Los primeros 100 ejemplares reubicados desde el santuario de La Campana, en Culiacán, ya se encuentran en proceso de adaptación en su nuevo destino: las instalaciones alternas de Ostok Sanctuary, ubicadas dentro del proyecto Bioparc El Encanto, al norte de Mazatlán. Así lo informó Ernesto Zazueta Zazueta, presidente del santuario, quien detalló que los ejemplares permanecen bajo vigilancia veterinaria continua en zonas de cuarentena, como parte del protocolo para garantizar su bienestar físico y conductual tras el traslado.
Este movimiento forma parte del complejo proceso de reubicación de alrededor de 700 animales de distintas especies que han sido rescatados por Ostok y que, por diversas razones, no pueden regresar a su hábitat natural. El nuevo espacio en Mazatlán, aunque colindante con Bioparc El Encanto, operará de forma independiente y sin acceso al público, tal como funcionaba en Culiacán. El ingreso está restringido exclusivamente a personal académico, veterinario, técnicos y especialistas.
“El ambiente es muy similar al que tenían en La Campana. La vegetación y el clima han facilitado mucho su adaptación”, comentó Zazueta Zazueta, al tiempo que recalcó que el área ha sido acondicionada con las condiciones necesarias para recibir a los animales.
Por su parte, Marie Palma Irizarry, integrante del equipo veterinario, explicó que el traslado de los primeros cien ejemplares fue delicado, debido a que implicó procedimientos anestésicos. “Siempre hay un riesgo, como con los humanos, pero todos los animales se recuperaron bien. Ya han pasado más de 48 horas desde el traslado, y no esperamos bajas ni complicaciones”, señaló. También indicó que durante el viaje, de aproximadamente cuatro horas, se atendieron afecciones menores como heridas y golpes de calor en algunos ejemplares.
A pesar de estos avances, el camino no ha sido sencillo. Desde diciembre de 2024, el personal técnico y veterinario de Ostok ha enfrentado numerosos retos logísticos y de seguridad, incluyendo dificultades en la compra y entrega de alimentos para los animales. Sin embargo, el objetivo se mantiene firme: ofrecer a estos ejemplares —muchos de ellos pertenecientes a especies en peligro de extinción— una segunda oportunidad de vida en un entorno digno y seguro.
Conforme avance el calendario, se espera que el resto de los animales sea trasladado en etapas, siempre bajo estrictos protocolos de seguridad y bienestar. La misión de Ostok continúa, ahora desde Mazatlán.