EL PRINCIPIO DE LA LIBERTAD ESTÁ LIGADO CON EL DE LA VERDAD

Sin libertad la democracia es despotismo, sin democracia la libertad es quimera.  .

Ricardo Pérez Valencia
Columnas
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Cuartoscuro

La libertad es uno de los temas que más apasionó a Octavio Paz durante toda su vida. Además de ser un gran defensor de sus causas y virtudes también hizo de ella motivo de inspiración en diferentes momentos de su poesía y pensamiento.

Para Octavio Paz la libertad está en las letras, en el amor, en la vida, en la muerte, en la independencia del intelectual frente al príncipe y el poder… en resumen, en la vida cotidiana (La libertad en el pensamiento de Octavio Paz.IIJ de la UNAM).

En diversas etapas de su vida Paz habló de libertad, pensamiento que a pesar del transcurso del tiempo continúa vigente. Si hoy se le preguntara al respecto así respondería.

—¿Para usted qué es la libertad?

—La libertad es indefinible; no es un concepto sino una experiencia concreta y singular, enraizada en un aquí y un ahora irrepetibles. Por ser siempre distinta y cambiante la libertad es historia. Mejor dicho, la historia es el lugar de manifestación de la libertad (discurso de Jerusalén 26 de abril de 1977) (...) la libertad es alas, es el viento entre hojas, detenido por una simple flor; y el sueño en el que somos nuestro sueño (Razones para morir, en Libertad bajo palabra).

—¿Cómo describiría a la libertad?

—La libertad es preciosa como el agua y, como ella, si no la guardamos, se derrama, se nos escapa y se disipa. He aludido a la relativa pobreza de nuestro siglo XVIII, origen de la filosofía política de la Edad Moderna. Sin embargo en nuestro pasado —lo mismo el español que el hispanoamericano— existen usos, costumbres e instituciones que son manantiales de libertad, a veces enterrados pero todavía vivos (discurso al recibir el Premio Cervantes 1981 en Alcalá de Henares).

—¿En qué se basa la libertad?

—El principio de la libertad está ligado con el de la verdad. Yo no soy libre de decir una mentira. Si digo una mentira a sabiendas no ejercito la libertad sino la esclavitud (…) todo el mundo quiere huir de la libertad; muchos aterrorizados quizá por la falta de congruencia de algunos tiranos que hablan de la libertad mientras la violan. ¿Cuál es el fundamento de la libertad? Me parece que no puede apoyarse en nada que no sea la acción(Primeras letras, 1931-1943).

—¿Qué debe hacerse para alcanzar la libertad?

—Para realizarse, la libertad debe encarnar y enfrentarse a otra conciencia y a otra voluntad; el otro es, simultáneamente, el límite y la fuente de mi libertad. En uno de sus extremos la libertad es singularidad y excepción; en el otro es pluralidad y convivencia (discurso al recibir el Premio Cervantes 1981 en Alcalá de Henares).

—¿En qué momento puede decirse que ya se logró la libertad?

—La prueba de la libertad no es filosófica sino existencial: hay libertad cada vez que hay un hombre libre, cada vez que un hombre se atreve a decir “no” al poder. No nacemos libres: la libertad es una conquista, y más: una invención. La libertad no se define: se ejerce. De ahí que sea siempre momentánea y parcial, movimiento frente, contra o hacia esto o aquello. Es verdad que la libertad no es una fe; es algo mejor: una elección. En esto, en ser algo que escogemos y no algo que nos escoge, radica no su debilidad sino su fuerza (El asombrario).

Despotismo

—¿Considera que la democracia es libertad?

—Aunque libertad y democracia no son términos equivalentes son complementarios: sin libertad la democracia es despotismo, sin democracia la libertad es quimera. La unión de libertad y democracia ha sido el gran logro de las sociedades modernas. Logro precario, frágil y desfigurado por muchas injusticias y horrores; asimismo logro extraordinario y que tiene algo de accidental o milagroso: otras civilizaciones no conocieron a la democracia y en la nuestra solo algunos pueblos y durante periodos limitados han gozado de instituciones libres (discurso al recibir el Premio Cervantes 1981 en Alcalá de Henares).

—¿Se puede lograr la libertad absoluta?

—Apenas la libertad se convierte en un absoluto deja de ser libertad: su verdadero nombre es despotismo. La libertad no es un sistema de explicación general del Universo y del hombre. Tampoco es una filosofía: es un acto, a un tiempo irrevocable e instantáneo, que consiste en elegir una posibilidad entre otras. No hay ni puede haber una teoría general de la libertad porque es la afirmación de aquello que, en cada uno de nosotros, es singular y particular, irreductible a toda generalización. Mejor dicho: cada uno de nosotros es una criatura singular y particular. De ahí que la libertad se vuelva tiranía en cuanto pretendemos imponerla a los otros (discurso al recibir el Premio Cervantes 1981 en Alcalá de Henares).

—¿Cuáles son los cambios que ha percibido a través del tiempo respecto de la libertad?

—Tenemos el destino del sujeto histórico, la humanidad, en el siglo XX. Raramente las naciones o los individuos sufrieron tanto: dos guerras mundiales, tiranías repartidas por los cinco continentes, la bomba atómica y la proliferación de una de las instituciones más crueles y letales conocidas por el hombre: el campo de concentración. La tecnología moderna ha proporcionado innumerables beneficios pero es imposible cerrar los ojos ante la masacre, la tortura, la humillación, la degradación y otros males infligidos a millones de personas inocentes en nuestro siglo… Estas construcciones arrogantes, destinadas en teoría a liberar a los hombres, fueron rápidamente transformadas en prisiones gigantescas. Hoy los hemos visto caer, derribados no por sus enemigos ideológicos sino por la impaciencia y el deseo de libertad de las nuevas generaciones (discurso al recibir el Premio Nobel de Literatura 1990).

Octavio Irineo Paz Lozano (Ciudad de México, 31 de marzo de 1914/19 de abril de 1998) fue un humanista, poeta, traductor, ensayista y diplomático, observador político e intelectual, Premio Cervantes en 1981 y Nobel de Literatura en 1990. Siguió la tradición familiar y se convirtió en escritor, publicando su primer volumen de poesía, Luna silvestre, en 1933. Paz también trabajó como editor ayudando a fundar una revista literaria llamada Taller en 1938. En 1945 ingresa en el servicio diplomático y en 1962 es nombrado embajador en India, cargo al que renuncia en 1968 en protesta por la represión de las manifestaciones estudiantiles en Tlatelolco. Fundó y dirigió las revistas Plural (1971-1976) y Vuelta (1976-1998). Recibió diversos premios y reconocimientos a nivel nacional e internacional, entre los que destacan el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1977, el Premio Cervantes en 1981, el Premio Internacional Alfonso Reyes en 1986, la Medalla Picasso en 1987 y el Premio Nobel de Literatura en 1990.