CAMBIO CLIMÁTICO: PROBLEMA GLOBAL

Hoy el calentamiento global hace que las regiones ya secas lo sean más, lo cual provoca que hasta 700 millones de personas corran el riesgo de ser desplazadas de sus territorios de origen.

Martha Mejía
Bienestar
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De seguir con el actual ritmo de calentamiento por el cambio climático cerca de 20% de la población mundial estará expuesta a fenómenos extremos de sequía a finales de este siglo, según concluye un nuevo estudio publicado por la revista Nature que evalúa el almacenamiento de agua terrestre a través de 27 simulaciones climáticas.

A diferencia de otros fenómenos climáticos extremos violentos, como huracanes o inundaciones, las sequías tienen una evolución lenta que se caracteriza por la falta de precipitaciones, lo que resulta en una grave escasez de agua.

De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) una de cada tres personas en el mundo carece de agua potable.

La OMS estima que 55 millones de personas en todo el mundo se ven afectadas por las sequías cada año y hasta 700 millones de personas corren el riesgo de ser desplazadas como resultado de las sequías de aquí a 2030.

El estudio, en el que participaron científicos de Europa, China y Japón liderados por la Universidad Estatal de Michigan, determinó que “las áreas del hemisferio sur, donde la escasez de agua ya es un problema, se verán afectadas de manera desproporcionada”.

Por ello, “predecimos que este aumento en la escasez de agua afectará la seguridad alimentaria y aumentará la migración humana y los conflictos”, declaró al respecto Yadu Pokhrel, principal autor de la investigación.

Explicó que hasta la fecha ningún estudio había examinado cómo el cambio climático afecta el almacenamiento de agua terrestre a nivel mundial.

Otro estudio que coincide con la alarmante situación lo publicó recién la revista Science y señala que hasta uno de cada cinco pozos en todo el mundo corre el riesgo de secarse si los niveles de agua subterránea caen aunque sea solo unos pocos metros.

El reporte a cargo de investigadores de la Universidad de California en Santa Bárbara (UCSB) reunió registros de construcción de casi 39 millones de pozos de agua subterránea en 40 países, con datos como ubicación, profundidad, propósito y fecha de construcción.

Los resultados revelan que entre 6 y 20% no supera una profundidad cinco metros mayor a la de sus niveles freáticos locales, “lo que sugiere que millones de pozos están en riesgo de secarse”.

Indican los autores que una solución cuando los pozos se secan es cavar más profundo, “pero eso a menudo conduce a una mala calidad del agua”. Además la construcción de pozos es costosa, lo que significa que cavar más profundo no siempre es una opción.

“Se proyectan sequías más severas de varios años a varias décadas en algunas regiones, lo que genera mayor demanda de agua subterránea y menor reposición de los acuíferos. En tanto el aumento de los niveles del mar podría inundar las reservas de agua dulce, contaminando los suministros restantes”, indicó Debra Perrone, coautora principal y profesora asistente del Programa de Estudios Ambientales de la UCSB.

Más afectados

Para complicar aún más la situación el aumento de las temperaturas que causa el cambio climático provoca que las regiones ya secas sean más secas y las regiones húmedas más húmedas.

En las regiones secas esto significa que cuando las temperaturas aumentan el agua se evapora más rápido y, por lo tanto, se incrementa el riesgo de sequía o se prolongan los periodos de esta.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) la sequía que ya devasta países del norte y el oriente de África también se extiende entre los cultivos y el ganado de numerosos países de Oriente Cercano y Asia Meridional. Por ello emitió un informe especial de advertencia relativo a Afganistán, Irán, Irak, Jordania, Pakistán e India.

En Afganistán numerosas familias perdieron sus cultivos de trigo y necesitan ayuda alimentaria urgente, por lo que muchas emigran a las ciudades en busca de alimentos y agua.

