadanos de la UE y sus familiares que lleven residiendo más de cinco años en Reino Unido de forma continua obtendrán el settled status o permiso de residencia indefinido; 2) Aquellos ciudadanos de la UE y familiares que no hayan acumulado cinco años de residencia continuada podrán solicitar el pre-settled status o permiso de residencia temporal, hasta que cumplan los cinco años de residencia.

Cabe mencionar que España habilitó una ventanilla única especial para el Brexit en su sede diplomática en Londres, como han hecho los demás países integrantes de la UE, a fin de orientar a connacionales ubicados en la nación insular.

En el renglón de controles fronterizos países como Francia llevan algunos meses efectuando ciertas medidas en camiones y otros vehículos especializados en el transporte de mercancías desplazados desde el Canal de la Mancha como punto de entrada/salida para el resto de los países comunitarios.

Desde Bruselas el Consejo Europeo reafirma su voluntad para evitar la vuelta a una frontera dura y física con la implementación del Brexit.

De acuerdo con el Consejo Europeo los sectores más importantes de la economía británica son el comercio mayorista y minorista, el transporte, la hostelería y la restauración, la administración pública, la defensa, la educación, la salud y los servicios sociales y la industria.

“El comercio intracomunitario representa 47% de las exportaciones de Reino Unido (para Alemania 11% y Francia, Países Bajos e Irlanda 6%), mientras que el extracomunitario se concentra en EU (15%) y Suiza (5%)”, según información del órgano de gobierno de la UE.

Por el lado de las importaciones, 51% procede de Estados integrantes de la UE (Alemania 14%, Países Bajos 7% y Francia 5%), mientras que las extracomunitarias proceden de EU y China (9%).

Sectores preocupados

En Reino Unido residen 127 mil 920 españoles, mientras en el país ibérico lo hacen 240 mil 785 británicos, muchos afincados en sus islas y a lo largo y ancho de sus costas.

Respecto de cómo se vive y padece toda esta vorágine del Brexit, su incertidumbre, la volatilidad desatada y el constante impasse, Vértigo realizó una serie de entrevistas con destacadas personalidades de diversos ámbitos a fin de mostrar un mosaico de opiniones.

Andrew Linn, escritor y articulista británico afincado en Marbella, explica que el problema ha sido desde el principio que “el público estaba muy mal informado y sobre todo fue engañado por el partido a favor del Brexit”.

Añade que “la campaña antiBrexit se quedó sin fondos 15 días antes del día del referendo, eso no lo sabe mucha gente, y según las leyes británicas no podían conseguir más dinero. Esos días antes de la votación fueron los más importantes porque mucha gente decide qué votar en el último momento. Esas dos semanas el partido proBrexit hizo su agosto”.

Linn rememora que en la votación del referendo 75% de la gente joven, de 17 a 25 años, votó a favor de quedarse dentro de la Unión Europea “porque es lógico: muchos de ellos trabajan a caballo entre Reino Unido y otros países europeos”.

De las consecuencias advierte lo que puede acontecer con acuerdos relevantes como el Tratado Euratom que controla toda la transportación de combustible nuclear: “Por ejemplo, con el transporte de los isótopos que tienen uso en cuestiones médicas y salvan muchas vidas en pacientes con cáncer, una vez fuera del tratado Reino Unido no tendrá acceso a estos isótopos”.

A nivel personal, recalca, muchos de sus compatriotas afincados en España han llegado a plantearse la nacionalidad española. Nadie sabe bien qué hará en su futuro inmediato.

Hay mucha preocupación, remarca por su parte Lorena Doña, quien recientemente mantuvo una reunión con el consulado británico para analizar la situación y las posibles consecuencias que habrá con la comunidad británica residente en la provincia de Málaga y la llamada Costa del Sol.

La concejal del PSOE puntualiza que en septiembre pasado una amplia concentración de británicos manifestaron su malestar porque “ignoran qué pasará con sus pensiones, con su cobertura sanitaria o con la educación de sus hijos”.

