Un hallazgo prometedor podría cambiar el futuro del cáncer de ovario. Investigadores de Mayo Clinic identificaron alteraciones celulares tempranas que podrían representar los primeros signos del cáncer de ovario antes de que aparezcan síntomas visibles o lesiones detectables.
El descubrimiento se dio a partir del caso de una paciente de 22 años con mutaciones hereditarias en los genes BRCA2 y TP53, que elevan significativamente el riesgo de padecer cáncer.
Una decisión preventiva que llevó a un descubrimiento clave
Aunque el quiste ovárico encontrado era benigno, la paciente optó por someterse a una salpingooforectomía bilateral debido a su alto riesgo. En el análisis posterior, el equipo médico y de investigación liderado por la Dra. Jamie Bakkum-Gamez y el Dr. Nagarajan Kannan detectó cambios celulares reveladores en las trompas uterinas. Estos indicios podrían representar una oportunidad inédita para detectar la enfermedad en etapas precancerosas.
“Utilizando tecnologías avanzadas de célula única, rastreamos cómo las células epiteliales se alteraban de forma que indicaban un alto riesgo de desarrollar un cáncer de ovario letal”, explicó el Dr. Kannan, coautor principal del estudio publicado en JCO Precision Oncology.
Un biobanco vivo para estudiar el origen del cáncer
El equipo ha desarrollado un biobanco vivo de trompas uterinas, que permite estudiar, célula por célula, el desarrollo del cáncer a partir de tejido humano donado. Este banco incluye organoides —versiones miniaturizadas de trompas uterinas— de pacientes con riesgos hereditarios como los síndromes de Li-Fraumeni y CMOH.
Nuevas pistas: inflamación crónica y células anómalas
La investigación reveló una anomalía nunca vista: una proporción anormalmente alta de células secretoras en las trompas uterinas de la paciente, en comparación con las células multiciliadas. Además, estas células impulsaban una inflamación crónica, un factor clave en la formación del cáncer.
“Sabemos que la forma más agresiva y común de cáncer de ovario comienza en las trompas uterinas, pero aún no comprendemos del todo cómo. Este tipo de hallazgos pueden redefinir nuestra comprensión y abrir la puerta a estrategias de detección y prevención más precisas”, afirmó la Dra. Bakkum-Gamez.
Avances hacia una prevención personalizada
La estudiante de doctorado Megan Ritting, coautora principal, lideró el análisis genómico del estudio y señaló otro hallazgo inesperado: la ausencia de receptores de progesterona en las células de la paciente, lo que sugiere que los anticonceptivos orales, aunque reducen el riesgo de cáncer de ovario en otras mujeres, podrían no haber tenido efecto en su caso.
El equipo continuará utilizando el biobanco para estudiar el origen del cáncer de ovario y desarrollar estrategias preventivas personalizadas, especialmente para quienes tienen antecedentes genéticos.
“Este trabajo representa un paso importante hacia una nueva era de detección temprana y prevención de precisión del cáncer de ovario,” concluyó el Dr. Kannan.