CDMX. 20 de noviembre de 2025. Expertos en reducción de daños y políticas públicas sobre tabaquismo advierten que el descenso en el consumo de tabaco se ha frenado en la última década en la región de las Américas, pasando de una marcada caída a una tendencia prácticamente plana, lo que evidencia que las políticas actuales son insuficientes y han quedado rezagadas frente a países que han adoptado enfoques más innovadores.
El último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre tendencias del tabaquismo 2000–2024 estima que la prevalencia en el continente americano es hoy de 14%, solo una ligera reducción frente al 18.2% registrado hace una década.
En México, la prevalencia estimada para 2024 es de 15.4%, según la encuesta GATS 2023, una cifra prácticamente igual a la reportada en 2014 (15.2%). Otras mediciones, como la ENSANUT 2022, señalan que 19.5% de los adultos fuma, equivalente a 17 millones de personas, lo que confirma el estancamiento.
Los especialistas subrayan que este freno contrasta con la fuerte reducción registrada entre 2000 y 2015, cuando el tabaquismo en la región cayó de 29.2% a 18.2%, impulsado por la implementación del Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) desde 2003.
“Durante los primeros años de su implementación, el Convenio Marco de la OMS y las leyes nacionales que le siguieron realmente lograron implementar políticas públicas efectivas de reducción del uso de tabaco, pero en la última década se observa que la falta de actualización de esas políticas públicas ha frenado la caída veloz de la que veníamos”, señaló Marcela Madrazo, directora de Procurando Salud sin Fronteras.
Llamado a un enfoque innovador
Los expertos exhortan a la OMS, la OPS y a los delegados regionales que participarán en la próxima COP11 del CMCT a adoptar políticas actualizadas que permitan reducir aún más el consumo de tabaco combustible.
En otros países, la adopción de estrategias de reducción de daños —como marcos regulatorios que facilitan el acceso a alternativas de menor riesgo para fumadores— ha generado reducciones mucho más relevantes. Islandia, Japón, Nueva Zelanda y Suecia han logrado disminuciones de hasta 50% en una década mediante la incorporación de cigarros electrónicos, sistemas de tabaco calentado y productos orales.
Suecia es el ejemplo más destacado: es el único país con menos de 5% de fumadores, y lo ha conseguido sin prohibiciones absolutas, sino integrando productos de nicotina menos dañinos como parte de su estrategia.
En el Reino Unido, el sistema público de salud informa directamente a los fumadores que los cigarrillos electrónicos son menos dañinos y eficaces para dejar de fumar, una política que ha contribuido al descenso sostenido del tabaquismo.
“América Latina no puede ignorar estos avances. Actualizar las políticas de control del tabaco permitiría reducir al mínimo la prevalencia de fumadores y, con ello, disminuir los costos en salud asociados”, agregó Madrazo.
Advertencia sobre posturas prohibicionistas
Expertos señalan una paradoja preocupante: aunque el CMCT reconoce la reducción de daños como principio fundamental, su liderazgo ha virado hacia enfoques prohibicionistas que restringen de forma severa las alternativas menos dañinas.
Impacto económico y multisectorial
En países como México y Brasil, donde se han impulsado prohibiciones a productos alternativos, los resultados no han sido favorables. Los especialistas insisten en que la eliminación del tabaco combustible requiere un enfoque integral y multisectorial, con participación coordinada de los sectores de salud, economía, finanzas y educación.