En Málaga, hasta el 1 de enero pasado, “los británicos empadronados sumaron 47 mil 193 personas; hay una considerable presencia de ellos en la provincia; tampoco podemos olvidar a los malagueños que trabajan allá: en el momento que salga Reino Unido de la UE dejarán de ser vistos como ciudadanos de un territorio común”, acota Doña.

Hay gente que se está yendo, afirma la abogada granadina Amelia Marín, sabedora de que la Costa del Sol es víctima de dicha incertidumbre porque muchos ingleses no saben “si deciden volver a su país, vender su propiedad o bien empadronarse y afincarse definitivamente en España”, donde llevan viviendo muchos años.

“Comprendo el miedo provocado y está dando lugar a la venta de propiedades porque los británicos abandonan nuestro país con las consecuencias que conlleva tanto desde el punto de vista económico como social; hay zonas de la Costa del Sol con un gran núcleo de población británica”, destaca Marín.

En tanto la empresaria Mercedes Pescador, CEO de Media Luna Comunicación, analiza que el Brexit ya se ve con “incredulidad” porque no se sabe si en verdad terminarán marchándose; lo que sí, añade, es que todo este proceso deja claro que no es tan fácil “largarse pegando un portazo”.

Reflexiona: “Estos hermanos rebeldes tienen muchos problemas en su propia casa, donde se ve la realidad y todo lo que implica. Uno no puede irse de cualquier manera: tiene un costo muy alto. Con respecto de España evidentemente habrá un nuevo panorama pero como integrante de la UE está en una posición de fortaleza”.

La también directora general del sello editorial Lo Que No Existe manifiesta su bochorno por “el espectáculo bastante triste” en el que se ha puesto en cuestión la fortaleza de la UE.

“Hay preguntas que nunca se deben hacer porque conllevan un riesgo muy alto: ¿queréis marcharos? Y dijeron que sí. Entonces tembló la mitad de la población. Para mí, en el fondo, no saben si quieren irse y tampoco quieren las consecuencias de irse”, subraya Pescador.

En este mismo sentido se expresa Rocío Amores, directora de Informativos de Canal Sur en Almería: “Ellos mismos saben que costará mucho dinero y en el fondo no quieren irse, por eso vemos todas estas prórrogas. Todavía creo que hay esperanza. Unidos somos mejores y somos más”.

Amores participó recientemente en una feria agrícola en Madrid y fue testigo del nerviosismo persistente entre los productores del sector andaluz.

“Ellos se preparan para un Brexit duro; temen los controles aduaneros, que implican que los productos tengan que pasar por la frontera y se perjudiquen en la calidad”, recalca.

Otra intranquilidad pasa por la incertidumbre de una probable pérdida del poder adquisitivo en Reino Unido, que para la periodista andaluza sería perjudicial porque para España se trata de su tercer mercado de mayor impacto después de Alemania y Francia.

¿Hay esperanza?

En todo caso es mejor un mal acuerdo que una guerra comercial o de cualquier tipo, expresa por separado Javier Martín, presidente del Club Internacional de Periodistas. Para él lo que debe evitarse es más peleas porque “nadie quiere una mala salida”.

En la voz de Vanessa Van Camp, consultora de inversiones inmobiliarias, el amago del Brexit cambia totalmente la forma de actuar “de nuestros clientes ingleses, que se han convertido más bien de compradores en vendedores. Se quedan expectantes para ver cuál será el resultado: no quieren hacer más inversiones hasta que no sepan cómo quedará la situación; ser residente o no residente en la zona europea o quedarse fuera evidentemente influye mucho en el tema fiscal”, explica, avezada.

Hay afectaciones en el ciudadano de a pie. Van Camp indica que a nivel personal hay familias con hijos estudiando fuera y no saben cómo quedará el tema en relación con los títulos convalidados; ni con la salud y los cuidados médicos; porque antes “la seguridad social te cubría en otro país”. Actualmente nadie tiene las respuestas.

