Ciudad de México a 25 de septiembre de 2025.- Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en todo el mundo, cobrando la vida de 20.5 millones personas al año, más que el cáncer y los padecimientos respiratorios juntos. Sin embargo, hasta 80% de las cardiopatías como el infarto y los accidentes vasculares cerebrales se pueden evitar, refiere la Federación Mundial del Corazón.
Con el objetivo de concientizar a la población sobre la importancia de prevenir y atender las enfermedades cardiovasculares, en el marco del Día Mundial del Corazón 2025, que se conmemora este 29 de septiembre, la Federación Mundial del Corazón y la Sociedad Mexicana de Cardiología como su representante oficial en México, se suman a la campaña “No pierdas el ritmo”, que invita a la población a tomar decisiones saludables para el corazón a través de la adopción de hábitos saludables, con especial énfasis en la actividad física todos los días.
En México, más de 192 mil personas fallecieron por enfermedades cardiovasculares en 2024 de acuerdo con el INEGI, siendo la principal causa de muerte en población adulta en el país 6 , cifra que podría revertirse al prevenir o controlar factores de riesgo de amplia incidencia en los mexicanos como el tabaquismo (19.5%), la obesidad (36.9%), la hipertensión arterial (29.9%), el colesterol elevado (18%) y la diabetes mellitus (12.6%), comentó el Dr. Antonio Jordán Ríos, médico adscrito a la Clínica de Insuficiencia Cardiaca del Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”.
Entre los factores de riesgo cardiovascular más letales se encuentra la hipertensión arterial sistémica, también conocida como la “asesina silenciosa”, presente en más de 40 millones de mexicanos, la cual representa una amenaza latente para el desarrollo de infarto al miocardio, accidente vascular cerebral y enfermedad renal crónica, afecciones responsables de una alta carga de discapacidad y muerte en la población adulta.
Durante su intervención, el Dr. Mauricio López Meneses, coordinador de Educación Médica Continúa del Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez” y secretario de la Sociedad Mexicana de Cardiología (SMC), mencionó que una de las principales preocupaciones es la invisibilidad de esta enfermedad, ya que alrededor del 50 al 70% de quienes la padecen desconocen su diagnóstico y sólo un tercio de ellos logra un control adecuado de su presión arterial de acuerdo con la Ensanut 2022. Esto convierte a la hipertensión arterial en un problema prioritario de salud pública.
Para lograr revertir esta tendencia, la SMC invitó a la población a checar su presión arterial de manera regular, adoptar estilos de vida saludable -como dieta rica en frutas y verduras, carnes magras y reducción del consumo de sal; práctica de ejercicio 30 minutos diarios y abandono del tabaco y el alcohol – así como acudir al médico ante síntomas como dolor de cabeza, mareo, zumbido de oídos, fatiga o falta de aire, que pueden ser característicos de la enfermedad.
“Si logramos duplicar el número de personas tratadas por hipertensión arterial, podríamos salvar hasta 130 millones de vidas en los próximos 35 años en el mundo. En este Día Mundial del Corazón, unamos fuerzas para transformar estos datos alarmantes en acciones colectivas: controla tu presión, salva tu corazón y el de México”, expresó el cardiólogo.
Otro flagelo por combatir es la obesidad, la cual afecta a más de 800 millones de personas en el mundo de acuerdo con la Federación Mundial de Obesidad. Reconocida como una enfermedad crónica y principal impulsora de enfermedades no transmisibles, la obesidad es un detonante para el desarrollo del Síndrome Cardio Reno Metabólico, un trastorno interconectado que provoca daño irreversible en corazón, riñones y metabolismo, explicó el Dr. Enrique Alexander Berrios Bárcenas, jefe de Consulta Externa del Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”.
“Este síndrome pone énfasis en la interconexión de estas afecciones, siendo la obesidad un importante factor para el desarrollo de inflamación, resistencia a la insulina y daño multiorgánico que puede promover la aparición en cadena de una o más enfermedades como diabetes tipo 2, afecciones cardiacas (insuficiencia cardiaca, enfermedad coronaria, fibrilación auricular,) y enfermedad renal crónica, incrementando el riesgo de complicación y muerte en los pacientes”, precisó el especialista.
En nuestro país la prevalencia de obesidad en los mexicanos es de las más altas a nivel mundial. De acuerdo con la Ensanut 2022, el 36.9% de adultos padece obesidad y el 38.3% sobrepeso, sumando más del 75% de la población afectada. Mientras que la prevalencia de sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes fue es de 37% y 40% respectivamente.
Este síndrome emerge como el nuevo enemigo de la salud moderna, uniendo obesidad, diabetes, enfermedad renal crónica y afecciones cardíacas en un ciclo vicioso que contribuye en más del 60% de los casos de enfermedad cardiovascular en adultos con exceso de peso. Sin embargo, hay esperanza; la Federación Mundial del Corazón refiere que, a través de intervenciones tempranas como dieta balanceada, actividad física, chequeos regulares y el control de enfermedades asociadas como la hipertensión arterial, el colesterol elevado y la diabetes, se puede reducir el riesgo hasta en un 30%.
Por su parte, la Dra. Jennifer Ann Swain Saint Martín, coordinadora del Capítulo de Cardiopatía en la Mujer de la Sociedad Mexicana de Cardiología, destacó que actualmente una de cada tres mujeres muere por una enfermedad cardiaca, siendo 13 veces más letales que el cáncer de mama.
Y aunque menos del 20% las identifica como su mayor riesgo, el peligro se acelera a partir de los 30 años, exacerbado por condiciones propias de su género como el síndrome de ovario poliquístico, la menopausia, la endometriosis, la diabetes gestacional y la preeclampsia durante el embarazo, condición que duplica o cuadruplica el riesgo de una enfermedad cardiaca a largo plazo.
Si hablamos del infarto agudo al miocardio, el cual representa cerca del 60% de las muertes cardiovasculares en las mujeres, la especialista mencionó que la presencia de síntomas atípicos como falta de aire, fatiga, náuseas o indigestión pueden llevar a diagnósticos tardíos. Y entre quienes sobreviven a un infarto, el riesgo de complicaciones como el evento vascular cerebral, la insuficiencia cardiaca o las arritmias se incrementa sensiblemente.
“Ante este panorama, es urgente promover una mayor concientización en la población femenina, la creación de clínicas del corazón para la mujer y la implementación de políticas públicas que garanticen acceso equitativo y atención integral con perspectiva de género, alineadas a las guías de le Federación Mundial del Corazón y de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, enfatizó.