BALANDRA, AMENAZADA TRAS DERRAME DE COMBUSTIBLE

“El incidente es la oportunidad para actualizar los programas de manejo de las ANP”.

Martha Mejía
Bienestar
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Balandra no solo es una de las playas más hermosas de México y del mundo: sus aguas color turquesa y sus arenas blancas también ostentan el título de Patrimonio de la Humanidad que otorga la Organización de Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO).

Esta Área Natural Protegida (ANP) ha sido ejemplar en la protección del hábitat de manglar y en este contexto, coinciden especialistas, lo sucedido con la embarcación turística Fortius que derramó hidrocarburos y contaminó la playa pone en peligro la vida marina que ahí se aloja.

Importancia ecológica

Se localiza en la Bahía de La Paz, a 15 kilómetros al norte de la ciudad de La Paz, cerca del puerto de Pichilingue, en Baja California Sur. Dentro del Área de Protección de Flora y Fauna no existen asentamientos humanos, únicamente se encuentran las instalaciones de dos pequeños ranchos ganaderos.

Las islas y los islotes del área se distinguen por ser sitios de anidación de aves y zonas de descanso de mamíferos marinos. Son los casos de la Isla Gaviota, que tiene una colonia reproductiva de la gaviota patas amarillas; el islote El Merito, donde anida el garzón azul en una colonia pequeña de unas 20 parejas; y el islote Faro de San Rafaelito, que utilizan como zona de descanso grupos de lobos marinos de California.

Balandra posee una pradera de pastos marinos que, al igual que los manglares, constituye un hábitat significativo y es sitio de crianza para peces e invertebrados.

En la zona marina se encuentran diversos tipos de sustratos marinos, los cuales se caracterizan por ser arenosos y fangosos, entornos que representan un hábitat importante para los moluscos bivalvos, algunos de importancia comercial y para el autoconsumo.

“En el lugar hay especies de interés comercial como cabrilla, verdillo, sardinas, pargos, mojarras, jureles e incluso los buzos que continúan limpiando la zona encontraron un caballito de mar nadando entre los escombros de fibra de vidrio. Entonces hay varias especies”, explica a Vértigo Alejandro Olivera, representante en México del Center for Biological Diversity.

Balandra, agrega el especialista, también es conocida por alojar a mucha almeja chocolata, especie para consumo humano directo, por lo que se debe tener precaución con todo este tipo de organismos que son filtradores, ya que resultan los más afectados por este tipo de derrames.

“Ha habido casos, por ejemplo en Veracruz, donde se han encontrado restos de hidrocarburos principalmente en organismos como almejas u ostiones, ya que estos son filtradores. Si los hidrocarburos llegan a ser absorbidos por estos organismos pueden llegar a incorporarse a la red trófica, puesto que las almejas son consumidas por peces más grandes y así se va en cadena”, explica.

Hechos

El 21 de agosto el yate Fortius, de más de 24 metros de largo y casi seis de ancho, se quemó a unos metros del ANP. El humedal, que tiene una de las barreras de manglares más importantes del país, quedó quemado y contaminado con alrededor de diez toneladas de combustible y fibra de vidrio, entre otros restos, por lo que se le declaró en contingencia ambiental.

Lo que sucedió en Balandra no es algo extraordinario ni nuevo. De acuerdo con Oceana, organización dedicada a la conservación marina, las Áreas Naturales Protegidas de México son vulnerables porque no tienen herramientas para implementar programas de manejo.

De acuerdo con la organización esta ANP es un ejemplo de ello, ya que las embarcaciones incumplen constantemente horarios de visita e ingresan más de 400 personas diarias, que es el máximo permitido. “Esto debido a la falta de inspección y vigilancia, para lo que se necesitan recursos humanos, técnicos y económicos”, indica.

A decir de Miguel Rivas, director de Santuarios Marinos en Oceana, “es fundamental preservar efectivamente las ANP de México, que se determinen los impactos de este accidente. La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) debe establecer las sanciones correspondientes de acuerdo a la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente”.

En el caso del incidente en Balandra, expone la ONG, en el plan de manejo de esta ANP se establece claramente que no se permite el acceso a embarcaciones motorizadas, por lo que la sanción tiene varias faltas: haber entrado, haber jugado con bengalas y el derrame con contaminación.

Plan

La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) informó a su vez que en colaboración con la Secretaría de Marina, buzos de la comunidad local y el Fondo para la Protección de los Recursos Marinos (Fonmar), realizaron una limpieza submarina en la que se retiraron mil 400 kilos de desechos de fibra carbonizada y restos de la embarcación del área afectada.

Además, señaló que con la colaboración de la Organización de la Sociedad Civil Centro para la Biodiversidad Marina se hará un levantamiento de ortofotogeorrefencias (mosaico de imágenes) para evaluar los posibles daños al follaje, así como morfología, raíces, tallo, hojas, flor/fruto. Como parte del seguimiento cada seis meses se realizará este levantamiento de imágenes durante dos años.

También comunicó que “se obtendrán datos representativos del derrame de hidrocarburos en bivalvos y se realizará un monitoreo extenso e intensivo en la zona de playa Balandra con los siguientes aspectos: transectos lineales en zonas rocosas, arenosas y raíces de manglar; cuadrantes de un metro cuadrado en zonas rocosas, arenosas y raíces de manglar; registro de longitud y peso de especies de importancia comercial; registro de temperatura; salinidad, PH y oxígeno disuelto; y mapeo con dron de las estaciones muestreadas para la ubicación geográfica de transectos”.

El representante en México del Center for Biological Diversity señala que aún no se sabe con exactitud la magnitud de los daños, ya que siguen sacando desechos.

“Hace falta realizar una evaluación más a fondo y a partir de eso repartir responsabilidades y resarcir los daños”, indica Olivera.

Diversos especialistas coinciden en que el accidente ocurrido en Balandra es la oportunidad para que los programas de manejo de las ANP se actualicen de acuerdo a los retos actuales que enfrenta el país en materia de conservación, así como contar con los recursos necesarios para su cumplimiento.

“Las ANP tienen bajo presupuesto y el pago de derechos que se hace nunca regresa a ellas. A partir de ahí genera un debilitamiento en su conservación, en su vigilancia, en la aplicación de la ley, en los mecanismos de protección o protocolos establecidos ante derrames de hidrocarburos o de incendios. Y ahora lo vimos, cayó de sorpresa. Obviamente el personal no estaba preparado. Por eso también hubo una respuesta muy lenta por parte de las autoridades para empezar a limpiar esa zona. En eso es que se tiene que trabajar”, finaliza.