En México 8 de cada 10 personas tienen problemas digestivos

Reportes recientes de La Secretaría de Salud, el 39 % de los escolares mexicanos vive con sobrepeso

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En México, el microbioma intestinal comienza a reconocerse no solo como un tema científico, sino como un eje central de la salud pública. Se estima que ocho de cada diez mexicanos padecen algún trastorno gastrointestinal y que entre el 16 y el 30 % vive con colitis o síndrome de intestino irritable, de acuerdo con cifras oficiales de la Secretaría de Salud.

Estos padecimientos impactan de manera directa en la productividad, pues ocasionan ausentismo laboral y elevados costos de atención médica. Al mismo tiempo, investigaciones de la UNAM han demostrado que una microbiota desequilibrada se relaciona con obesidad, hígado graso y complicaciones metabólicas, condiciones que afectan a más del 70 % de la población adulta en el país. La salud digestiva, lejos de ser un asunto secundario, se ubica en el núcleo de las enfermedades más comunes en México.

El estilo de vida cotidiano es uno de los factores que más daña al microbioma. Según estudios recientes, más del 75 % de los mexicanos vive con estrés, y en el 40 % ya se detectan consecuencias físicas derivadas de esta tensión constante. El exceso de trabajo, la falta de descanso y una alimentación cargada de ultraprocesados, grasas saturadas y azúcares refinados disminuyen la diversidad bacteriana del intestino.

El resultado es una barrera intestinal debilitada, con mayor inflamación y síntomas digestivos persistentes. A su vez, el estrés crónico modifica la producción de hormonas como el cortisol, que altera la microbiota y potencia problemas como el síndrome de intestino irritable. El llamado “eje intestino-cerebro” se hace evidente: lo que ocurre en la mente repercute en el intestino, y viceversa.

La buena noticia es que el microbioma intestinal puede fortalecerse con cambios sostenidos en la dieta y el estilo de vida. Una alimentación rica en fibra, el consumo de frutas, verduras y legumbres, así como la inclusión de productos fermentados y probióticos, incrementa la diversidad bacteriana. En este campo, cepas como el Lactobacillus casei Shirota han mostrado beneficios clínicos: ayudan a equilibrar la flora intestinal, disminuyen síntomas de colitis y síndrome de intestino irritable y, en estudios recientes, incluso se han vinculado con una mejor respuesta al estrés y menor incidencia de ansiedad.

Hoy, la investigación científica ha puesto de relieve que un microbioma equilibrado no solo se traduce en una digestión más eficaz, sino también en una mejor regulación del sistema inmunológico, menor inflamación sistémica y un impacto positivo en la salud mental. Los avances en probióticos y prebióticos ofrecen alternativas concretas para quienes buscan cuidar su bienestar desde dentro. México enfrenta el reto de integrar este conocimiento en campañas de prevención y hábitos saludables que lleguen a más personas, desde los consultorios médicos hasta las políticas públicas.

Con un abordaje integral que combine nutrición, control del estrés y apoyo médico oportuno, el cuidado del microbioma se perfila como una de las estrategias más relevantes para mejorar la salud digestiva y emocional en el país. Reconocer el papel de estos aliados y fomentar una cultura de prevención puede marcar la diferencia en la manera en que los mexicanos enfrentan no solo los problemas intestinales, sino también los efectos del estrés cotidiano.

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