LA NECESIDAD DE MIGRAR DE POLÍTICA

Este puede ser un auténtico entuerto en el vientre mismo de la 4T.

Redacción
Foto: Especial
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Por Guillermo Deloya

La reciente visita a la estación migratoria en Tapachula por parte de una comisión legislativa compuesta por los coordinadores de los grupos parlamentarios y la líder de la Cámara de Diputados, lejos de procurar una distensión de un creciente conflicto ya polarizado constituye un nuevo capítulo de reyertas y señalamientos donde destaca la acidez de don Porfirio Muñoz Ledo. El legislador perteneciente (hasta ahora) a Morena no contuvo el efluvio verbal para llamar “hipócritas” a las autoridades migratorias de nuestro país y de paso criticar subrayadamente las exigencias de Estados Unidos en tal materia.

Sin embargo no con nuevos conatos de pleito será como un problema añejo va a encontrar soluciones. Y aquí es donde la palabra “hipocresía” adquiere una nueva dimensión. Ya sabido es que desde tiempos muy lejanos la migración ilegal ha proporcionado al vecino del norte una fuente sumamente conveniente de mano de obra. Se utiliza y se aprovecha la condición de necesidad del migrante que en muchos de los casos huye de la desesperanza y la pobreza extrema; abrumados por la delincuencia y el hambre, centroamericanos, sudamericanos y mexicanos aceptan condiciones laborales en Norteamérica que rayan en lo inhumano.

Pero el provecho de esa condición parece no ser suficiente ante la exigencia férrea de Estados Unidos por extender materialmente su política de cierre fronterizo hacia nuestro sur mexicano. En lo anterior, por supuesto, van incluidos los costos económicos, políticos y sociales de un cierre de nuestros límites territoriales, con una tónica de represión y violencia. Hemos hecho propio un problema que correspondía en origen al país gobernado por Donald Trump, para ahora ubicarnos en la imposibilidad de aminorar y mucho menos cesar este tipo de acciones que criminalizan al migrante que pretende cruzar por nuestro extenso territorio.

Inconformidad


En este desafortunado capítulo lejos quedaron las intenciones plasmadas en el retador texto Oye, Trump. Hoy se complace al vecino norteño. Ahora el desgaste social en ciudades mexicanas situadas en el sur del país es notorio. Ahí donde se realiza la contención de las olas migratorias hay una corrosión de estructuras económicas y se propicia la proliferación de indeseables consecuencias para quienes vivían en urbes habitables, como el caso de Tapachula. Tal deterioro encauza una percepción infausta respecto de aquellos que se encuentran varados en su tránsito. A los migrantes se les empieza a percibir como auténticos criminales y potencial amenaza ante la acumulación del problema que, repito, en mayor grado correspondería atender al propio Estados Unidos.

Este ha sido por igual un problema ancestral para los propios norteamericanos, pero estamos hablando del país más poderoso del mundo, en el cual a diario se incrementa una demanda por mano de obra en sectores como el agrícola y el de la construcción. Durante diversos episodios de la historia ha quedado comprobada la capacidad de alojamiento laboral que tienen para los migrantes en dicho hemisferio. Los tiempos han cambiado fundamentalmente ante una actitud solícita de un México que a veces se ve contra las cuerdas por las constantes amenazas de Trump y por una nueva política migratoria de Estados Unidos respecto de los solicitantes de asilo.

A fin de 2019 más de 55 mil migrantes solicitantes habían sido devueltos a este nuestro México, en tanto aguardan la resolución de su petición ante las autoridades estadunidenses. Esto significa que a diferencia del pasado, donde la normalidad era que dicha espera transcurriera en territorio norteamericano, ahora nosotros los absorbemos en su espera con todos sus costos.

No se diga cuánto por igual, y en mayor grado de gravedad, ha sido criticado el actuar de la Guardia Nacional en su tarea de contener la ola migratoria, donde se han cometido notorios excesos.

Lo cierto es que las declaraciones de Muñoz Ledo vienen a enarbolar una voz creciente en su inconformidad proveniente de empresarios y afectados por las consecuencias sociales en zonas fronterizas, además de dar material fresco de crítica a organizaciones vigilantes de derechos humanos de los migrantes. Si no migramos de política para encontrar un justo medio este puede ser un auténtico entuerto en el vientre mismo de la 4T y de nosotros los mexicanos.