Advierte la FAO que podrían aumentar el hambre y muertes en pandemia

Pide adoptar medidas para garantizar la alimentación a sectores vulnerables

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Bienestar
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El hambre y las muertes podrían aumentar significativamente en las zonas urbanas, si no se adoptan medidas para garantizar que los residentes pobres y vulnerables tengan acceso a los alimentos, advirtió la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

En América Latina, señaló, las ciudades están encontrando formas de mantener el flujo de suministros de alimentos, a pesar de las restricciones actuales de movimiento y suministros.

Explicó que varios municipios latinoamericanos han tomado medidas para reducir las consecuencias de las medidas de bloqueo y garantizar que los sistemas alimentarios no se rompan, ya que el trabajo se agota.

En Quito, Ecuador, por ejemplo, las autoridades utilizan autobuses municipales como centros móviles de alimentos, siguiendo el ejemplo de la ciudad china de Wuhan. El gobierno de Quito también se asoció con bancos de alimentos y mapeó áreas vulnerables para garantizar que los alimentos se distribuyan de manera efectiva.

En Lima, Perú, el suministro de productos alimenticios se ha visto afectado por el inicio de la crisis, con restricciones al movimiento de los agricultores establecidas localmente por los administradores de la ciudad y los líderes de las comunidades rurales.

Se teme que si estas restricciones se mantienen, la cadena de suministro de alimentos en la ciudad podría verse gravemente afectada. Por ahora, los precios se han mantenido estables, pero son monitoreados para contrarrestar la especulación y el aumento de precios en el mercado negro. Un mayorista móvil distribuye alimentos a varios distritos del área metropolitana.

En Montevideo, Uruguay, el mantra se ha convertido en mantenerse local, con ciudadanos y organizaciones que regresan a “ollas populares”, un modelo tradicional de entregas a domicilio de frutas, verduras y otros alimentos, algunos directamente de los productores, con especial atención a las necesidades de las personas vulnerables.

Estas iniciativas reflejan la advertencia de la FAO de que el riesgo para la salud de muchos ciudadanos urbanos es alto durante la pandemia, en particular para los mil 200 millones que viven en barrios marginales y asentamientos irregulares.

Las respuestas de las autoridades municipales en todo el mundo han incluido el cierre de mercados y pequeñas tiendas, lo que dificulta a los ciudadanos más pobres comprar alimentos, ya que no pueden pagar los precios de los supermercados o los servicios de entrega, y para quienes dependen de trabajos en la industria alimentaria, es difícil llegar a fin de mes.

Los aumentos en los precios de los alimentos también pueden ocurrir, dijo la FAO, lo que podría llevar a disturbios civiles, como se vio en muchas ciudades africanas durante la crisis alimentaria de 2007-2008.

Para mitigar estos efectos secundarios de las medidas de bloqueo, el organismo recomendó aumentar el apoyo a los esquemas de distribución de alimentos a las personas vulnerables; mejorar el acceso a alimentos nutritivos para todos, y promover campañas educativas para ayudar a los ciudadanos a reducir el desperdicio y comprar alimentos de manera responsable.

Además, dio una serie de recomendaciones para mejorar la situación del suministro de alimentos a corto plazo. Por ejemplo, exhortó a las ciudades a usar la tecnología para mapear a las personas vulnerables y su acceso a los alimentos, a fin de desarrollar programas más efectivos.

Recomendó implementar estrategias para permitir que los mercados permanezcan abiertos, y las cadenas alimentarias también deben designarse como esenciales, para que los trabajadores y los productores puedan seguir circulando, respetando las normas sanitarias.

Para la FAO, la pandemia ha expuesto varias fallas graves y subyacentes de los sistemas alimentarios urbanos, y el documento propone una serie de mejoras que deberían implementarse para garantizar que las ciudades estén mucho mejor preparadas para la próxima crisis de salud potencial.

Otras recomendaciones incluyen el mantenimiento de iniciativas como centros de alimentos, con la ventaja adicional de reducir los congestionamientos vehiculares y las emisiones de carbono, y estudiar formas de ampliar el comercio electrónico, de manera que facilite el acceso a los alimentos para todos.

La FAO espera que la pandemia de la COVID-19 pueda convertirse en un catalizador para transformar positivamente de la forma en que se gestionan los sistemas alimentarios en las zonas urbanas.

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