“¿Alguna vez has notado que tu hijo se queda callado después de revisar su teléfono, o quizás está molesto por actividades o eventos que sus amigos compartieron en línea y de los que no participó? Incluso si tu hijo no ha expresado estos sentimientos directamente, podría estar experimentando lo que se conoce como FOMO (miedo a perderse algo). Es una ansiedad sutil pero poderosa que muchos niños enfrentan en esta era digital”, explica Camilo Gutiérrez Amaya, jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica.
El FOMO (miedo a perderse algo) describe la sensación de ansiedad que experimentan niños y niñas, e incluso los adultos, cuando creen que otros disfrutan de experiencias emocionantes sin ellos. Este miedo suele verse intensificado por las redes sociales, donde todos parecen vivir vidas emocionantes, plenas y perfectas. Los niños pueden tener dificultades para gestionar las emociones que les genera ver contenido en línea seleccionado, lo que les despierta sentimientos de incompetencia, exclusión o ansiedad.
El FOMO no es exclusivo de las redes sociales ni de los niños mayores. Incluso los bebés y los niños pequeños pueden experimentarlo. Conocido como FOMO infantil, describe la ansiedad y la angustia que perciben los niños pequeños cuando sienten que se están perdiendo algo interesante o agradable que sucede a su alrededor. Esto suele provocar arrebatos emocionales o crisis nerviosas en torno a actividades rutinarias como la hora de dormir o la siesta.
Por supuesto, estrategias como rituales relajantes para la hora de dormir o una canción de cuna reconfortante que ayudan con el FOMO infantil podrían no ser efectivas una vez que las redes sociales entran en escena. ESET acerca otras estrategias prácticas diseñadas específicamente para ayudar a los niños mayores a gestionar su ansiedad digital.
6 consejos prácticos para superar el FOMO
1. Hacer de las redes sociales un espacio positivo: muchos padres asumen erróneamente que la solución al FOMO es eliminar por completo las redes sociales de la vida de sus hijos. Sin embargo, esto rara vez es realista.
En lugar de eso, es importante ayudar a los menores a convertir sus redes sociales en un espacio positivo. Hablar con frecuencia sobre los perfiles y el contenido que se sigue en línea. Si ciertas cuentas evocan sentimientos negativos como envidia, incompetencia o aislamiento, animarlos a dejar de seguirlas o silenciarlas, y asegurarse de que sepa cómo hacerlo.
Ejercicio: programar una sesión mensual de limpieza de redes sociales. Juntos, revisar las cuentas que sigue y conversar sobre cómo afectan su estado de ánimo. Durante estas sesiones, intentar reemplazar cualquier influencia negativa con perfiles que inspiren creatividad, positividad e intereses genuinos.
2. Desafiar la ilusión de perfección en línea: las redes sociales suelen mostrar una realidad distorsionada: momentos destacados en lugar de la imagen completa. Los más pequeños, e incluso los adultos, pueden olvidar fácilmente que estos momentos no representan fielmente la vida cotidiana. Recordarles con regularidad que todos experimentamos altibajos, aunque no siempre compartan estos últimos.
Ejercicio: realizar un reto de “Fotos de la vida real”. Durante una semana, documenten con su hijo/a momentos cotidianos con fotos espontáneas. Al final de la semana, comparen estos momentos auténticos y cotidianos con las fotos pulidas que suelen publicarse en línea. Hablen abiertamente sobre las diferencias, enfatizando que tanto los momentos cotidianos como los imperfectos tienen valor y significado.
3. Fomentar la gratitud y la conciencia emocional: el FOMO suele proliferar cuando los niños/as pasan por alto los aspectos positivos de sus propias vidas. Fomentar la gratitud les ayuda a volver a centrarse en la realidad, apreciando lo que ya tienen en lugar de añorar lo que otros parecen tener en línea.
Ejercicio: establecer un ritual diario de gratitud donde cada miembro de la familia comparta algo por lo que se sintió agradecido ese día. Además, considerar una actividad de diario donde anoten no solo los momentos felices, sino también los sentimientos difíciles. También, animarlos a hablar abiertamente sobre estas emociones para ayudarlos a manejarlas de forma constructiva.