Para Javier Fernández Arribas, director de la revista Atalayar, la nueva demora del Brexit surge ante la necesidad de todas las partes de ganar tiempo: tanto el gobierno británico como el Partido Conservador, el Parlamento y el Partido Laborista, “que tampoco tiene las ideas claras”, y una UE que ve la salida como irremediable.

“La UE está dándole más tiempo. Escocia pide un nuevo referendo. Irlanda tiene las cuestiones delicadas por lo de la frontera. Y en ese sentido el Brexit es un malísimo negocio para todos. Recordemos que se inició por un deseo personal del primer ministro Cameron de afianzar su poder dentro del Partido Conservador y que nos ha llevado a un lío tremendo a todos los europeos”, expresa.

El periodista y editorialista español analiza fríamente que con los números encima de la mesa “los que más saldrán perdiendo con el Brexit son los propios británicos”.

Si se celebrara un nuevo referendo “creo que se podría reconducir esta situación. Sé que es complicado; vemos a Trump empujando para que estén fuera de la UE; pero estas prórrogas son porque los números no cuadran y el daño será muy importante para todos”, recalca Fernández Arribas.

A su vez Carlos Pérez Ariza, articulista de Razón, inquiere en lo malicioso de esta continua agonía, porque la falta de definiciones sostiene una burbuja de negatividad.

“En el caso particular de España persiste la problemática por el Peñón de Gibraltar, que es territorio británico y que emplea a una parte de gente de Cádiz y sus cercanías; hay mucha gente, a diario o semanalmente, que acude a trabajar y, por ende, cobra sus sueldos en libras”, recuerda el también académico de EADE Universidad.

Tampoco deben obviarse los efectos ya visibles en el renglón turístico. Pérez Ariza trae a colación que “este año el rubro de los turistas ingleses descendió en 120 mil personas. Y en lo académico y laboral hay miles de españoles que estudian o trabajan en Reino Unido; habrá que ver qué pasa con las visas y su prolongación. Prácticamente todas las áreas se verán afectadas; de aquí a enero de 2020 habrá que dilucidar con qué acuerdos se sale de la UE”, insiste.

Hay una falta de consistencia y también de luces largas en cuanto a las consecuencias económicas de irse de la UE, a juicio de Begoña Echezarreta, analista y consultora en gestión del conflicto tanto en empresas como en organizaciones, y desde España ahora mismo lo vemos un poco lejos.

“La sensación es a ver si extendemos el partido hasta que se gane; a mí como española me gustaría ganar y que los británicos siguiesen dentro de la UE”, suspira ilusionada.

Ante tantas interrogantes el Brexit convertido en un acertijo en los albores del siglo XXI ha terminado fagocitando a la política interna inglesa llevándose consigo a dos primeros ministros (Cameron y May); se ha devorado la credulidad de los ciudadanos hacia sus propias instituciones, y desata además un canibalismo partidista entre quienes ven la oportunidad para dar el salto a la esfera del primer nivel.

En el marco de la Unión Europea resucita a los cadáveres políticos de los extremos ideológicos y, por si fuera poco, se carga la confianza de los inversores y empresarios provocando un cambio en la tendencia hacia la baja en el PIB de la eurozona y de la UE.

Por lo pronto habrá nuevas elecciones en Reino Unido…

Adiós a Bercow

Excéntrico y conocido en todo el mundo por su voz sonora y sus corbatas sui generis el adiós de John Bercow como presidente de la Cámara de los Comunes abre una nueva etapa en la política británica, que habrá de ser definida el próximo 12 de diciembre en las elecciones generales anticipadas.

John Simon Bercow, de 56 años, se convirtió en portavoz de la cámara desde junio de 2009 y a pesar de ser integrante del Partido Conservador mantuvo en diversas ocasiones discrepancias hacia la gestión del Brexit, tanto con la anterior primera ministra Theresa May, como con el actual premier Boris Johnson.

El 4 de noviembre es la fecha elegida para llevar a cabo la votación del próximo presidente de la cámara: habrá un nuevo speaker, que jugará un papel clave en los nuevos intentos de ruptura con la UE.