EN 2019, DEMOCRACIA EN RETIRADA

Freedom House.

Ricardo Pérez Valencia
Columnas
Foto: Especial
Foto: Especial

La organización internacional Freedom House publicó su informe Libertad en el mundo 2019, en el que evalúa la condición de los derechos políticos y las libertades civiles: el reporte determina que durante 13 años consecutivos, desde 2005 hasta 2018, se han registrado descensos globales en esas garantías ciudadanas.

El trabajo, intitulado Democracia en retirada, puntualiza que se trata de un problema generalizado y durante esos 13 años el declive ha tocado a todas las regiones del mundo, afectando así a países libres, parcialmente libres y no libres por igual.

Agrega el informe que el final de la Guerra Fría facilitó una ola de democratización a finales del siglo XX, pero gran parte de los países que progresaron durante ese tiempo no pudieron mantenerla.

Igualmente los cambios sociales y económicos relacionados con la globalización contribuyeron al estallido de una crisis de confianza en los sistemas políticos de las democracias de larga data.

A pesar de que esa trayectoria descendente continúa en general hubo varios países con mejoras netas en 2018 y un número menor con caídas netas. Sin embargo, afirma, ello no significa que la amenaza a la democracia esté llegando a su fin: fuerzas hostiles en todo el mundo desafían a instituciones destinadas a proteger los derechos políticos y las libertades civiles.

El daño acumulado en los últimos 13 años, alerta el reporte, no se solucionará pronto.

Declive

Como parte del informe de este año Freedom House ofrece una evaluación especial del estado de la democracia en la Unión Americana a mitad del mandato del presidente Donald Trump.

Puntualiza que si bien la democracia en Estados Unidos sigue siendo sólida según los estándares mundiales, se ha debilitado significativamente por los ataques actuales del presidente Trump al Estado de Derecho.

De hecho Freedom House percibe un lento descenso general de los derechos políticos y las libertades civiles en EU durante los últimos ocho años.

Las preocupaciones más destacadas incluyen la interferencia rusa en las elecciones estadunidenses, los intentos por manipular al sistema electoral norteamericano, la disfunción ejecutiva y legislativa, los conflictos de intereses y la falta de transparencia, así como la presión sobre la independencia judicial.

Estados Unidos actualmente recibe un puntaje de 86 de 100 puntos. Si bien esto lo coloca debajo de otras democracias importantes —como Francia, Alemania y Reino Unido— todavía está firmemente en la categoría de país libre.

Cambios

El reporte de Freedom House señala que Hungría disminuyó de “libre” a “parcialmente libre” debido a los ataques contra las instituciones democráticas por el partido Fidesz, del primer ministro Viktor Orban, que utiliza su mayoría parlamentaria para imponer restricciones o ejercer control sobre la oposición, los medios de comunicación, los grupos religiosos, la academia, las ONG, los tribunales, los solicitantes de asilo y el sector privado desde 2010.

En cuanto a Serbia indica que se redujo igualmente de “libre” a “parcialmente libre” debido al deterioro en la conducción de las elecciones, los continuos intentos del gobierno y los medios de comunicación aliados para socavar a periodistas independientes a través de campañas de acoso legal y difamación, y la acumulación de facto de poderes ejecutivos del presidente Aleksandar Vučić.

Respecto de Nicaragua concluye que se redujo de “parcialmente libre a no libre” debido a la represión de las autoridades contra un movimiento de protesta antigubernamental, que ha incluido el arresto y encarcelamiento de figuras de la oposición, la intimidación y los ataques contra líderes religiosos y la violencia de las fuerzas estatales y los grupos armados aliados, que resultó en cientos de muertes.

En África reporta que Uganda disminuyó de “parcialmente libre a no libre” debido a los intentos del gobierno del presidente gobernante, Yoweri Museveni, de restringir la libre expresión, incluso mediante la vigilancia de las comunicaciones electrónicas y un impuesto regresivo sobre el uso de las redes sociales.

Avances

Por el contrario, Zimbabue mejoró de “no libre a parcialmente libre” porque las elecciones presidenciales de 2018, aunque profundamente defectuosas, otorgaron un cierto grado de legitimidad al gobierno del presidente Emmerson Mnangagwa, quien tomó el poder después de que los militares forzaron la renuncia de su predecesor en 2017.

De igual forma se registraron avances positivos en diversos países que durante 2018 mostraron que la promesa universal de democracia aún tiene poder.

En Angola, por ejemplo, el nuevo presidente João Lourenço tomó medidas notables contra la corrupción y la impunidad; en Armenia las manifestaciones masivas no violentas forzaron la renuncia de Serzh Sargsyan, líder del país desde 2008, quien trataba de evadir los límites del mandato al pasar de la Presidencia a la oficina del primer ministro; en Ecuador el presidente Lenín Moreno rompió con las prácticas antidemocráticas del ex presidente Rafael Correa, incluso adoptando una postura más relajada hacia las críticas de los medios, impidiendo que los condenados por corrupción asuman el cargo y aprobando un referéndum constitucional que restauró el mandato presidencial; en Etiopía el partido gobernante monopolista comenzó a aflojar su control en respuesta a tres años de protestas, instalando un primer ministro con mentalidad reformista que supervisó el levantamiento de un estado de emergencia, la liberación de prisioneros políticos y la creación de espacio para más discusión pública de temas políticos; y en Malasia los votantes expulsaron al deshonrado primer ministro Najib Razak y a una coalición política que gobernó desde la independencia, despejando el camino para un nuevo gobierno que rápidamente tomó medidas para hacer que Najib y su familia rindan cuentas por un escándalo de corrupción masiva.