4. Fomentar la confianza de los niños a través de experiencias significativas: los pequeños con falta de confianza en sí mismos pueden ser particularmente susceptibles al FOMO, sobre todo cuando ven constantemente a sus amistades participando en actividades aparentemente emocionantes en línea.
Fortalecer su autoestima puede ayudarlos a gestionar estas emociones con mayor eficacia. Animar a los menores a explorar y perseguir pasatiempos o intereses que realmente le atraigan, ya sean deportes, arte, voluntariado o unirse a clubes comunitarios. Cuando las infancias participan en actividades que realmente disfrutan, su autoestima aumenta y su dependencia de la validación externa de las redes sociales disminuye.
Ejercicio: después de cada actividad, pedirles que nombren tres cosas que disfrutaron de la experiencia, enfocándose en los sentimientos y las experiencias en lugar de los resultados o logros. Reforzar que la participación y el disfrute son más importantes que la perfección o la comparación con los demás.
5. Fomentar la participación digital activa: en lugar de navegar pasivamente por el contenido, animar a los pequeños a convertirse en usuarios activos y creativos de sus dispositivos. Ya sea a través de la fotografía, la creación de arte digital, los blogs o la edición de vídeo, la interacción digital activa ayuda a hacerlos sentirse en control de sus interacciones en línea, reduciendo las emociones negativas asociadas con el desplazamiento pasivo.
Ejercicio: presentarles un reto semanal de creatividad digital. Elegir temas como la naturaleza, la amistad o la gratitud, y animar a los niños a crear contenido relacionado con este tema, que luego podrán compartir en privado con familiares o amigos de confianza. Este enfoque activo fomenta un sentido de logro y orgullo, y les enseña que los dispositivos pueden usarse como puertas a la creatividad, no solo para el consumo pasivo.
6. Equilibrar la interacción digital activa con el tiempo libre del teléfono: si bien animar a los más pequeños a usar sus dispositivos de forma activa y creativa es beneficioso, es igualmente importante enseñarle el valor de los descansos intencionales.
Alejarse de las pantallas con regularidad los ayuda a reconectar con su entorno inmediato, su familia y sus amigos. Estos periodos intencionales sin teléfono no solo fomentan la atención plena y una conexión personal más profunda, sino que también reducen la ansiedad relacionada con el FOMO al proporcionar equilibrio y perspectiva.
Ejercicio: planificar “Noches sin tecnología” semanales donde toda la familia participe en actividades como cocinar, juegos de mesa, paseos por la naturaleza o manualidades. Para fomentar la presencia, utilicen ejercicios de atención plena como las comprobaciones sensoriales: pedirles que describan lo que ven, oyen, huelen, saborear o sientan durante la actividad.
“Lo fundamental es la comunicación en cada uno de los hogares. En el caso de los más jóvenes, los padres pueden preguntarles cómo se sienten después de haber pasado horas conectado a Instagram o TikTok. También se pueden programar actividades que no consideren pantallas, para reforzar la confianza e interacción con los demás de forma natural. En los más adultos, una buena manera es tener autocontrol con las redes sociales y realizar otras actividades que refuercen la autoestima y el bienestar, como juntarse con amigos o hacer deporte”, agrega Gutiérrez Amaya de ESET.
“Un consejo que nos gusta dar a las familias es que redacten un Acuerdo de convivencia Familiar Digital, un conjunto de normas que garanticen que todos comprendan y respeten los límites relacionados con el tiempo frente a la pantalla, el comportamiento en línea y las responsabilidades en sus usos. Procurar que sea positivo; por ejemplo, incluir mensajes sobre el apoyo y la protección mutua de los miembros de la familia en línea”, complementa Luis Lubeck, Mentor educativo de Argentina Cibersegura.
Digipadres, es una iniciativa impulsada por SaferKidsOnline de ESET, que busca acompañar a madres, padres y docentes en el cuidado de los niños en Internet con el fin de generar conciencia acerca de riesgos y amenazas en el mundo digital.
Brindan materiales para el proceso de aprendizaje, diálogo y supervisión con el objetivo de facilitar los conocimientos necesarios para ayudar a lo más pequeños en el uso de las nuevas tecnologías. Para obtener más información sobre los peligros que enfrentan los niños en línea, visite: https://digipadres.com/