Ciudad de México, a 8 de octubre de 2025. La artritis reumatoide va más allá de las manos, rodillas o tobillos: se trata de una condición autoinmune capaz de afectar órganos internos y, además, dejar secuelas emocionales en quienes la padecen. En México, afecta aproximadamente al 1 % de la población, 1.2 millones de personas, con una mayor prevalencia en estados del sur donde puede alcanzar hasta 1.5 %, casi 2 millones de personas, por factores genéticos.
La artritis reumatoide ocurre cuando el sistema inmunitario ataca por error los tejidos del propio cuerpo. Esto genera inflamación crónica en las articulaciones, pero también puede dañar la piel, los ojos, los pulmones, el corazón e incluso los vasos sanguíneos.
Más allá de lo físico, el impacto emocional es abrumador: casi la mitad de los pacientes (48%) presentan síntomas depresivos clínicamente significativos y cerca del 16.8 % cumple criterios de depresión mayor.
“La artritis reumatoide roba más que la movilidad: afecta la manera en que las personas se relacionan consigo mismas y con su entorno. El dolor crónico, la fatiga y la inflamación minan no solo el cuerpo, sino también la mente y la vida emocional de los pacientes”, explica la Dra. Elisa Fortuño Juárez, Líder de Estrategia Médica y de Campo de Inmunología en UCB México.
Detectar la artritis reumatoide desde sus primeras manifestaciones abre la posibilidad de un manejo más efectivo y multidominio, es decir, que no sólo controle los síntomas articulares, sino que también atienda las consecuencias en otros órganos y en la salud emocional del paciente.
La visión integral también implica la colaboración entre diferentes especialidades médicas. La piel, por ejemplo, puede ser un órgano clave para identificar señales tempranas. “Hoy sabemos que la coordinación entre dermatólogos y reumatólogos es fundamental. Muchos pacientes primero manifiestan síntomas cutáneos y, si existe esta colaboración, se puede llegar a un diagnóstico oportuno que evite complicaciones a largo plazo”, subraya la Dra. Fortuño.
Con un abordaje multidisciplinario, la artritis reumatoide deja de ser sinónimo de discapacidad inevitable. El reto está en visibilizar su impacto más allá de las articulaciones y promover un entendimiento integral de la enfermedad: desde la ciencia, la atención médica y la empatía social. Porque hablar de artritis reumatoide no es solo hablar de dolor articular, sino de vidas enteras que pueden transformarse con información, diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado.
En este Día Mundial de la Artritis Reumatoide (AR), UCB México reafirma su compromiso de transformar la vida de las personas que viven con enfermedades inmunológicas. “En UCB trabajamos para que la ciencia vaya de la mano de la empatía, porque detrás de cada diagnóstico hay una historia de vida”, subraya Rodrigo Olea, Gerente General de UCB México.