Cómo sacarle el máximo provecho a tu terapia psicológica

La terapia es una experiencia muy individual, y no hay dos tratamientos que se vean iguales

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Bienestar
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CDMX. 5 de octubre de 2025. La demanda por servicios de salud mental como la terapia, la psicología y la psiquiatría van en aumento en el mundo entero según datos recientes de la Administración de Recursos y Servicios de Salud de los Estados Unidos.

Sin embargo, el camino hacia un mayor bienestar emocional no suele ser tan simple como “tómate esta pastilla”, lo cual puede ser difícil y desalentador para quienes buscan tratamiento por primera vez o para quienes han probado la terapia antes sin éxito.

Entonces, ¿cuál es la “fórmula secreta” para que la terapia funcione?
Las investigaciones sugieren que el éxito (o fracaso) de la terapia depende en gran medida de una sola cosa: la alianza terapéutica —es decir, la fortaleza de la relación entre tú y tu terapeuta.

“Hay una línea de investigación en terapia llamada ‘factores comunes’, y está muy claro que la calidad de la alianza terapéutica probablemente sea el factor más importante para que una terapia funcione o no”, explica el Dr. William Orme, psicólogo del Hospital Houston Methodist. “Lo que hace fuerte a la alianza terapéutica se compone de varios factores, y uno de ellos es en sí, el terapeuta y el paciente, quienes pueden llegar a metas acordadas en común”.

El Dr. Orme añade: “¿Están en la misma sintonía? ¿Puede el terapeuta ayudarte a entender cómo el tipo de terapia y las técnicas que se usan se relacionan con la meta que comparten? Si el terapeuta puede ayudarte a ver ese alineamiento, entonces ya empezaste bien”.
La terapia es una experiencia muy individual, y no hay dos tratamientos que se vean iguales. Ya sea que seas nuevo en la terapia o que ya hayas pasado por varias sesiones (hayan sido útiles o no), el Dr. Orme comparte algunos consejos para que te acerques a la terapia con una nueva perspectiva y le saques el mayor provecho posible.

Piensa en lo que quieres conseguir con la terapia“Si alguien es nuevo en la terapia, es buena idea pensar en qué quiere sacar de la experiencia”, dice el Dr. Orme. “Y por eso colaborar con el terapeuta es lo más importante”.

Por ejemplo, si un paciente llega a terapia queriendo eliminar la ansiedad social, el Dr. Orme apunta que la mayoría de los terapeutas no van a enfocarse en eliminar la ansiedad.

La mayoría de los terapeutas ven la ansiedad como una parte normal de la vida, dice. Pero lo que sí pueden ofrecer son formas de cambiar la relación con esa ansiedad para que no te impida participar en cosas importantes de la vida, como socializar. El paciente, sin embargo, puede que no entienda eso.

“El paciente puede insistir en que el terapeuta le quite la ansiedad, y en ese caso no van a estar en la misma sintonía, así que la terapia no va a avanzar realmente”, enfatiza el Dr. Orme. “Pero si el terapeuta y el paciente pueden colaborar en definir qué esperan de la terapia y qué puede ofrecer el terapeuta que podría ayudar, entonces esa es una meta muy buena”.También está bien no saber exactamente qué quieres lograr con la terapia, pero tener esa sensación vaga de que algo no anda bien en tu vida, expresa el Dr. Orme.

“Mucha gente llega a terapia sin entender bien qué está pasando en su vida o por qué, pero tener esa claridad no es un requisito para empezar la terapia ya que muchas veces, esa es justamente la meta de la terapia: cuando las personas empiezan a sentirse menos atrapadas, a ver nuevas posibilidades en su vida y a tomar acción”.

Al final, el especialista del Hospital Houston Methodist anima a los pacientes a decir en voz alta qué esperan de la experiencia y a escuchar lo que el terapeuta tiene para decir.

Encuentra un terapeuta con quien hagas ‘clic’Como en una amistad, es importante que hagas clic con tu terapeuta. Pero, a diferencia de lo que pasa con los amigos, hacer clic con un terapeuta puede tener menos que ver con su personalidad o historial y más con su capacidad de empatía y autenticidad, según el Dr. Orme.

“La mayoría de las personas sienten que conectan con su terapeuta cuando este puede verlas tal como son y entender el mundo desde su punto de vista”, dice. “Incluso si el terapeuta ve las cosas de forma distinta, si puede ponerse efectivamente en los zapatos del paciente, entonces ese paciente va a sentir que el terapeuta realmente tiene algo que ofrecer”.

Cuando cultivas esa relación profesional basada en la confianza, el Dr. Orme expresa que es ahí donde comienzan a surgir posibilidades reales de avanzar.

No tengas miedo de decir lo que piensas
“Uno de los objetivos de la terapia es crear un espacio en el que las personas no tengan miedo de abrirse y compartir libremente lo que llevan dentro, sin juicios”, comenta el Dr. Orme. “Eso es algo bastante raro en el mundo real, y por eso mismo, es que uno empieza a entender qué está pasando realmente por dentro y por qué”.

Incluso comentarios como “no veo avances” o “no creo que esto esté funcionando” pueden ser información muy útil. Esas confesiones pueden llevar a explorar por qué se percibe que no estás avanzando y ayudarte a empezar a enfrentar esos obstáculos.

Ten paciencia con las metas más profundas y amplias
Todo lo bueno tiene su final — incluso la terapia. Pero, ¿cómo saber cuáles temas se pueden trabajar en pocas sesiones y cuáles pueden tomar semanas, meses o incluso años? Eso va a depender de tus metas y de lo que estás buscando lograr con la terapia, explica el Dr. Orme.

“Si tienes un problema muy concreto como cómo manejar una situación con un familiar político, tal vez con unas pocas sesiones baste, mientras que problemas persistentes como ansiedad o depresión pueden necesitar diez o más sesiones”, dice. “Pero si tus metas son más amplias y tienen que ver con paradigmas más profundos, como la forma en que te relacionas contigo mismo o con otros, o con el sentido de plenitud y vitalidad en tu vida, entonces esos procesos tienden a durar más, porque están ligados a patrones que se han formado a lo largo de toda una vida”.

“Va a tomar tiempo entender cómo se formaron esos patrones, darte cuenta de cómo están afectando tu vida, pensar en nuevas formas de cambiar esos comportamientos y luego tomar acción”, añade el especialista en psicología del Hospital Houston Methodist.

No descartes la idea de usar medicación si la necesitas
“Cuando alguien empieza terapia, el terapeuta hace una evaluación inicial, y muchas veces eso incluye una derivación al psiquiatra para considerar si los medicamentos podrían ayudar”, comenta el Dr. Orme. “Hay pacientes que no quieren ver a un psiquiatra, y el terapeuta no va a obligarlos, pero muchas veces hablarán del tema e incluso consultarán con un psiquiatra solo para ver si la medicación puede ser útil”.

Elegir el tratamiento adecuado puede ser complicado, ya que cada persona responde de forma diferente. Pero la investigación ha demostrado que para muchas condiciones de salud mental, la medicación puede ayudar, y la terapia también, pero la combinación de ambas es lo más efectivo.

“Los medicamentos pueden darle a algunos pacientes más capacidad emocional para poder trabajar en la terapia, creando un círculo virtuoso en el que una cosa buena lleva a otra y otra más”, concluye el Dr. Orme

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