Cómo controlar el trastorno obsesivo compulsivo: tratamientos y terapias para vivir mejor

Las obsesiones suelen provocar gran angustia, por lo que la persona intenta neutralizarlas a través de una compulsión

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Cortesía Mass General Brigham
Bienestar
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CDMX, 21 de octubre de 2025. Revisar una puerta varias veces antes de salir, lavarse las manos hasta sentir alivio o repetir una frase mentalmente para “evitar algo malo” son conductas que muchas personas realizan sin pensarlo demasiado. Sin embargo, cuando estos actos se vuelven incontrolables y ocupan gran parte del día, podrían ser señales del trastorno obsesivo compulsivo (TOC), una condición de salud mental que afecta la vida cotidiana y las relaciones personales.

En México, se estima que el TOC afecta a cerca del 2% de la población adulta, lo que equivale a cerca de dos millones de personas —según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y aunque suele manifestarse entre la adolescencia y los 25 años, muchas personas tardan años en recibir un diagnóstico. Comprender cómo controlar el TOC a tiempo es esencial para evitar que se cronifique y lograr una mejor calidad de vida.

“Si usted o un familiar tiene TOC, sepa que hay esperanza”, afirma Sabine Wilhelm, PhD, psicóloga de Mass General Brigham y directora del Centro para el TOC y Trastornos Relacionados (CORD) en Massachusetts General Hospital. “Hoy contamos con tratamientos eficaces para las personas con TOC”.

¿Qué es el trastorno obsesivo compulsivo?

El TOC es un trastorno psiquiátrico que se caracteriza por dos elementos principales: las obsesiones —pensamientos o imágenes repetitivas y angustiantes— y las compulsiones, que son los actos que una persona realiza para reducir la ansiedad que generan esos pensamientos.

“Las obsesiones suelen provocar gran angustia, por lo que la persona intenta neutralizarlas a través de una compulsión”, explica la Dra. Wilhelm. Por ejemplo, alguien puede tener la idea persistente de que tocar la perilla de una puerta lo enfermará, y la compulsión sería lavarse las manos una y otra vez para aliviar el temor.

Cómo identificar los desencadenantes

Los desencadenantes del TOC son situaciones, objetos o pensamientos que provocan la aparición de los síntomas. Estos varían según la persona: puede ser algo tan simple como un interruptor, una conversación o incluso una imagen mental.

El TOC puede confundirse con otras condiciones, como los trastornos de ansiedad o el trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad (TOCP). La principal diferencia es que, en el TOC, las obsesiones y compulsiones son involuntarias y angustiantes, mientras que, en el TOCP, son rasgos de personalidad persistentes, como la rigidez o el perfeccionismo extremo.

Causas del TOC: más allá del comportamiento

Aunque no existe una causa única, los expertos reconocen una combinación de factores genéticos biológicos y psicológicos. “Sabemos que el TOC suele presentarse en familias, por lo que, si un familiar lo padece, el riesgo de desarrollarlo aumenta”, señala Wilhelm.

Los estudios también muestran que las personas con TOC tienen una sobreactividad en ciertas áreas cerebrales y un desequilibrio en los neurotransmisores que regulan el estado de ánimo, como la serotonina. Además, los eventos traumáticos o situaciones de alto estrés pueden agravar o detonar los síntomas.

Tratamientos más efectivos para controlar el TOC

Existen dos enfoques principales de tratamiento para trastorno obsesivo compulsivo que han demostrado eficacia científica:

1. Farmacoterapia. Implica el uso de medicamentos —principalmente inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)— que ayudan a estabilizar los niveles de serotonina en el cerebro. Estos fármacos suelen ser prescritos por un psiquiatra y, en muchos casos, se combinan con terapia psicológica para obtener mejores resultados.

2. Terapia cognitivo-conductual (TCC). Es considerada una de las terapias efectivas para el TOC y el control de pensamientos obsesivos. En ella, el paciente aprende a identificar los patrones mentales que disparan las compulsiones y desarrolla herramientas para enfrentarlos sin recurrir a rituales.

“Durante la terapia, ayudamos a las personas a exponerse gradualmente a los estímulos que les provocan ansiedad, y a resistir la compulsión que normalmente seguiría”, explica Wilhelm. Este enfoque, conocido como Exposición y Prevención de Respuesta (EPR), suele completarse en 16 a 20 sesiones.

En algunos casos, combinar medicación y TCC resulta más efectivo, sobre todo en adultos que presentan síntomas más arraigados o que han convivido muchos años con el trastorno.

¿Cómo se diagnostica el TOC?

Si piensa que usted o alguien cercano podría tener TOC u otra condición de salud mental, hable con su médico. Generalmente, el diagnóstico se inicia con una entrevista en la que se hacen preguntas al paciente sobre sus obsesiones y compulsiones, y luego se comparan los resultados con criterios específicos. Muchas personas con TOC también tienen otros trastornos, tales como trastornos depresivos, trastornos de ansiedad, trastornos de la alimentación o trastornos compulsivos como arrancarse el cabello (tricotilomanía) y rascarse la piel (excoriación).

Cómo ayudar a una persona con TOC

El apoyo de familiares y amigos es clave. Muchas veces, sin querer, los allegados pueden reforzar los rituales o las compulsiones de la persona. Por eso, aprender cómo ayudar a una persona con TOC desde casa es fundamental. “La mejor forma de apoyar es mostrando empatía, no juicio, y alentando a la persona a seguir su tratamiento”, señala Wilhelm. Establecer rutinas predecibles, reducir el estrés en casa y evitar comentarios como “solo relájate” o “no pienses en eso” puede marcar una gran diferencia.

Además, acompañar al paciente a sus sesiones de terapia para TOC o participar en ejercicios terapéuticos recomendados por el especialista ayuda a fortalecer la adherencia al tratamiento.

Vivir con TOC: estrategias para el día a día

El TOC no tiene una cura definitiva, pero sí puede controlarse con terapia psicológica y hábitos saludables. La Dra. Wilhelm recomienda:

• Mantener un horario de sueño estable.

• Practicar ejercicio físico regular.

• Evitar cafeína y alcohol, que pueden aumentar la ansiedad.

• Buscar grupos de apoyo o comunidades terapéuticas.

Aprender cómo controlar el TOC con terapia psicológica permite reducir los síntomas, recuperar la autonomía y mejorar las relaciones personales. Con el acompañamiento de un profesional especializado y el apoyo familiar, es posible alcanzar una vida plena y funcional.

“El TOC no define a la persona. Con tratamiento adecuado y compromiso, se puede recuperar el control de la mente y del bienestar”, concluye Wilhelm.

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