La sequía en Pakistán devasta las provincias de Baluchistán, en el occidente del país, y Sindh, en el sur. Diversas zonas de estas provincias carecen de lluvias suficientes desde hace muchos años, mientras que en India numerosos estados sufren una grave sequía que causa la muerte de miles de cabezas de ganado.

Mención aparte merece África, ya que países como Armenia, Marruecos, Zimbabwe, Namibia y Etiopía son de los más propensos en el mundo a la sequía extrema, además de que enfrentan numerosos desafíos en torno de la escasez hídrica, inseguridad alimentaria y conflictos continuos por recursos naturales.

Latinoamérica

La sequía afecta a varios países de América Latina, particularmente a Brasil, Argentina, Chile y México, con impactos negativos que afectan desde tareas agrícolas hasta la generación de energía.

En Brasil el presidente Jair Bolsonaro admitió que su país puede vivir un grave problema de abastecimiento de energía en los próximos meses debido a la intensa sequía que tiene en sus mínimos las represas de las hidroeléctricas, responsables de 63% de la energía en ese territorio.

“Vivimos la mayor crisis hidrológica de la historia y vamos a tener dolores de cabeza”, advirtió Bolsonaro. Se trata, dijo, de la mayor crisis de la que se tiene noticia.

“No ha llovido y la lluvia generalmente cae hasta marzo. Es decir, que ahora estamos en la fase de sequía. Vamos a ver qué podemos hacer”, agregó.

En Argentina la situación no es mejor: de acuerdo con su Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca durante el mes de febrero el área de sequía aumentó notablemente en tres regiones: en el norte, donde el problema se incrementa en Misiones, Chaco y Santiago del Estero principalmente; en la zona núcleo agrícola se mantienen condiciones de sequía moderada con afectación en cultivos de soja y maíz en Entre Ríos, sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires; y en la Patagonia, donde los índices muestran un deterioro de las condiciones principalmente en la región andina, que registra importantes incendios.

Incluso el año pasado Argentina tuvo que pedirle a Brasil que liberara agua de la represa de Itaipú al río Paraná para aumentar los volúmenes de líquido, que alcanzaron el nivel más bajo desde 1989.

Los especialistas coinciden en señalar que el problema no será fácil de superar y los mercados de cultivos probablemente tendrán que prepararse para dificultades logísticas más allá de la cosecha de esta temporada.

Mientras tanto en Chile, de acuerdo con el estudio Megasequía: diagnóstico, impactos y propuestas” que realizó el Centro de Estudios Públicos (CEP), las sequías se convertirán en una “nueva normalidad climática” en el país. Y es que según el Balance Hídrico Nacional proyectado para el periodo 2030-2060 la disponibilidad de agua en el norte y centro de Chile podría disminuir más del 50 por ciento.

“Si esta situación se mantiene, para 2040 se proyecta que Chile será uno de los 30 países con mayor estrés hídrico del mundo”, aseveró Juan José Crocco, exsubdirector de la Dirección General de Aguas y autor principal del estudio.

El especialista agregó que la sequía tiene distintas categorías que actúan como un “efecto dominó” y se van sumando: la falta de lluvias, por ejemplo, afecta al caudal de los ríos, disminuyendo la recarga y perjudicando a distintas actividades dependientes del vital elemento.

México

Nuestro país se acerca a los niveles de sequía más altos registrados en los últimos 20 años. Según el reporte Monitor de sequía de México de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), al 30 de abril de 2021 al menos 75.27% del territorio nacional sufre algún grado de sequía y 12.29% se encuentra “anormalmente seco”, para un total de 87.56%. Solo 12.44% de la República no registra afectación por falta de lluvias y escurrimientos.

En la categoría de Sequía moderada (D1) se encuentra 21.23% del territorio; 38.80% con Sequía severa (D2); 14.06% en Sequía extrema (D3) y 1.18% con Sequía excepcional (D4).

También indica el reporte que de los dos mil 463 municipios del país mil 381 tienen algún grado de sequía, 636 están anormalmente secos y 446 sin afectación.

