Hay más de 280 mil niños y adolecentes con cáncer infantil (leucemias, tumores, linfomas) en el mundo: depende del diagnóstico oportuno y el acceso a los servicios de salud el tiempo en que los menores puedan vencer esta enfermedad potencialmente mortal.
En México se registran cada año hasta seis mil casos nuevos; más de la mitad, es decir, 52% serán leucemias y la sobrevida estimada es de 56% a partir del diagnóstico.
Para identificar esta enfermedad de manera oportuna las autoridades sanitarias exhortan a los padres de familia llevar a sus hijos al médico si observan estos síntomas: sudoración nocturna o excesiva, pérdida de peso, dolor de huesos y articulaciones, palidez progresiva, fatiga, cansancio o apatía. Fiebre persistente o recurrente. Sangrado nasal, crecimiento irregular de abdomen, aumento en los ganglios o crecimiento anormal de cualquier parte del cuerpo.
Según el Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia, en México el cáncer infantil de niños de cinco a 14 años constituye la segunda causa de muerte; más de dos mil muertes acontecen al año, siendo leucemia linfoide la enfermedad más letal.
Es necesario cuantificar cuántas muertes más han sido provocadas por interrupción de tratamientos contra el cáncer.
Acceso universal
En el sistema nacional de salud “tenemos el firme propósito de que todas las personas, incluso las que habitan en los lugares más remotos del país, cuenten con acceso universal, equitativo y gratuito a los servicios, centrados en valores humanistas y el principio inalienable de justicia social”, afirmó el titular del ramo, Jorge Alcocer Varela.
Al presidir la Tercera Reunión Ordinaria del Consejo Nacional de Salud para el Bienestar (Conasabi), el secretario de Salud subrayó que el camino es conjuntar esfuerzos para lograr un sistema de salud con base en la atención primaria integral y preventiva, que atienda la necesidad de las comunidades y garantice servicios médicos oportunos y de calidad para casi 70 millones de mexicanos que no cuentan con seguridad social.
Señaló la necesidad de disminuir las barreras de acceso mediante la inversión en infraestructura física, equipamiento médico, adquisición de medicamentos y contratación de personal en las zonas apartadas y vulnerables del país. Asimismo, llamó a las autoridades sanitarias estatales a unificar esfuerzos para crear redes sólidas de servicios de salud que consideren los retos actuales.
Exhortó a los consejeros a seguir trabajando con firme convicción y seguridad para lograr que el artículo cuarto de la Constitución sea una realidad, con la certeza de no dejar a nadie atrás y a nadie afuera.
Agresivo y mortal
La leucemia linfoblástica aguda (LLA) es un tipo de cáncer de la sangre que se inicia en la versión temprana de los glóbulos blancos —llamados también linfocitos— en la médula ósea. En México cada año se presentan dos mil casos nuevos de LLA en niños, más algunos otros casos en adultos, siendo estos la minoría.
Algunos de los síntomas de este tipo de neoplasia son infecciones recurrentes o agudas, palidez y cansancio, anemia, sangrado frecuente de nariz o encías y moretones. Es el tercer cáncer hematológico más común, después del Linfoma No Hodgkin (NHL) y de la Leucemia Granulocítica Crónica (LGC), cánceres que también representan un reto en su atención porque con base en el directorio del Consejo Mexicano de Hematología en el país únicamente existen poco más de 300 hematólogos.
Cabe destacar que del total de casos registrados en México cinco de cada diez pacientes son varones, principalmente en edad preescolar y mayores de 65 años; esto corresponde a la tendencia mundial de este padecimiento caracterizado por presentarse en uno de cada 100 mil habitantes al año.
“Debido a que esta enfermedad cursa con rapidez, el diagnóstico oportuno y el inicio de tratamiento son determinantes en el mejoramiento del pronóstico del padecimiento. La supervivencia de pacientes con LLA aumentó notablemente en las últimas décadas gracias a los anticuerpos monoclonales biespecíficos, pasando de una supervivencia de menos de 10% en los sesenta a una supervivencia libre de enfermedad superior a 80% actualmente”, menciona Max Saráchaga, director médico de Amgen México.
Prevención y diagnóstico
En general no es posible prevenir el cáncer en los niños. La estrategia más eficaz para reducir la carga de morbilidad y mejorar la evolución clínica es centrarse en un diagnóstico precoz y correcto, seguido de un tratamiento eficaz y científicamente contrastado que se acompañe de medidas de apoyo personalizado.
Sin embargo, la gran mayoría de los niños con cáncer viven en países de ingresos bajos y medianos (PIBM), donde enfrentan inequidades inaceptables en aspectos como la detección temprana, el diagnóstico y el acceso a tratamientos de calidad y cuidados paliativos.
Los peores resultados que experimentan los niños en los PIBM amenazan la cohesión social, la prosperidad económica, así como el logro de las metas globales incluidas en la Agenda 2030 de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible.
Tipos de cáncer más comunes
en niñez y adolescencia
Leucemias
Retinoblastoma
Tumores renales
Tumores hepáticos
Tumores óseos
Tumores cerebrales
Tumores germinales
Rabdomiosarcomas
Tumores del sistema
nervioso simpático
Sarcomas de tejidos
blandos
Linfomas
Tumor de Wilms
Neuroblastomas
Histiocitosis
Numeralia
El cáncer infantil es una de las principales causas de mortalidad entre niños y adolescentes en el mundo: cada año se diagnostica cáncer a 280 mil menores de cero y 19 años.
Se estima que en América Latina y el Caribe al menos 29 mil menores de 19 años resultarán afectados por el cáncer anualmente.
De ellos, casi diez mil fallecerán por esta causa.
En los países de ingresos altos más de 80% de los niños afectados de cáncer se curan, pero los de ingresos medianos y bajos la tasa de curación es de apenas 20% aproximadamente.
El impacto del cáncer infantil se traduce en años de vida perdidos, mayores desigualdades y dificultades económicas.
Fuente: OPS