AL RESCATE DEL CAMARÓN COMO ALIMENTO DEL FUTURO

Hacer del camarón un elemento imprescindible de la dieta humana.

Redacción
Todo menos politica
Foto: Especial
UNAM

Por J. Alberto Castro

El doctor Adrián Ochoa Leyva, investigador de la UNAM, se ha distinguido por su innovador conocimiento sobre el microbioma del camarón silvestre del Océano Pacífico y su papel en epidemias infecciosas que afectan su producción a nivel mundial, una amenaza latente y causa de pérdidas millonarias.

Precisamente en uno de sus estudios, publicado en Scientific Reports, el biólogo establece cimientos para la creación de soluciones potenciales a epidemias prevalentes, con base en la modulación de la microbiota del camarón.

La industria camaronícola se abastece de camarón de captura y cultivado. El volumen de camarones capturados en los océanos se ha mantenido estancado a partir de 1989.

La producción de camarón cultivado ha crecido de manera exponencial a escala mundial, con 4.18 millones de toneladas anuales; sin embargo los cultivos se afectan continuamente por enfermedades infecciosas.

De acuerdo con Ochoa Leyva en 2013 los productores de la región noroeste del Pacífico mexicano observaron camarones moribundos con una palidez y atrofia característicos de la necrosis aguda del hepatopáncreas (AHPND). Aquel año la producción total de camarón se redujo hasta en 60% en el país.

Asegura el especialista que estos brotes epidemiológicos se presentan cada tres años, por lo que está empeñado en ponerle freno a esta situación. Como un agradecimiento a su esfuerzo por el rescate del camarón silvestre y beneficios al cultivado obtuvo el reconocimiento Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos 2019 en el área de Investigación en Ciencias Naturales.

Integrante de una familia de un pueblo agrícola y acuicultor llamado Higuera de Zaragoza, ubicado entre la frontera de Sinaloa y Sonora, el científico de 37 años subrayó en su discurso de aceptación del premio ante los universitarios: “La UNAM me ha permitido que hoy regrese a mi pueblo a intentar solucionar o al menos entender el papel de la microbiota para apoyar la producción de camarón en esa zona del país, a estudiar el mar y la tierra, camarones y sedimentos, metagenómica para mejorar la producción de alimentos y reafirmar con ello que somos la Universidad de la nación”.

En entrevista con Vértigo el investigador del Instituto de Biotecnología recuerda que el primer paso fue conocer a fondo las bacterias alojadas en el camarón, el cual tiene dos órganos muy importantes, el intestino y el hepatopáncreas, plagados de bacterias y relacionados con la salud y nutrición del crustáceo.

Con apoyo del Instituto Nacional de Pesca el universitario fue en un crucero en pos del camarón blanco del Pacífico, litopenaeus vannamei, una especie silvestre originaria de México. Como a 70% del camarón a nivel global este se considera un alimento de nuestro país para el mundo.

Luego de una larga travesía por las costas de Nayarit, cuenta Ochoa Leyva, se capturaron ejemplares del camarón silvestre. Posteriormente levantó un censo de bacterias y averiguó cuáles son las preponderantes en esta especie, para compararlas con las de los camarones de las granjas de cultivo. Esto con el objetivo de mejorar la salud y la productividad de este organismo.

“Descubrimos que el camarón de los océanos y el de cultivo tienen diferentes bacterias. El proceso de domesticación del camarón de cultivo ha cambiado de modo radical en relación al silvestre”, explica.

También comparte la sorpresa por encontrar una gran cantidad de bacterias en el organismo del camarón con la capacidad de degradar plástico. Más allá de la extrañeza del fenómeno encuentra una explicación en la inconmensurable contaminación de plásticos en los océanos.

Para el especialista esta es una alteración del orden natural provocada por la acción del hombre. El organismo alimentado de lodo busca por sobrevivencia obtener alimento y energía del plástico.

Optimista, considera positivo conocer más sobre bacterias dañinas y otras benéficas para el camarón cultivado que pueden redundar en fortalecer su salud. Incluso se han reportado algunas bacterias que en humanos tienen potencial probiótico, es decir, con beneficio a la salud humana.

Docente, divulgador científico y conferencista, vaticina una futura época cuando será posible diseñar el camarón como un alimento enriquecido y saludable ya que ahora se tiene un conocimiento avanzado de este espécimen marino. “Tendremos a la mano colecciones de bacterias favorables al desarrollo de un camarón productivo. Las bacterias ayudarán a mejorar los nutrientes del camarón. Podemos suministrar dietas hechas para las bacterias y favorecer el crecimiento de una sobre otra. Esto se reflejará en la productividad y en la salud del organismo. O sea, estamos en la posibilidad de crear un ecosistema biológico centrado en multiplicar el número de camarones mejorando su alimentación y su salud”, apunta.

Ochoa vislumbra la posibilidad de alcanzar estrategias efectivas de prevención de estas epidemias recurrentes, que afectan cada tres años a la industria del camarón.

El impacto de su trabajo lo ha llevado a vincularse con el sector productivo, donde su experiencia en el análisis de la microbiota y la aplicación de herramientas genómicas y transcriptómicas ha sido clave para colaborar con Granjas Productoras de Camarón, empresa que mantiene dos convenios con la UNAM para emprender diferentes actividades de desarrollo científico y transferencia biotecnológica.

Espera que a partir de 2020 se tendrán soluciones concretas ya que se potenciarán procesos de innovación con algunas empresas productoras de alimentos. “Sin crisis recurrentes por epidemias y una sólida resistencia a enfermedades vamos a garantizar y lograr las condiciones para hacer del camarón un elemento imprescindible de la dieta humana del futuro”, afirma.

Producción

En los últimos años la tasa de crecimiento en la producción de cultivo de camarón ha superado el crecimiento de la producción de captura.

El aumento de la producción mundial de camarón se basará en la acuacultura ya que los volúmenes de desembarque de camarones capturados en la naturaleza han disminuido en los últimos 30 años.

La producción mundial de camarones de cultivo alcanzó casi cuatro millones de toneladas en 2018, con un incremento de 3 a 5% respecto de 2017. Esto último representa casi 60% de la producción mundial.

Para 2019 se espera que la producción de camarón de acuacultura continúe en crecimiento, principalmente en países del sudeste asiático como India, Vietnam, Indonesia y China, donde se concentra más de 86% de la producción de camarón de cultivo.

En América Latina se abriga en 2019 un crecimiento en la producción para los principales países productores de camarón cultivado: Ecuador (480,000 toneladas); México (178,000 toneladas), y Brasil (80,000 toneladas).

México abastece 2.7% del mercado de Estados Unidos y a diferencia de la reducción de precios de camarón de Asia el precio implícito de las importaciones de México solo disminuyó 3.1 por ciento.