PRESENTA TRUMP CONTROVERSIAL PLAN DE PAZ PARA ORIENTE MEDIO

Arturo Moncada
Política
Foto: Especial
AP

El pasado martes 28 de enero el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentó en la Casa Blanca el llamado Acuerdo del Siglo para Oriente Medio, un plan de paz que concede a Israel gran parte de sus históricos reclamos, mientras que ofrece a las autoridades palestinas una hoja de ruta hacia el Estado propio sujeta a tantas condicionantes que lo hacen improbable.

Durante su discurso Trump dijo que los palestinos “merecen una vida mucho mejor”. Antes había afirmado que “muchos” países árabes se han mostrado de acuerdo con el plan, si bien el movimiento Hamas lo rechazó mediante una declaración casi de forma inmediata.

Al respecto el mandatario norteamericano advirtió que esta podría ser “la última oportunidad” para los palestinos y dijo que se había comunicado con su líder, Mahmoud Abbas, para compartir el proyecto.

En la propuesta figura la creación de un Estado palestino independiente cuya capital esté ubicada en Jerusalén oriental. Además el plan congela durante cuatro años la construcción de nuevos asentamientos con el fin de posibilitar la solución de los “dos Estados”, pero pide a las autoridades palestinas el reconocimiento de Jerusalén como capital única de Israel, descarta el desmantelamiento de los asentamientos que ya existen y establece la consideración de Israel como Estado judío, tres puntos que complican el visto bueno del presidente Abbas.

Asimismo duplica el territorio bajo control palestino, según explica la Casa Blanca, pero dicha ampliación resulta imposible de identificar en los mapas que el documento concreto proyecta sobre ese Estado futuro.

Bajo el título The vision (La visión) el futuro Estado palestino comprendería Cisjordania y la Franja de Gaza, que quedarían conectados por túneles o carreteras elevadas y dejaría el cotizado valle del Jordán bajo el control militar israelí.

El acuerdo, que ya tiene el respaldo del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, posee 80 páginas, 50 de las cuales constituyen el plan político y 30 versan sobre una propuesta de 50 mil millones de dólares para la reactivación económica de Palestina, Jordania y Egipto, que se había anunciado en julio de 2019.

Sin embargo Trump aseguró que su plan es “diferente” al de sus predecesores porque contiene muchos más detalles “técnicos” de partida.

En uno de los puntos de su discurso el presidente de EU aclaró que Jerusalén permanecerá como la “capital indivisible” de Israel, lo que fue ovacionado por el público presente.

Fracaso

Que Trump expusiera el proyecto en compañía de una sola de las partes, Benjamín Netanyahu, fue para los expertos una clara señal de que el plan de paz nació herido de muerte pese a los casi tres años que lleva en elaboración.

Zidane Zeraoui, internacionalista e investigador del Tecnológico de Monterrey, indica que “ni el propio Trump sabe lo que propone porque, sencillamente, el famoso plan es contradictorio. Por una parte Trump recalca que Jerusalén es la capital indivisible de Israel, medida que ya había anunciado en 2017; y, por otra, afirma que Jerusalén oriental será la capital del futuro Estado palestino. Entonces no se entiende de qué manera se podrán conciliar esos dos puntos contradictorios. La idea o es un error o simplemente se le salió a Trump decirlo sin darse cuenta”.

Otro punto importante, dice, es “cómo se puede hablar de un acuerdo de paz si uno de los dos actores no está presente. El único que asistió a Washington fue Netanyahu. También es importante señalar que a pesar de que algunos embajadores de naciones árabes asistieron a la firma, los representantes diplomáticos de los considerados grandes países en la región y con mucho peso político, como Arabia Saudita y Egipto, no participaron”.

Otros expertos coinciden en señalar que el plan de Trump es “un fracaso” y solo sirve a los intereses de Israel.

En opinión de Nehemia Strassler, internacionalista y periodista del diario israelí Haaretz, “la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea (UE), Rusia y los países árabes se opondrán al plan estadunidense porque representa una violación de todos los acuerdos internacionales. El acuerdo no es un plan de paz que pueda ser aceptado internacionalmente”, dijo.

“Si Israel intenta anexionarse los territorios palestinos por la fuerza estallará la violencia y la seguridad empeorará”, añadió.

Rechazo

El presidente palestino, Mahmoud Abbas, rechazó de tajo el plan de paz de Trump y consideró que este “favorece en gran medida a Israel”.

Después de “los disparates que escuchamos le decimos no al Acuerdo del Siglo”, expresó Abbas en conferencia de prensa en la ciudad cisjordana de Ramala, donde tiene su sede la Autoridad Palestina.

Agregó que los palestinos siguen comprometidos a terminar con la ocupación israelí y a establecer un Estado con Jerusalén oriental como su capital.

“No nos arrodillaremos y no nos rendiremos”, dijo, luego de afirmar que los palestinos se opondrán al plan “por medios pacíficos y populares”.

Por su parte Hamas, el grupo militante islámico que gobierna Gaza, rechazó las “conspiraciones” anunciadas por Estados Unidos e Israel y señaló que “todas las opciones están abiertas” en respuesta al plan del gobierno de Trump.

“Estamos seguros de que nuestro pueblo palestino no dejará pasar estas conspiraciones”, expresó el representante de Hamas, Khalil al-Hayya, mientras participaba en una de varias protestas que estallaron en la Franja de Gaza, donde los manifestantes quemaron neumáticos y fotos de Trump y de Netanyahu.

Mientras tanto Jordania se pronunció contra cualquier “anexión israelí de tierras palestinas” y reafirmó su compromiso con la creación de un Estado palestino a lo largo de las líneas de 1967, que incluiría toda Cisjordania y Jerusalén oriental, territorios anexados por Israel.

