Primero el contexto. Durante los primeros días de la semana pasada se realizó en Londres un encuentro de los líderes, gobernantes y representantes de los 27 países que integran la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Pese a que este evento es bianual desde 2016 la reunión se ha dado año con año. Sin embargo ahora, de acuerdo con el documento de conclusiones, no habrá sino hasta 2021. El tono fue de desavenencias, visiones geopolíticas encontradas e incluso diferencias personales entre los dirigentes.
Mientras que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, calificó desde mediados de noviembre de este año a la OTAN como una organización con “muerte cerebral”, Estados Unidos, Alemania y Reino Unido sostienen que se trata de una estructura multilateral que tiene por delante importantes retos.
Resulta muy interesante observar la serie de posiciones que se van dando a partir de la muy posible salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), lo que por supuesto no significa que haga lo mismo respecto de la OTAN.
Hubo varios aspectos a analizar de primer orden. De manera destacada la forma explícita de referirse a China como una potencia económica, pero también con capacidades militares como para poner en juego y riesgo la estabilidad en varias partes del mundo. Por ejemplo, como bloque geográfico Europa es la zona que mayores inversiones recibió del país asiático: 40 mil millones de dólares. Los sectores más favorecidos fueron tecnología y comunicaciones.
El aspecto que debe preocuparnos en México fue la alusión, primero del presidente de EU y luego en el referido documento oficial o declaración conjunta de conclusiones, en el sentido de que la OTAN debe estar preparada para hacerle frente a “cualquier tipo de terrorismo”.
Si a esto le adicionamos la declaración del jueves 5, recién llegado de Londres a Washington, del jefe de la Casa Blanca respecto de insistir en la homologación con el terrorismo internacional a las bandas de traficantes de drogas en México, es evidente que tanto en las discusiones en la capital británica como en el vuelo de regreso a Estados Unidos la propuesta va ganando terreno. Y con ello las muy serias y graves implicaciones que esto podría traer en las relaciones bilaterales e incluso en el continente americano.
Plataforma
Por eso es que debemos dar por establecido que México habrá sido un tema de seguridad nacional para el equipo estadunidense que participó en las conversaciones grupales y bilaterales de Londres.
Por supuesto que desde la perspectiva de varios integrantes de la OTAN las intersecciones o contactos entre el terrorismo internacional y las bandas de delincuencia organizada dedicada a la producción, trasiego y venta de drogas se dan en el mundo de la ilegalidad, a la vez que dada la crueldad con que actúan contra sus considerados enemigos o respecto de la población abierta insisten en asimilarlos para enfrentarlos desde una misma estrategia.
La cuestión es que, como se ha apuntado en este mismo espacio, esas organizaciones criminales no reclaman ni se motivan por las mismas causas.
El gobierno de México está a tiempo de crear una plataforma diplomática que le permita hacer frente a una situación como la aquí escrita. Trataremos el tema más adelante, en futuras entregas.