En el país afecta a más de un millón de personas y representa una carga socioeconómica relevante.
Durante 2022 se lograron diagnosticar en México 860 casos de enfermedad de Chagas, padecimiento que causa el protozoario Trypanosoma cruzi, se transmite por la chinche besucona y por lo general tarda varios años en presentar síntomas, lo que complica su detección oportuna.
La Secretaría de Salud federal (SSA) señala que la enfermedad de Chagas también puede transmitirse a través de transfusiones sanguíneas, trasplantes de órganos, de la madre al feto durante el embarazo, por consumo de alimentos contaminados o mediante contacto con las mucosas de los ojos y la boca.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que se trata de una patología olvidada, por lo que este año el lema es: “Es hora de integrar la atención de la enfermedad de Chagas a la red primaria de salud”, para instar a los gobiernos a realizar esfuerzos adicionales y concentrar su atención en las poblaciones vulnerables.
Se estima que este padecimiento afecta a seis millones de personas y provoca alrededor de 14 mil muertes al año.
En América se registran 30 mil casos vectoriales y nueve mil personas recién nacidas infectadas durante el embarazo. Se calcula que alrededor de 70 millones de personas viven en áreas de exposición y están en riesgo de contraerla.
A largo plazo, 30% de las personas afectadas puede tener daño crónico e irreversible en los sistemas nervioso, digestivo y cardiovascular, con complicaciones como aneurisma apical, miocarditis, insuficiencia cardíaca y trastornos del ritmo cardíaco. En tanto, 70% de quienes se contagian no desarrolla síntomas, aunque algunos pueden presentar fiebre, hinchazón, tos, lesiones cutáneas y dolor abdominal o de cabeza.
Vía de transmisión
La enfermedad de Chagas se transmite por vía vectorial, a través de las heces fecales u orina de los triatóminos (chinche). La picadura del insecto en ocasiones no se siente debido a que inyecta un anestésico mediante su trompa o probóscide para posteriormente defecar u orinar expulsando los parásitos (Trypanosoma cruzi), los cuales se introducen cuando las personas se rascan y así adquieren la infección.
Oaxaca es uno de los estados endémicos más afectados por este padecimiento y en los que se presupone que existe una de las cepas de triatomino más cardiotóxicas. Por ello se realizó un convenio tripartita de colaboración para el abordaje integral del modelo de atención, diagnóstico y seguimiento de pacientes con cardiomiopatía chagásica crónica.
El coordinador general de Supervisión y Apoyo Técnico de la Secretaría de Salud de Oaxaca (SSO), José Luis Ortega Gómez, en representación de la secretaria Alma Lilia Velasco Hernández, destacó que en México este mal afecta aproximadamente a más de un millón de personas y representa una carga económica y social importante para el país.
En Oaxaca se reportan anualmente más de 100 casos, principalmente en las zonas rurales.
Al respecto, el presidente de Grupo Novartis México, Miguel Freire Prados reconoció el impulso de acciones en favor de la salud de la población que fomentan el gobierno de Oaxaca, los servicios de salud del estado y la organización civil, quienes buscan atender esta patología olvidada, ya que es un problema de salud pública.
Freire explicó que a partir de la firma de un convenio se busca implementar programas de prevención y concientización sobre la enfermedad y sus complicaciones cardiovasculares; aumentar el tamizaje de muestras a pacientes con sospecha de este padecimiento (a través de la dotación de pruebas rápidas); así como impulsar programas de educación médica continua que permitan actualizar los conocimientos del personal de salud y el manejo de complicaciones en las seis jurisdicciones sanitarias de Oaxaca.
Precisó que “Novartis lidera varias iniciativas de fortalecimiento del sistema de salud en América Latina, pero este es el primer esfuerzo de esta naturaleza en nuestro país. Oaxaca es pionero en la materia”.
Prevención primaria
La SSA, mediante el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), mejora la prevención primaria de la transmisión congénita con la aplicación de pruebas de detección a mujeres embarazadas y personas recién nacidas para su diagnóstico y, en su caso, canalización a la unidad de atención médica correspondiente para tratamiento.
De igual manera, se identifican niños menores de cinco años y población de cinco a 15 años con la finalidad de encontrar el parásito para que no avance a la forma crónica y evitar afecciones cardiacas.
Asimismo, como parte del plan de interrupción de la transmisión vectorial lleva a cabo rociado residual intradomiciliar y peridomiciliar para el control vectorial, junto con otras medidas como la promoción de la higiene personal y de la vivienda e incluso uso de insecticidas para el control de los vectores transmisores de la enfermedad.
Al mismo tiempo, personal de salud que se encuentra en la primera línea de atención recibe capacitación y realiza acciones de promoción y educación en salud entre la comunidad sobre esta enfermedad.
Se estima que alrededor de 1.1 millones de mujeres en edad fértil están infectadas por el parásito T. cruzi en América Latina y cada año nueve mil niños contraen Chagas por transmisión materno infantil.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) reitera su recomendación de realizar un tamizaje universal de Chagas para las embarazadas, y pruebas a los recién nacidos para conocer su estado serológico. También aconseja tratar a las madres y a los bebés positivos después del parto.
Cuando la enfermedad está avanzada se identifica por síntomas como fiebre, hinchazón, tos, lesiones cutáneas y dolor abdominal o de cabeza, dolencias que por su frecuencia dificultan también el diagnóstico adecuado de la enfermedad.