Por su parte el gobierno de Egipto, que suele ejercer como mediador entre israelíes y palestinos cuando se produce una escalada bélica en la Franja de Gaza, se limitó a pedir a ambas partes que analicen cuidadosamente el plan de paz de Trump. Cabe resaltar que Jordania y Egipto son los únicos dos países árabes que lograron la paz con Israel.

Distractor

Uno de los puntos que más recalcan los expertos es que tanto Trump como Netanyahu anunciaron el plan para movilizar sus apoyos antes de las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos y las elecciones parlamentarias israelíes. Indican además que ambos mandatarios también quieren usar el anuncio del plan de paz para salvarse a sí mismos ya que el presidente norteamericano está bajo un impeachment por parte del Congreso de su país, mientras que a Netanyahu se le acusa de corrupción en Israel.

“El plan de Trump está destinado a apoyar a Israel, no a hacer la paz de hecho. El momento del anuncio es muy importante para Trump ya que esto lo ayudará contra la ola más feroz que amenaza con aislarlo a la luz de un juicio parlamentario”, afirma el profesor Mohamed Sadiq, director del Centro Árabe de Estudios Políticos, con sede en El Cairo.

El experto puntualiza que el plan de Estados Unidos también representa “un rescate para Netanyahu, quien enfrenta cargos de corrupción, además de un estancamiento político debido a la falta de acuerdo para formar un gobierno israelí”.

En la misma línea se expresa Zidane Zeraoui, quien señala que desde esa perspectiva “tanto para Trump como para Netanyahu el llamado acuerdo de paz es un distractor que les permite desviar la atención en sus Congresos respectivos, donde enfrentan diversas acusaciones. Con una decisión de esta magnitud, ya que el tema palestino-israelí es una cuestión muy sensible tanto en EU como en Israel, les permite a ambos hacer ruido y desviar la atención”.

Por su parte Nehemia Strassler comentó que Netanyahu está bajo presión y el acuerdo estadunidense es “un truco político para salvarlo en las próximas elecciones. Netanyahu tiene muchos enemigos en su partido y sabe que si pierde en las votaciones venideras será llevado ante la justicia y podría posiblemente acabar en prisión. Está tratando de evitarlo respaldando el plan de Trump”.

Retroceso

Tal vez Donald Trump piense que está ofreciendo el Acuerdo del Siglo aunque su postura definitivamente favorece a Israel, pero los anteriores presidentes estadunidenses aceptaron que la paz requería un Estado palestino viable junto a Israel, incluso si no estaban preparados para permitirle una soberanía igualitaria.

Y es que hace casi 30 años, cuando parecía posible alcanzar una paz negociada, una serie de conversaciones secretas llevadas a cabo en Noruega se transformaron en los Acuerdos de Oslo, que firmaron en 1993 Yitzhak Rabin, el principal líder israelí en tiempos de guerra, y Yasser Arafat, el histórico dirigente palestino, en una ceremonia en Camp David que presidió el entonces presidente William Clinton.

Lo de Oslo fue un momento histórico: los palestinos reconocieron al Estado de Israel y los israelíes aceptaron que la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) representaba al pueblo palestino.

Tal fue el avance de esas negociaciones que Rabin, Arafat y el ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Shimon Peres, fueron galardonados con el Premio Nobel de la Paz en 1994.

Pero en el camino comenzaron a aparecer obstáculos. Uno de ellos fue el ahora primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien calificó el acuerdo como “amenaza mortal para Israel”.

Por su parte Hamas, el Movimiento de Resistencia Islámico, envió atacantes suicidas para asesinar israelíes minimizando las posibilidades de éxito del acuerdo. El ambiente en Israel se tornó denso y Rabin fue calificado por algunos de sus colegas de traidor.

Tras meses de incitación Rabin fue asesinado por un extremista judío el 4 de noviembre de 1995. Su asesinato buscó destruir o frenar el proceso de paz… y al parecer lo logró.

En opinión de Zeraoui el asesinato de Rabin, uno de los políticos israelíes con las mayores probabilidades de lograr y hacer aceptar el acuerdo por el pueblo israelí, y la enfermedad y muerte de otro gran político como fue Ariel Sharon, se erigieron como parte de los obstáculos en el camino hacia la paz.

“Si bien Sharon durante su gestión como ministro de Defensa encubrió y protegió a la derecha libanesa para realizar la masacre de Sabra y Chatila en 1982 y provocó la segunda Intifada con su entrada al Domo de la Roca y a la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén, su llegada al poder como primer ministro en 2001 le llevó a una evolución y entendió que la única manera de tener paz en la región era ceder; y con su peso político y militar logró hacer aceptar por parte de la opinión pública israelí la retirada unilateral de la Franja de Gaza, llevada a cabo en agosto de 2005, la cual ningún otro político si no cuenta con esta capacidad o peso lo hubiera podido hacer”, explica Zeraoui.

Cabe señalar que muchos analistas indican que si bien se puede suponer que Israel es el principal obstáculo para la consolidación de la solución de los “dos Estados” ello no es exactamente así ya que otro factor importante que socava el objetivo final para alcanzar un Estado palestino es el propio caos y la lucha de poder que existe entre las fracciones que componen la comunidad palestina.

Por una parte Gaza está controlada por el movimiento islamista Hamas, cuyas bases ideológicas parten de los llamados hermanos musulmanes desde que ganaron las elecciones en 2007; por la otra la Autoridad Nacional Palestina (ANP) gobierna en Cisjordania y no le interesa asumir el control de la Franja. Pero a su vez la fracción de Fatah en Gaza se encuentra enfrentada con el gobierno del líder de la ANP, Mahmoud Abbas.

El Acuerdo del Siglo no llega en el mejor momento, sin duda.