Infarto: ¿Cómo reconocer síntomas inesperados?

Pero a veces, las señales de advertencia de un infarto no ocurren como en las películas

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CDMX, 9 de septiembre de 2025. La mayoría de nosotros conoce las señales clásicas de advertencia de un infarto: dolor repentino en el pecho, dificultad para respirar o pérdida del conocimiento. Si aparece alguno de esos síntomas, sabemos que hay que llamar a los servicios de emergencia.

Pero a veces, las señales de advertencia de un infarto no ocurren como en las películas. Los síntomas pueden aparecer de forma gradual o parecerse a otros problemas de salud, lo que hace difícil relacionar lo que sientes con una emergencia cardíaca.

“El músculo del corazón tiene muchísima necesidad de sangre”, explica el Dr. Miguel Quiñones, cardiólogo en el Hospital Houston Methodist. “Necesita sangre constantemente para poder sobrevivir y seguir funcionando. Si el músculo empieza a morir, tiene un poco de tiempo para sobrevivir. Si llegamos a tiempo, podemos hacer muchas cosas para minimizar ese daño”.

Responder rápidamente a las señales de un infarto puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

90 minutos pueden salvarte la vida Tu mejor oportunidad de sobrevivir ocurre si recibes atención de emergencia dentro de los primeros 90 minutos tras los primeros síntomas. Llama al servicio de emergencias si tienes cualquier síntoma, para que el tratamiento que puede salvarte la vida empiece lo antes posible.

Cuando un paciente llega a urgencias con síntomas de infarto, un equipo médico especializado se encarga de inmediato, saltándose el registro y las evaluaciones típicas de la sala de emergencia. En cuestión de minutos se ponen en marcha muchas acciones coordinadas, con el objetivo de salvar tejido cardíaco vital.

“Tenemos que actuar muy rápido para minimizar el impacto en el músculo del corazón”, explica el Dr. Quiñones. “Va a haber algo de daño, pero será una fracción de lo que habría ocurrido si se retrasara el tratamiento”.

El diagnóstico comienza con un electrocardiograma (ECG) y otras pruebas para detectar marcadores cardíacos. A partir de ahí, los médicos pueden administrar un medicamento para disolver coágulos o hacer un procedimiento con un cardiólogo intervencionista para reabrir la arteria.

Síntomas inusuales también pueden necesitar atención de emergencia

Los síntomas clásicos de un infarto son dolor intenso y repentino en el pecho y dificultad para respirar. Aparecen sin previo aviso y la persona queda incapacitada casi al instante. Pero no siempre sucede así.

Lo que no vemos en las películas es que estos síntomas agudos solo se presentan en la mitad de los infartos. Muchas otras señales importantes pueden confundirse con indigestión, estrés o síntomas similares a los de una gripe.

“Puedes vomitar o empezar a sudar muchísimo, o sentir dolor en el brazo pero no en el pecho”, afirma el Dr. Quiñones. “Algunas personas van al dentista porque les duele la mandíbula y piensan que es una infección dental. O se quedan en casa porque sienten malestar estomacal”.

Reconocer los síntomas puede ser aún más complicado para las mujeres, que muchas veces atribuyen las palpitaciones o el pulso acelerado a las hormonas o al estrés. Las personas que viven con una enfermedad crónica también pueden tener síntomas distintos. Por ejemplo, los estudios muestran que las personas con diabetes tienden a sentir menos dolor en el pecho y más fatiga y dificultad para respirar que quienes no la tienen.

“Puede ser solo una sensación de no sentirse bien, de no poder respirar a gusto, de simplemente sentirse ‘raro’ sin saber por qué”, puntualiza el especialista en cardiología. “La mayoría de las personas no experimenta ese dolor intenso de forma inmediata como uno esperaría”.

La prevención realmente salva vidas

Los síntomas de un infarto pueden desarrollarse con el tiempo. Aunque el dolor fuerte o los problemas para respirar pueden aparecer de repente, el bloqueo del flujo sanguíneo —y los síntomas— también puede producirse de forma gradual, durante varias horas o incluso días, lo que da a los pacientes una oportunidad para buscar ayuda a tiempo.

La mayoría de los infartos se originan por lo que los cardiólogos llaman una placa, un crecimiento dentro del revestimiento de la arteria causado por acumulación de colesterol y otras sustancias. Si la placa se rompe dentro de la arteria, puede formar un coágulo lo suficientemente grande como para bloquear el flujo de sangre al corazón.

“Nadie desarrolla una placa de la noche a la mañana”, afirma el Dr. Quiñones del Hospital Houston Methodist. “Una placa en tu arteria puede tardar 20 años o más en formarse, y por eso la prevención es tan importante”.

El Dr. Quiñones anima a sus pacientes a tener presente que nunca es tarde para tomar el control de los factores de riesgo para la salud del corazón. Las personas que dejan de fumar ven mejoras importantes en tan solo un año. También se sabe que los medicamentos para bajar la presión arterial, el colesterol o para perder peso reducen el riesgo de infarto.

Habla con tu médico sobre tu riesgo de sufrir un infarto y sobre cómo mejorar tus posibilidades de llevar una vida saludable. Cuando se trata de sobrevivir a un infarto, el dicho “más vale prevenir que lamentar” realmente hace la diferencia. “El tiempo es muy valioso, y reconocer los síntomas es fundamental”, finaliza el Dr. Quiñones. “No tengas miedo de hacer esa llamada”.

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