Los estados con 100% de sus municipios con algún grado de sequía son Aguascalientes, Baja California Sur, Coahuila, Colima, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Sinaloa, Tamaulipas y Zacatecas.

En Baja California Sur autoridades reportaron la muerte de diez mil cabezas de ganado, mientras que Coahuila se considera como la región con las más severa sequía en todo el país: en sus pastizales se registran restos de ganado muerto por falta de agua y alimento.

Chihuahua presenta sequía extrema en 40 municipios y 100% de su territorio padece algún grado de sequía que impactará severamente en el suministro para consumo humano, industria y agricultura.

Por lo menos 15 de sus municipios, entre ellos Ciudad Juárez, tienen sequía moderada. Este problema de escasez se refleja en una baja en la calidad del servicio en tomas domiciliarias en las zonas urbanas.

En Nuevo León el Comité de Contingencias Hidrometeorológicas informó que solicitará la declaratoria de emergencia por sequía en 48 de los 51 municipios que tiene el estado. Este panorama afecta de manera directa al sector agropecuario.

De acuerdo con el informe diario sobre presas de Conagua la presa de Cerro Prieto está a 17.03% de llenado; la presa La Boca en 72.17% y la presa El Cuchillo está en 53.11% de su capacidad.

Al respecto, José Rivera Zamora, jefe de Seguridad de Servicios de Agua y Drenaje Monterrey, declaró que a la fecha “se cuenta con el vital líquido para abastecer al estado durante menos de un año”.

Mención aparte merecen Sinaloa y Sonora. En la primera entidad la sequía es una señal de alerta máxima a nivel nacional, ya que se trata de las zonas agrícolas más importantes del país. Elota, un municipio agrícola y ganadero, sirve de muestra de lo que padece el estado: la presa Aurelio Benassini Vizcaíno —una de las once que hay en Sinaloa— ya está casi vacía y apenas llega a 16% de su capacidad.

De acuerdo con Arturo Gómez Campaña, presidente de la Asociación Ganadera de Elota, hasta marzo la entidad contaba con más de 50 mil cabezas de ganado, pero al enfrentar la escasez de agua los ganaderos optaron por malbaratar el producto y desprenderse de sus reses: han vendido más de 20 mil cabezas de ganado, aunque aclara que otros no han tenido esa suerte, como en los ejidos del Norote y el Saladito, donde el ganado se muere por falta de agua.

Mientras en Sonora 98.6% de sus municipios presenta algún grado de sequía. A pesar de que toda la entidad es azotada por las inclemencias del clima y la escasez de lluvias, hay municipios que atraviesan por una etapa más crítica, entre los que destacan Agua Prieta, Nogales, Naco, Sáric, Cananea, Altar, Tubutama, Magdalena, Ímuris, Bacoachi, Fronteras, Átil, Santa Cruz y Caborca, entre otros.

La falta de lluvias y el ambiente seco son responsables de que la producción ganadera se haya reducido 42%; es decir, se perdieron ya 300 mil reses y se prevé que la cifra aumente a 456 mil entre mayo y junio, según la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Recursos Hidráulicos, Pesca y Acuacultura (Sagarhpa) estatal.

La dependencia también advierte que este año podrían quedar sin sembrar 120 mil hectáreas de cultivos, además de que podrían perderse un millón de toneladas de alimentos.

Valle de México

“México vive una de las sequías más generalizadas e intensas en décadas”, advirtió la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) al publicar imágenes sobre el estado de la presa Villa Victoria, ubicada al poniente del Estado de México, uno de los principales suministros de agua para la Ciudad de México, la cual está aproximadamente a un tercio de su capacidad normal.

Las imágenes se obtuvieron mediante el satélite Landsat 8. Con ellas la agencia espacial estadunidense indicó que muchas de las represas más importantes cuentan con niveles bajos de agua. Destacó que cerca de 60 presas grandes, principalmente en el norte y centro de México, están por debajo de 25% de su capacidad.

