MÉXICO DEBE INVERTIR MÁS EN EDUCACIÓN, CIENCIA Y CAPACITACIÓN

Antonio Caporal
Foto: Especial
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América Latina enfrenta hoy una situación económica complicada como producto de la desaceleración mundial y la guerra comercial entre China y Estados Unidos, pero sin dejar de lado factores domésticos como la deficiente aplicación de políticas públicas orientadas a incentivar el crecimiento, la precaria inversión en el sector educativo y en el desarrollo del capital humano, así como la elevada dependencia de los commodities.

Así lo expresa a Vértigo Ricardo López Murphy, ex ministro de Economía del gobierno de Argentina y consultor internacional en temas económicos, quien asimismo enumera una serie de variables que favorecen de manera particular a nuestro país, no obstante el complicado panorama regional.

Señala, por ejemplo, el nuevo tratado comercial de México con Estados Unidos y Canadá.

A su juicio solo falta que nuestro país aproveche la gran oportunidad que presenta justamente la guerra comercial entre estadunidenses y chinos, así como el factor del coronavirus. Aclara que para ello debe cumplirse con algunas condicionantes: dar confianza a la inversión privada, impulsar la infraestructura de comunicaciones y resolver el problema de la inseguridad.

Del auge a la recesión

El experto en temas económicos dice que de los cincuenta a la fecha el Producto Interno Bruto en América Latina se ha multiplicado por más de 16 veces y es más que evidente que se ha reducido la pobreza extrema.

Todo esto, agrega, como producto de la aplicación de políticas públicas de corte liberal; es decir, aquellas encaminadas a impulsar y fomentar las inversiones privadas, así como la apertura al comercio internacional.

De hecho, afirma, “los países que mayor crecimiento y combate a la pobreza registran son aquellos que tienen apertura comercial; y los que menos crecen o donde menos se ha combatido la pobreza son los que aplican políticas proteccionistas”.

Lo que hoy sorprende al especialista es el dato de que el crecimiento que se registraba en los cincuenta en la región, con tasas de 5 y 6% en promedio, se ha visto reducido a 2% o menos: “Los últimos cinco años han sido los peores de los últimos 75 en cuanto a crecimiento”.

¿Qué sucedió?, se pregunta. Y dice que “por un lado se agotó un modelo de desarrollo que obedecía a otros tiempos; y, por otro, varios gobiernos tomaron una serie de decisiones erróneas con base en un pensamiento proteccionista y populista”.

Asimismo asevera que a diferencia de varios países de la región México, si bien es cierto que igual ha resentido las convulsiones económicas externas y un bajo crecimiento, “ha sobrellevado mejor la situación actual gracias a que durante las últimas décadas aplicó una serie de medidas”.

Recuerda que en los ochenta México dependía en 95% de la venta del petróleo: “Cantarell y otros yacimientos permitían que un presidente dijera algo así como ‘Hay que prepararnos para administrar la abundancia’, pero la realidad es que los pozos se secan, las minas se agotan, los recursos naturales no son renovables y entonces mientras algunas economías latinoamericanas apostaban todo a los commodities, en México hicieron la tarea”.

Sobre esto último precisa: “En México diversificaron su economía, crearon industria maquiladora, en especial la automotriz; también dieron un impulso al turismo; y han mantenido la disciplina financiera”.

La oportunidad de México

Para Ricardo López Murphy queda claro que “América Latina crece poco porque invierte poco en rubros como educación, desarrollo del capital humano, ciencia y tecnología. Aquí se invierte en ciencia el equivalente a un tercio de lo que invierten algunas economías de Asia y apenas un cuarto de que destinan los países de la OCDE”.

Asimismo señala: “Es increíble que el promedio de aprovechamiento de las escuelas públicas de América Latina sea equivalente al de varios de los países menos desarrollados de Asia. Tenemos muy malas escuelas en nuestra región”.

Y expresa tajante: “¡La inversión en educación y en el desarrollo del capital humano son la base del crecimiento! Y justamente porque estoy convencido de esta premisa es que me resulta alarmante que en algunos países se hable de eliminar los exámenes de admisión. Te platico algo: en China quien ingresa a la universidad compitió en promedio con otros cinco mil, es decir, ingresa una de cada cinco mil personas que hicieron un examen de admisión”.

Refiere que a pesar de lo complicado que luce el panorama para varias economías latinoamericanas México es un caso aparte: “Los mexicanos creen que les fue mal, pero ¡claro que no! Les fue bien porque supieron diversificar sus fuentes de ingreso y la caída de su producción petrolera no les causó tanto daño, como sí lo causó a Venezuela, por ejemplo, donde además los gobiernos de Chávez y Maduro han mostrado un gran talento para destruir la economía y llevar a su pueblo a la pobreza extrema. Y ni qué decir de Cuba”.

Y advierte: “Cuidado con tomar el camino de Venezuela porque irán directo al fracaso”.

—¿Cuál es el camino que debe seguir México?

—Invertir en educación, en ciencia, en capacitación de personal. Por supuesto que también hay que invertir en aeropuertos, puertos, carreteras… Además deben acabar con el empleo informal o subempleo. Recuerden que la pobreza está ligada a la ausencia de trabajo formal. Incluso recomiendo acabar con las Pequeñas y medianas empresas. ¡Piensen mejor en tener compañías de 100 mil o 200 mil trabajadores y competir en el mundo!

“Lo que yo haría ahora mismo es construir un gran gasoducto para traer gas barato de Estados Unidos e impulsar la planta productiva; ustedes pagarían el gas a dos dólares el litro, mientras que los sudamericanos lo pagamos a siete, los europeos a diez y los asiáticos a doce”.

—¿Hoy qué ventajas tenemos?

—Tienen inmejorables ventajas: una, tienen como vecino a Estados Unidos, que es un gran mercado, el resto de Latinoamérica está muy lejos de los estadunidenses; dos, la crisis de salud en China abre para México la gran oportunidad de sustituir a este país. Solo deben resolver primero el problema de la inseguridad y les auguro que les irá mejor. Y déjame decirte algo: ningún país ha registrado una mejoría en la calidad de vida de sus habitantes si no crece su economía; la pobreza se acaba con crecimiento económico.