LA CRISIS CLIMÁTICA PONE EN JAQUE A GOBIERNOS

Condiciones ambientales extremas generan picos de demanda inusuales para los sistemas de energía en varias regiones geográficas.

RED ELECTRICA-CONGRESO
David J. Phillip/AP
Martha Mejía
Bienestar
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Los apagones pueden volverse más comunes por culpa de la crisis climática como recién demostraron los casos de Texas, en Estados Unidos, así como en varios estados del norte de México: según los expertos los climas extremos generan picos de demanda inusuales para los sistemas de energía en varias regiones geográficas, poniendo en jaque a diversos gobiernos.

De hecho, hoy el mundo enfrenta fenómenos climáticos que no se veían desde hace 150 años. Por un lado se producen nevadas extremas en Estados Unidos, Europa y algunas regiones de Asia; y por otro, Groenlandia registra un incremento en su temperatura. Todo al mismo tiempo.

“Se trata de la nueva realidad climática. Ya hemos tenido eventos que nos pegaron con diferentes impactos, pero probablemente no le habían pegado a las zonas más productivas de México, en el norte del país, y tampoco a Estados Unidos. Es una realidad que las temperaturas que se dieron en Texas no se habían visto desde 1893. En todo un siglo no se había visto y esa fue la forma de manifestarse de esta crisis climática. Pero se pueden expresar de diferentes formas, como inundaciones, tormentas y huracanes, con lo que estamos más familiarizados”, explica en entrevista Inder Rivera, gerente de energías limpias de WRI México.

Al respecto Paulina Ordóñez, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, explica a Vértigo que las temperaturas registradas tanto en Texas como en el sur de Europa tienen que ver con el hecho de que se derrite el hielo del Ártico.

“Si analizamos los datos de temperatura globales nos indican que el planeta en su conjunto se calienta, hay eventos más extremos, más olas de frío y más olas de calor. Al final en promedio sale un mayor calentamiento”, indica.

Añade que en concreto el frío extremo en Texas y Europa se dio “porque al haber menos gradiente (variación) de temperatura las corrientes en chorro se debilitan, empiezan a tener formas de meandros o curvas, van haciendo ondas y esas ondulaciones provocan que si hay una onda muy pronunciada el aire polar pueda disminuir hasta latitudes muy bajas. Esto al final tiene que ver con que el hielo del Ártico se derrite. Entonces el contraste del frío del polo y la temperatura cálida del Ecuador es lo que mantiene esas corrientes”.

Jorge Zavala Hidalgo, coordinador general del Servicio Meteorológico Nacional, comenta a su vez en entrevista que de acuerdo con la teoría se podría esperar que este tipo de eventos cada vez sean más frecuentes. “Es parte de la discusión en los ámbitos científicos, en particular lo que se discute es si el Jet Polar, que es un chorro de vientos que tiene su parte más intensa a una altura de ocho a diez kilómetros y que va girando alrededor del polo, en ese movimiento también genera ondulaciones: parte de la discusión que existe es si esas ondulaciones van a tener mayor amplitud y si los desplazamientos de este chorro, que siempre ocurre hacia latitudes medias durante el invierno y después se retrae más al norte durante el verano, si con el cambio climático vamos a tener mayor amplitud en estas ondulaciones o meandros o vamos a tener mayores incursiones del Jet hacia latitudes medias por el cambio climático”.

Indica que la temperatura del Ártico se calienta más rápidamente que en otras regiones del planeta, particularmente en latitudes medias. “La diferencia de temperaturas entre el Ártico y las latitudes medias tropicales disminuye; sigue siendo más frío el Ártico, por supuesto, pero esa diferencia afecta las corrientes de viento. La teoría dice que ocurrirán más eventos extremos como estos pero las observaciones no son contundentes estadísticamente; todavía no hay un acuerdo”, expresa.

Aclara que en cuanto a México en las pasadas nevadas no se registró ninguna temperatura histórica. “No tuvimos las temperaturas más bajas, por ejemplo, para Chihuahua: hemos registrado este año como mínima -18.3 el 2 de enero, pero el histórico es de -30.0, el 11 de enero de 1982”.

Consecuencias

Al bajar tanto la temperatura existe una mayor demanda para la calefacción, aumenta el consumo eléctrico y entonces se consume más gas natural.

En México, de acuerdo con la Sener, el gas es la principal fuente de energía: genera alrededor de 60% de la electricidad de todo el país.

“La generación de electricidad se relaciona con las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) por el tipo de tecnologías que se utilizan para la generación de la misma, que parte de fuentes térmicas: carbón, petróleo, combustóleo y gas natural, todas estas que emiten ciertos GEI a la atmósfera. En México la matriz energética que tenemos recae en estos, 60% de nuestra electricidad viene de ciclos combinados que usan como fuente principal el gas natural, luego casi 9% de hidroeléctricas, 7% de convencionales; en contraste hay 6% de eólicas y 4% de fotovoltaicas”, explica Inder Rivera.

Agrega que se requiere tomar acciones rápidas tanto para la mitigación de estos GEI como para incrementar la participación de las energías renovables. “Si bien hay una política climática internacional donde México participa en el Acuerdo de París y tiene ciertas metas, faltan también mecanismos para poder lograr esas metas, que deben de ser más ambiciosas para que el país realmente pueda contribuir a la mitigación y limitar la elevación de la temperatura idealmente en más de 1.5 grados”.

¿Qué hacer?

De acuerdo con el especialista en energías limpias existen algunas vertientes en las que el país puede trabajar para afrontar contingencias de este tipo. “Por un lado, diversificar: ya vimos que dependemos altamente de Estados Unidos y la razón fundamental es porque hoy Texas tiene el gas más barato, que es el de shale (gas natural), y por eso es más conveniente traerlo e importarlo de allá; entonces ya vimos que ante este tipo de panoramas México paga los platos rotos: hay que tener una política de diversificación de estos suministros”.

Comenta que aumentar la energía renovable ayudará al país a no depender tanto de esta importación de gas. “Hay que recordar que tanto el sol como el viento en México son gratuitos y son tan soberanos como el gas que se podría producir aquí. Otro tipo de medidas son expandir la red de transmisión eléctrica, los cables, para que si llega a pasar este tipo de eventos nuevamente podamos, de una forma más eficiente y menos costosa, poder promover, transmitir, enviar la energía eléctrica a esos lugares en que estaba careciendo”, dice.

En este sentido explica que “se han hecho buenos esfuerzos en los últimos años con las subastas eléctricas y de hecho se instalaron muchos (sistemas) en el norte del país, sobre todo solares; muchas de ellas están operando, como 80%, pero faltan más de este tipo de proyectos”.

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