De acuerdo con el informe semanal del Comité Nacional de Grandes Presas al 10 de mayo el almacenamiento promedio de los tres principales embalses del Sistema Cutzamala (El Bosque, Valle de Bravo y Villa Victoria) se ubicó en 40.7%, cifra menor al promedio histórico para esa fecha.

El informe detalla que el almacenamiento de la presa El Bosque se ubica en 34.3%, con 69.3 millones de metros cúbicos (Mm3); Valle de Bravo en 49.6%, con 195.6 Mm3, y Villa Victoria en 28.7%, con 53.3 Mm3.

Al respecto José Antonio Benjamín Ordóñez Díaz, catedrático de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tecnológico de Monterrey, advierte en entrevista que el Sistema Cutzamala podría colapsar en 18 meses máximo debido a la sequía.

“El Sistema Cutzamala puede colapsar en año y medio más o menos, debido a la sobresaturación de sedimentos del aporte de los cuerpos de agua”, asevera.

Ordóñez explica que el déficit de lluvia podría agudizar el bajo nivel de almacenamiento de las presas y esto a su vez impedir que la maquinaria del sistema funcione adecuadamente, con lo cual se podrían venir abajo la operación de esta obra que dota una tercera parte del agua que consume la Ciudad de México al día.

De acuerdo con el especialista, el plan B de las autoridades es hacer un reconocimiento de los cuerpos de agua más cercanos y traerlos para abastecer al Valle de México, pero en su opinión no es la mejor ruta para enfrentar el problema.

“Se busca hacer un rápido escaneo de los cuerpos de agua más cercanos, por ejemplo la presa de Guadalupe (ubicada en el municipio de Cuautitlán Izcalli, Estado de México), pero se necesitaría de un gran bombeo para poder traer el agua a la Ciudad de México y esta es una inversión muy alta, que además rompería el balance con otros lugares de donde se extrae el agua”, puntualiza.

Por ello sugiere que las autoridades deben trabajar en la reforestación de toda la cuenca del Cutzamala y en el tratamiento de aguas residuales.

Mitigar

Ordóñez Díaz señala que para enfrentar la situación actual de sequía en el país se debe echar a andar rápidamente el mayor número de plantas de tratamiento de agua. “Hay que reciclar toda el agua que sale del drenaje; una vez que la reciclemos, la purifiquemos y la reinsertemos al freático para que tengamos más agua, entonces posiblemente tengamos como dos o tres años de margen”, advierte.

Además, agrega, se debe incorporar a especialistas —sobre todo a personas que ya tienen experiencia en este ámbito—, así como auditar a las instituciones que llevan el desarrollo de estos servicios porque no hay resultados favorables. Pero sobre todo trabajar en equipo a fin de complementarse: “Este año se predice que va a llover menos; si no actuamos todos, se acabará el agua”.

En este sentido, Manuel Salas, director general de CIPRO, empresa dedicada al desarrollo de infraestructura de agua y energía, señala algunos puntos para mitigar la escasez del vital líquido: “El cuidado del recurso tiene que ver con diferentes variables, una de ellas es operar eficientemente dentro de las mejores prácticas nacionales las redes de distribución con el objetivo de cuidar el agua evitando lo más posible las fugas”

Agrega que el ahorro de agua en casas, industrias y oficinas es muy importante también, ya que podríamos creer que por cuestiones de pandemia el uso de agua aumentó, pero este se equilibra con las oficinas que dejaron de laborar o los alumnos que dejaron de asistir a las aulas. “Es por esto que desde casa se debe crear una cultura de ahorro para generar conciencia de las consecuencias a corto y mediano plazo”.

Por último, señala que el pago por el servicio de agua potable, alcantarillado y saneamiento debe estar al corriente, ya que de esta manera habrá recursos suficientes para que los sistemas de agua puedan reinvertir para mejorar la eficiencia de su red y sus sistemas eléctricos.