EL CÁNCER NO TIENE POR QUÉ SER UNA SENTENCIA DE MUERTE

“Nuevas estrategias reducen el riesgo de progresión”.

Lorena Ríos
Bienestar
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Existen diferentes factores modificables: alcohol, tabaquismo, obesidad, alimentación inadecuada, inexistencia de actividad física, exposición a radiación o sustancias tóxicas...

Se estima que entre 30 y 50% de los casos de cáncer detectados en México son prevenibles, lo cual obliga a promover acciones que sumen al mejor entendimiento de esta enfermedad y erradicar los mitos alrededor, comenzando por el más común: que es una sentencia de muerte.

Esto ya no es así, pero esas ideas sin fundamentos científicos generan barreras para la detección oportuna de signos de alerta. Por eso es importante contar con herramientas de información adecuadas que permitan erradicar falsas premisas y tomar decisiones informadas sobre la salud.

En el marco del Día Mundial contra el Cáncer, el Instituto Nacional de Cancerología (INCan) señala que 30% de casos de cáncer son prevenibles, mientras que otro 30% se puede diagnosticar oportunamente, lo que se traduce en 60% de probabilidad de curación. En este sentido, la esperanza de vida de las personas con cáncer depende de fomentar acciones preventivas, como mantener hábitos saludables, actividad física, realizarse tamizajes de acuerdo al género y edad, además de visitar anualmente al médico. Millones de vidas pueden salvarse al año con estrategias adecuadas de prevención, detección temprana y tratamiento.

A pesar de que la prevalencia de muchos tipos de cáncer aumenta con los años, debido a la mayor exposición a agentes cancerígenos, no hay una edad específica para desarrollarlo. Y existen diferentes factores modificables como la ingesta de alcohol, el tabaquismo, la obesidad, la alimentación inadecuada, la inexistencia de actividad física, la exposición a fuentes de radiación o sustancias tóxicas y la presencia de infecciones.

En este sentido, especialistas insisten en señalar que al cumplir ciertos rangos de edad las personas acudan con los profesionales de la salud para realizar un chequeo general y que de forma subsecuente la atención preventiva sea el esquema que prevalezca y ayude a detectar a tiempo cualquier anomalía.

De acuerdo con las proyecciones actuales, en 2050 una cuarta parte de la población mexicana serán personas mayores de 60 años. El envejecimiento también va de la mano con la incidencia del cáncer, ya que para 2040 por lo menos 65% de los nuevos casos de cáncer se concentrará en este grupo poblacional. Estas cifras ponen de manifiesto la relevancia de dignificar el cuidado de la salud y brindar oportunidades para tratar el cáncer y procurar una mejor calidad de vida, aun en etapa de vejez.

“Vivimos un momento de transición, donde el envejecimiento será una condición común y desde ahora debemos ocuparnos en trazar el camino para que los adultos mayores tengan una buena atención y un seguimiento metódico, evitando que su edad o su condición natural de fragilidad tenga alguna influencia en las decisiones del tratamiento”, señala el doctor José Athié Rubio, líder médico del área terapéutica de Hemato-Oncología de Sanofi.

Un claro ejemplo de estos progresos se observa en la atención del cáncer de próstata, enfermedad que se diagnostica tardíamente de 40 a 60% de los casos y es la primera causa de muerte en hombres mayores de 65 años. “A diferencia del llamado primer mundo, en México hay cinco veces más probabilidad de desarrollar cáncer de próstata metastásico. Aun así, los avances de la investigación y las nuevas terapias logran incrementar la expectativa de supervivencia global”, expone a su vez Miguel Ángel Álvarez Avitia, médico oncólogo adscrito al Servicio de Tumores Genito-Urinarios del INCan.

En la misma línea, la innovación ha contribuido de manera importante a la atención del mieloma múltiple, el segundo cáncer hematológico más frecuente en México, que afecta más a mayores de 60 años. “El mieloma múltiple está directamente asociado al envejecimiento. Es una enfermedad compleja que suele detectarse tardíamente, que genera recaídas y resistencia al tratamiento. Afortunadamente las nuevas estrategias combinadas con inmunoterapia reducen el riesgo de progresión de la enfermedad o muerte en 45%”, comenta Eduardo Reynoso, jefe del servicio de Hemato-Oncología del Hospital Español.

La medicina de alta especialidad en cáncer de próstata avanzado y mieloma múltiple no solo contribuye con mecanismos de acción más específicos y mejores perfiles de seguridad, sino que también mejora la tasa de supervivencia.

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Sobrepeso y obesidad

La obesidad es un factor de riesgo para ciertos tipos de neoplasias malignas, así como para el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), la mortalidad prematura y el costo social de la salud, además de reducir tiempo y calidad de vida. Es importante que la población en general cambie su manera de vivir.

Entre 7 y 41% de la carga de algunos cánceres son atribuibles al sobrepeso y la obesidad, condiciones que generan mayores niveles de estrés oxidativo, los cuales pueden producir inflamación y alteraciones en el sistema inmune, advierte Claudio Fiorentini, investigador, maestro en Ciencias y gerente médico de Obesidad de Novo Nordisk.

Añade que “el aumento del tejido adiposo puede llevar a diferentes enfermedades que van desde cambios en el metabolismo hasta algunos tipos de cánceres, debido a concentraciones de diversas hormonas como leptina, insulina y prolactina. Algunos investigadores sugieren que de 35 a 70% de los cánceres se vinculan directamente con la alimentación y la obesidad”.

Resalta el especialista que son 13 los tipos de cáncer vinculados al sobrepeso y obesidad, como los de esófago, mama, colon y recto, matriz (útero), vesícula y estómago. “Tener obesidad no significa necesariamente que alguien vaya a desarrollar cáncer. Pero sí quiere decir que la persona tiene más probabilidades de presentarlo que si hubiese mantenido un peso saludable”, explica.

Más de 90% de nuevos casos de cáncer asociados a la obesidad se presentan en hombres y mujeres de 50 años o más.

Sin embargo, “la pérdida de 5 a 10% del peso corporal es suficiente para mejorar la calidad de vida, reducir el riesgo de comorbilidades como el cáncer y prevenir la muerte prematura. Todo es cuestión de decidirse a acudir a un profesional de la salud, quien indicará a cada persona el tratamiento más adecuado”, concluye.