UNO DE CADA TRES BEBÉS RECIBE LACTANCIA MATERNA EN MÉXICO

“La alimentación complementaria inicia a los seis meses”.

Lactancia materna
Bienestar
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Es una de las principales estrategias para la disminución de la morbimortalidad de los lactantes a nivel mundial y nacional.

A pesar de que México adoptó el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna (CICSLM) desde 1981, en el país persisten importantes desafíos en su implementación que afectan el derecho de los niños a una alimentación adecuada y el de las madres a recibir información libre de conflictos de interés para tomar decisiones informadas sobre la lactancia.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2021-2023), actualmente solo 34.2% de los bebés menores de seis meses en México reciben lactancia materna exclusiva, cifra por debajo de la meta del objetivo global de nutrición 2030, que es de 70 por ciento.

Al mismo tiempo, 27.2% es alimentado con fórmulas comerciales u otros líquidos desde los primeros días de vida (ENSANUT 2022).

Sin embargo, la lactancia materna es la forma óptima de alimentar a los bebés, ya que les proporciona los nutrientes que necesitan de forma equilibrada y al mismo tiempo los protege frente a enfermedades infecciosas.

La doctora Elvira Elvia Escobar Beristain, coordinadora de Programas Médicos de la Dirección de Prestaciones Médicas (DPM) del IMSS, destaca que la leche materna es el mejor y único alimento que una madre puede ofrecer a su hijo o hija tan pronto nace, al proporcionar los nutrientes necesarios para lograr un crecimiento y desarrollo adecuado.

El instituto reafirma su compromiso de garantizar una protección adecuada de la madre y su bebé a través del fomento de la lactancia materna de forma exclusiva hasta los seis meses de edad y complementaria hasta los dos años o más, como una estrategia de salud pública que salva vidas, previene infecciones y enfermedades en la población en general, resalta la especialista.

Subraya que la lactancia materna se considera una de las estrategias para la disminución de la morbimortalidad de los lactantes a nivel mundial y nacional; es el medio para proporcionar un alimento ideal para el crecimiento y el desarrollo sano, con repercusiones importantes en la salud de la madre y de la persona recién nacida.

Beneficios

Escobar indica que entre los beneficios para la madre está la prevención del cáncer de mama, de ovario, depresión posparto, anemia, diabetes, hipertensión y osteoporosis, mientras que para la persona recién nacida hay una menor incidencia de diarrea, infecciones de vías respiratorias, diabetes mellitus, linfoma, leucemia, sobrepeso y obesidad, presión arterial alta en etapas posteriores, alergias, hipercolesterolemia y asma, entre otras, así como un mejor desarrollo intelectual.

“La lactancia materna forja un vínculo afectivo profundo entre la madre y el hijo, promoviendo el apego y el bienestar emocional de ambos. Este proceso, que incluye el contacto piel a piel, la interacción visual y la comunicación verbal, estimula la producción de hormonas como la oxitocina, conocida como la hormona del amor, que refuerza la relación de apego y mayor producción de leche”, puntualiza.

Asimismo, la estrategia NutrIMSS Aprendiendo a Comer Bien Embarazo y Lactancia Materna es una oportunidad para informar a la futura madre sobre la importancia de tener una alimentación saludable, que le permita tener un incremento de peso adecuado y llevar el embarazo a término de manera exitosa en beneficio de su salud, así como del desarrollo y crecimiento de su hija o hijo.

“En los hospitales con atención Gineco-Obstétrica se realiza la atención amigable a la madre, se favorece el apego inmediato, el contacto piel con piel, se inicia la lactancia materna en los primeros 30 minutos de vida y se le informa a la madre que su bebé está listo para amamantar”, dice.

Promover, proteger y apoyar

La doctora Escobar recuerda que el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna tiene como objetivo frenar la promoción de las empresas que fabrican alimentos para los lactantes y provocan la reducción de la lactancia materna, poniendo en riesgo la nutrición y salud de la niñez.

Asegura que para el IMSS es un compromiso promover, proteger y apoyar la lactancia materna para salvaguardar la salud de la madre y su bebé, a través de una estrategia transversal en la que participan los tres niveles de atención, por lo que el personal de salud institucional es el mayor grupo de apoyo para las mujeres en periodo de lactancia. “La lactancia materna no dura toda la vida; sus beneficios, sí”, concluye.

Durante la próxima Semana Mundial de la Lactancia Materna, a conmemorarse del 1 al 8 de agosto de 2025, se presentarán a detalle herramientas innovadoras y los mecanismos para su implementación en beneficio de la salud y desarrollo de niñas y niños desde los primeros días de vida.

Las autoridades hacen por ello un llamado a todos los sectores comprometidos con la salud materno-infantil a sumarse a esta iniciativa, fortalecer la vigilancia del CICSLM y avanzar hacia una cultura de protección y apoyo a la lactancia materna en México.

El IMSS, la SEP y el UNICEF desarrollaron la Guía para lograr una lactancia materna y alimentación complementaria exitosa a fin de promover a la leche materna como la mejor fuente de nutrición para bebés, además de brindar información de la forma correcta para introducir la alimentación complementaria.

La titular de la División de Desarrollo Integral Infantil, María del Pilar Espinosa Martínez, señala que entre los principales objetivos que motivaron ese documento conjunto está el de aumentar la tasa de lactancia materna en nuestro país y disminuir la prevalencia en el consumo de fórmula infantil.

Resalta que la alimentación complementaria inicia a los seis meses, cuando las necesidades de energía y nutrientes del lactante empiezan a ser superiores a lo que la leche materna le puede aportar, y termina a los doce meses con la introducción del menor a la dieta familiar. De no incluir alimentos complementarios o si se administran de forma inadecuada el crecimiento del menor puede verse afectado.

Indica que entre los principios rectores de una alimentación complementaria apropiada está la continuidad con la lactancia materna a demanda, con tomas frecuentes, hasta los dos años o más; mantener buena higiene y manipular los alimentos adecuadamente; empezar a los seis meses con pequeñas cantidades de alimentos y aumentarlas gradualmente a medida que el niño va creciendo.

Por último, destaca que se debe aumentar gradualmente la consistencia y variedad de los alimentos, así como el número de comidas: dos a tres al día para los lactantes de seis a ocho meses, y tres a cuatro al día para los de nueve a 23 meses, con uno o dos refrigerios adicionales si fuera necesario; ofrecer alimentos variados y ricos en nutrientes; y utilizar los complementarios enriquecidos o suplementos de vitaminas y minerales si fuera necesario.

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